Mohamed Bouazizi, desató la revolución enTúnez
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Dio su vida por mayores oportunidades en Túnez y es la inspiración de los jóvenes en Oriente Medio y Africa del Norte
CIUDAD DE MÉXICO.- AÂ los 26 años, Mohamed Bouazizi nunca se imaginó que, al inmolarse, el 17 de diciembre de 2010 en Túnez, se convertiría en el emblema de las revueltas sociales en Oriente Medio y Africa del Norte. Tal decisión ha provocado hasta ahora la caída de dos dictadores: Zine El Abidine Ben Alí en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto.
Ese día, Bouazizi decidió prenderse fuego para protestar contra el régimen de Ben Alí y para pedir, como muchos otros jóvenes de su país, un mejor futuro, oportunidades de empleo y reformas económicas.
Su inmolación a lo bonzo la realizó públicamente frente al Ayuntamiento de Sidi Bouzid y en vivo en la cadena de noticias árabe Al-Jazeera.
El joven prefirió morir que seguir viviendo en la miseria por no encontrar trabajo, ya que tenía que vender frutas en la calle para poder sobrevivir y ayudar a su familia.
Pero ese día, el 17 de diciembre, las autoridades le impidieron establecer su puesto de verduras y le negaron la venta en la calle.
Bouazizi intentó presentar una queja ante las autoridades locales, al parecer sin resultados.
Humillado porque una inspectora municipal le dio un golpe, le escupieron y le insultaron, Mohamed adquirió una lata de gasolina, se roció y se prendió fuego.
Pocos días después, Bouazizi era objeto de culto, y un hombre de negocios de Kuwait hasta llegó a ofrecer una importante suma a cambio del carro de verduras con el que Bouazizi había intentado ganarse la vida poco antes de morir.
"No hay duda que este joven hizo estallar la situación en la región. Su desesperación alimentó la de muchos jóvenes en estos países para un mejor futuro, una reforma económica de esas naciones y también el acceso a las decisiones políticas", dijo a Excélsior Sami Aoun, especialista de Oriente Medio.
"Los jóvenes son cada vez más educados, pero al salir de la escuela o de la universidad no encuentran trabajo y el gobierno no les facilita el acceso a la vida profesional, por eso estamos viendo actualmente toda esa ola de protestas para que las cosas cambien", agregó.
"Era una persona muy tranquila y sonriente a la que le gustaba ser vendedor. Se dedicaba a ello desde los 10 años para dar de comer a la familia. Estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Aportaba dinero para que su hermana Leila pudiera estudiar en la universidad, en Monastir. Nadie más tiene empleo en la familia. Por la noche compraba la mercancía que vendía al día siguiente. Algunas jornadas ganaba 10 o 15 dinares (11 dólares). A menudo, menos", contó Samia, su hermanastra de 19 años, en entrevista con la BBC el día de la muerte de Mohamed.
El joven tunecino sucumbió a sus quemaduras el 4 de enero pasado. Antes de morir en el hospital recibió la visita de Ben Alí.
"Mohamed dio su vida para llamar la atención sobre su condición y la de sus hermanos", dijo su tío Mehdi Horchani.
Tras 28 días de su inmolación, BenAlí hizo pública su renuncia y huyó a Arabia Saudita, después de 23 años en el poder.
Este logro social se transmitió a Egipto donde las protestas sociales derrocaron a Hosni Mubarak, en el poder desde hace 30 años, el pasado 11 de febrero, casi un mes después de su homólogo tunecino.
Ahora el movimiento civil se trasladó a Libia, contra el líder Muammar Gadhafi, así como en Yemen y Bahrein.
Su gesto dramático provocó una ola de simpatías que llevó a sus vecinos a manifestarse en la calle para denunciar a las autoridades. La protesta fue reprimida por la policía, y la dinámica acción-reacción hizo el resto.
Héroe de los Jazmines
Su sacrificio hizo estallar la revuelta en Túnez. Lo consideran también como el héroe de la Revoluciones de los Jazmines y el padre del movimiento actual en el mundo árabe.
Mohamed abandonó el colegio a los 19 años y solicitó su ingreso en el ejército, pero fue rechazado, aunque algunos dicen que estudio una ingeniería en Informática. The New York Times informó que no está claro si tuvo estudios profesionales.
