624 años de cárcel para policías brasileños por masacre de Carandiru
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La llamada "masacre de Carandiru" ocurrió el 2 de octubre de 1992, cuando efectivos de las Rondas Ostensivas Tobias de Aguiar (ROTA).
Sao Paulo, Brasil.- Los 25 policías militares acusados de matar a 52 de los 111 prisioneros muertos durante un motín en la cárcel de Carandiru, en Sao Paulo, fueron condenados hoy a 624 años de prisión cada uno.
La llamada "masacre de Carandiru" ocurrió el 2 de octubre de 1992, cuando efectivos de las Rondas Ostensivas Tobias de Aguiar (ROTA), la "élite" de la policía militarizada de Sao Paulo, ingresaron al pabellón 9 de la cárcel para contener una revuelta.
Durante la acción, según los fiscales, los efectivos realizaron más de 300 disparos contra los detenidos, dando lugar a la mayor tragedia carcelaria de la historia de Brasil.
"Hubo inequívoco abuso de poder" dijo el juez Rodrigo Tellini de Aguirre al leer la sentencia. Agregó que los reos podrán apelar el fallo en libertad, y que los nueve que aún están en activo perderán sus cargos públicos.
En un principio, los reos estaban acusados de 73 asesinatos, pero a pedido del promotor Fernando Pereira da Silva 21 muertes fueron retiradas de la acusación debido a que ocurrieron en lugares de la cárcel en los que la tropa no habría actuado.
Durante el juicio, que fue retomado el lunes, el promotor exhibió pruebas que demuestran que 45 de los 52 presos muertos a manos de los policías condenados hoy recibieron tres o más disparos cada uno, y que 47 tenían heridas en la cabeza y en el cuello, lo que indica, afirmó, que hubo "una masacre".
También mostró imágenes de laudos forenses en las que se constató que los presos fueron atacados por la espalda, a quemarropa, por disparos con trayectorias diferentes mientras estaban arrodillados o acostados.
El primer juicio del caso fue realizado en abril pasado y resultó en la condena de 23 policías a 156 años de prisión cada uno, por la muerte de 13 presos. En la ocasión, tres reos fueron absueltos y se retiró de la causa de los acusados la muerte de otros dos presos, por entender que las pruebas indicaban que habían sido asesinados por sus propios compañeros.
Hasta la realización de este juicio el único acusado por la matanza había sido el coronel Ubiratan Guimaraes, condenado en 2001 a 632 anos de prisión por ser el comandante de la operación. En 2006, el coronel fue absuelto por un tribunal y meses después fue asesinado a tiros en el apartamento en el que vivía, en Sao Paulo.
Aún tienen que ser juzgados los policías acusados de matar a las demás víctimas y el coronel Luiz Nakaharada, a quien se le imputan de forma individual cinco muertes. Se prevé que los juicios se realizarán en aproximadamente tres meses.