"Estuvo bien que Gorbachov fuera un político débil": Lech Walesa
COMPARTIR
TEMAS
Nosotros derrotamos el comunismo, y los alemanes orientales comenzaron a huir a través de las embajadas de otros países. Por ellos cayó el muro de Berlín. Me preocupaba que el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, decidiera bloquear ese éxodo masivo y así arruinar nuestra victoria, comentó Lech Walesa
Charles Hawley/El País
Madrid, España (El País).- El mundo mira a Berlín cuando la ciudad celebra el 20º aniversario de la caída del Muro. Pero Lech Walesa, el hombre que lideró el sindicato polaco Solidaridad, afirma que el colapso del comunismo empezó en los astilleros polacos, y que los "desertores" de la Alemania del Este pusieron en peligro su éxito final.
Pregunta. La lista de invitados a las celebraciones de la caída del Muro es impresionante. Es un honor estar ahí.
Respuesta. El primer muro fue derribado en 1980 en los astilleros polacos. La caída del muro de Berlín dio fotos bonitas, pero todo empezó en los astilleros polacos.
P. Hubo otros intentos de rebelión contra la Unión Soviética en la Europa oriental: los húngaros en 1956, los checos en 1968. ¿Por qué Solidaridad triunfó donde otros habían fracasado?
R. En 1980, en los astilleros intentamos usar la estrategia de los comunistas contra los comunistas. Organizamos a la gente -incluidos trabajadores de otros sectores- y recibimos apoyo de otros países. El Papa [Juan Pablo II], que desempeñó el papel más importante, impulsó una oración colectiva no sólo en Polonia, sino también fuera. Descubrimos que éramos millones, y por primera vez los comunistas fueron incapaces de orquestar una manifestación mayor que las nuestras. Como resultado, se sintieron débiles, y ése fue un factor importante en su derrota.
P. ¿De verdad creyó que la Unión Soviética iba a quedarse de brazos cruzados y permitir que los regímenes comunistas europeos fueran derrocados?
R. Nosotros derrotamos el comunismo, y los alemanes orientales comenzaron a huir a través de las embajadas de otros países. Por ellos cayó el muro de Berlín. Me preocupaba que el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, decidiera bloquear ese éxodo masivo y así arruinar nuestra victoria. Fue un juego peligroso. Pero estuvo bien que Gorbachov fuera un político débil y que todo saliera bien.
P. La semana pasada, el ex presidente de EE UU George Bush, el ex canciller alemán Helmut Kohl y Gorbachov se dieron cita en Berlín para hablar del fin de la guerra fría. ¿Fue la presión de Occidente uno de los motivos de que Gorbachov no atajara el éxodo germano-oriental?
R. Se presentan como los padres de la reunificación alemana, pero en realidad fueron sólo padres accidentales de la caída del Muro, que se vieron forzados a actuar por las masas.
P. ¿Por qué les sorprendió?
R. Porque son verdaderos políticos. Los políticos lo tienen todo en cuenta: el número de tanques, misiles, armas. Cuanto más prudente era el político, más imposible parecía la caída del Muro. Pero los revolucionarios piensan diferente.
P. ¿Cómo?
R. Había muchos cambios en el seno de la Unión Soviética, en su propio liderazgo, con un líder muriéndose detrás de otro. Esa situación conducía por fuerza a una cierta desestabilización. A la vez, empezamos a movilizar a las masas y Gorbachov no supo qué hacer. No tenía más opción que aceptar las cosas como venían. Los políticos profesionales fueron incapaces de ver esto.
P. Muchos ven las cosas de forma diferente. Por ejemplo los estadounidenses, que consideran decisivo el discurso de [el ex presidente Ronald] Reagan "Tire ya el muro" [alocución en Berlín, en 1987, dirigiéndose a Gorbachov]. O los rusos, que apuntan a la perestroika.
R. La gente normal de Alemania, Rusia y EE UU nos ha mostrado más apoyo. Pero los políticos han jugado con la memoria del hecho. Por eso cuando veo imágenes de Bush, Kohl y Gorbachov bajo el lema "los tres padres de la caída del Muro", me parece más cuestión de suerte que otra cosa. Ellos simplemente llevaron a cabo los deseos que expresaba la gente.
P. ¿Están bien reflejados esos deseos en la Polonia o la Alemania de hoy?
R. Si alguien me hubiera dicho, antes de que yo iniciara esta lucha, que un día viviría en una Polonia y una Europa como las de hoy, no le habría creído. Pero incluso así, cuando miro atrás y veo todas las oportunidades perdidas, no me siento satisfecho.
P. ¿A qué oportunidades perdidas se refiere?
R. La democracia se compone de tres elementos. Uno es que la ley defienda principios plurales. El segundo, que la gente saque ventaja de esas leyes. El tercero, que la cartera de la gente sea lo bastante grande como para beneficiarse de la democracia. En Polonia tenemos los fundamentos legales de la democracia; sin embargo, no hemos demostrado ser expertos en sacar ventaja de todo ello. Y la situación de nuestras carteras es cada vez peor.
P. ¿Por qué Solidaridad no continuó como fuerza política en Polonia después de movilizar a las masas que derribaron el comunismo?
R. Uno no puede sustituir un poder por otro simplemente. Nuestro objetivo no era reemplazar el comunismo, sino el desarrollo de algo más. Actué contra mis propios intereses, no podía desempeñar mucho más tiempo el papel del "gran Walesa". No quise que mi nombre llegara a ser equiparado a los de Kim il-Sung o Lenin.