"Era inteligente, me leía textos en árabe culto que yo no entendía", explicó su primo Ramzi.
Mientras buscaba empleo, se dedicaba a vender frutas y verduras para que sus hermanos pudieran estudiar y ayudar económicamente a su madre.
Nació el 29 de marzo en el pequeño pueblo de Sidi Bouzid. Su padre trabajaba para una constructora en Libia, pero murió cuando él tenía tres años.
Su madre Menobia se casó con su tío Mehdi Horchani poco tiempo después de la muerte de su papá.
Debido al estado de salud precario de su tío, Mohamed tuvo varios empleos a partir de los 10 años para ayudar a sus seis hermanos.
En un artículo del diario británico The Telegraph, se habló de la nueva fama que vive actualmente el poblado de Sidi Bouzid tras la muerte de Mohamed, ya que su tumba, la cual su familia visita todos los días, es el nuevo lugar de peregrinación para los políticos de la oposición y los manifestantes.
Su familia dice que están orgullosos de la postura que tomó Mohamed y la población contra la corrupción local.
"Él no estaba en campaña ni buscaba derrocar al gobierno. Era un hombre que ya estaba harto de la corrupción y de no encontrar trabajo. Estamos orgullosos por lo que logró. Esto significa que podemos caminar erguidos", dijo su mamá.
El tributo
Menobia contó que Mohamed era muy sencillo y trabajador, y que experimentaba un gran sentido de la responsabilidad porque tras la muerte de su padre siendo niño, él se había convertido en la cabeza de familia, y había puesto particular empeño en que sus hermanas pudieran seguir estudiando.
Este hecho lo confirmaron Leila, de 24 años, su hermana mayor, que está en la universidad, y sus otras hermanas, que van al colegio. Su historia podría ser motivo de una película, pues un joven productor tunecino está viendo la posibilidad de llevar su importante logró al cine, en homenaje al que prendió la mecha a las protestas que derrumbaron al presidente Ben Alí.
El alcalde de París, Bertrand Delanoë, anunció que dedicará una calle o una plaza en memoria a Mohamed por su importante lucha para la libertad, la democracia y los derechos humanos.
El martes pasado, la mamá de Mohamed transmitió un mensaje a Libia, vía la cadena Al-Jazeera. "Quisiera besar a todas las madres de los niños martirizados. Que Dios les conceda la serenidad y la paciencia para soportar lo insoportable. Espero que consigan todo lo que deseen. Si Dios quiere, Libia será un país libre. Esperamos que su dictador renuncie, exactamente como Ben Alí huyó", expresó Menobia.
La familia de Mohamed no ha recibido todavía ayuda especial, sólo el consuelo de ver que su muerte no ha sido en vano.
Continúan viviendo en su casa de adobe en el barrio Hainur de Sidi Bouzid, donde el asfalto de las calles desaparece poco a poco bajo las bolsas de basura. Los ocho miembros de la familia viven en la casa de tres pequeñas habitaciones que construyó el papá, antes de morir.
Mohamed les dejó una deuda de 150 euros antes de morir, ese dinero servía para comprar la mercancía que vendía y que le robaron las autoridades al impedirle la venta en la calle.
"Ahora no tenemos dinero para comprar comida. Nadie del gobierno nos ha llamado, no hay justicia, alguien tiene que ayudarnos. Tras la muerte de Mohamed parece que puede llegar la libertad. Gracias a él, mucha gente sonríe un poco más cada día porque se ha ido el dictador", confesó Samia.
Las repercusiones de su muerte todavía se resienten en todo Túnez, en cómo la gente trata de decidir lo que viene después y hasta qué punto la revolución dividirá la sociedad.
El analista político sobre Oriente Medio de ForeignPolicy.com, Blake Hounshell, planteó en un artículo reciente la posibilidad de una nueva tendencia.
"Hay algo terrible y, en cierto modo, algo está cambiando con estos intentos de suicidio. Es una táctica sorprendente y desesperada que llama la atención al instante y provoca un sentimiento de repulsión, pero también de solidaridad."
El tunecino Mohamed Bouazizi nunca lo sabrá, pero inició una nueva era en la historia contemporánea, de consecuencias incalculables y lo mas importante: los cimientos de regímenes totalitarios del mundo islámico tiemblan en todo el mundo.