Candidato independiente podría ser clave en elección en EU

Internacional
/ 5 noviembre 2016

Desde que lanzó su campaña en agosto pasado, McMullin ha evolucionado rápidamente atrayendo el interés de los votantes, especialmente de la Iglesia Mormona -a la que pertenece-, que se sienten incomodados por la candidatura de Trump.

Nuestro país necesita líderes que estén con él por las razones correctas y que realmente entienden lo que hace que este país sea el más grande de la Tierra"...

Evan McMullin, candidato independiente a la Presidencia de Estados Unidos, podría convertirse en el primer aspirante a la Casa Blanca en casi medio siglo en ganar votos en el Colegio Electoral sin ser nominado por ningún partido mayoritario.

McMullin, un exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de 40 años y quien aparecerá en las boletas electorales de sólo 11 entidades del país, se describe como una alternativa conservadora al candidato republicano Donald Trump y a la demócrata Hillary Clinton

Desde que lanzó su campaña en agosto pasado, McMullin ha evolucionado rápidamente atrayendo el interés de los votantes, especialmente de la Iglesia Mormona -a la que pertenece-, que se sienten incomodados por la candidatura de Trump.

En Utah, su estado natal, McMullin ha figurado en 11 encuestas, registrando un promedio de 22 por ciento de la intención de voto, alcanzando una popularidad de 30 por ciento en las cinco más recientes, realizadas desde mediados de octubre pasado.

De hecho, las posibilidades de que gane los seis votos electorales de Utah son reales, tras aparecer en los últimos sondeos ligeramente detrás de Trump y por delante de Clinton.

Según analistas, McMullin podría tener un fuerte impacto en el conteo final de los votos del Colegio Electoral, no sólo debido a su fuerza en Utah, sino también por sus posibilidades de dividir el voto conservador en entidades con altos índices de electores mormones.

En Idaho, donde el 27 por ciento de la población es mormona, McMullin podría captar el voto conservador y perjudicar las posibilidades de una victoria de Trump, favoreciendo a Clinton, al igual que en Arizona, donde el 5.0 por ciento de sus residentes son mormones.

Su tardía postulación a la Presidencia, sólo le permitió registrarse en las boletas electorales de 11 estados y tener la posibilidad de que su nombre sea escrito por los votantes en otros 30 más, por lo que carece de posibilidades de aspirar a la Casa Blanca al no poder obtener la mayoría necesaria de 270 votos en el Colegio Electoral.

Sin embargo, su propósito es impedir a Trump y a Clinton obtener los los 270 votos electorales necesarios para ganar, algo que es matemáticamente posible si logra conseguir los seis votos electorales de Utah.

Bajo ese escenario, la Cámara de Representantes tendría que elegir entonces a un ganador de entre los tres candidatos que más votos hayan registrado en el Colegio Electoral.

En este sentido, su candidatura podría tener una mayor influencia incluso que la de los dos candidatos de partidos minoritarios, Gary Johnson, del Partido Libertario, y Jill Stein, del Partido Verde.

McMullin, un mormón practicante que permaneció como misionero dos años en Brasil, ha recibido el apoyo de muchos votantes republicanos insatisfechos por la candidatura de Trump.

Nacido en Provo, Utah, McMullin pasó su infancia en una zona rural del estado de Washington y regresó a su estado natal, luego de ser misionero en Brasil, para estudiar una licenciatura en diplomacia en la Universidad Brigham Young, propiedad de la Iglesia Mormona.

Tras egresar de la Universidad, McMullin trabajó para la CIA durante 11 años, desarrollando labores de contraterrorismo.

Luego de salir de la agencia, cursó una maestría en administración de empresas en la Wharton School of Business y laboró un breve periodo en la banca de inversión de la firma Goldman Sachs.

En 2013, McMullin se convirtió en asesor en asuntos de seguridad nacional del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

En 2015, asumió como director en jefe de política de la Conferencia Republicana en la Cámara de Representantes.

Desde ese cargo, observó el avance de la candidatura de Trump hasta que obtuvo la nominación del Partido Republicano, sin que nadie pudiera frenarlo.

McMullin ha dicho que fue entonces cuando decidió tratar de dar a los votantes conservadores una alternativa a Trump y a Clinton, aún cuando estaba consciente de las dificultes que eso implicaba.

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El candidato independiente ha criticado al Partido Republicano por no haber frenado desde su inicio la candidatura de Trump, a quien ha criticado en múltiples ocasiones por atacar a las personas por su religión o por su raza.

En su sitio de internet, McMullin publicó una “carta a América” para declarar su candidatura y puntualizar a millones de estadunidenses que no están siendo representados por ninguno de los dos principales candidatos a la Presidencia.

“Con las apuestas tan altas para nuestra nación y en esta última etapa del proceso, ya no puedo estar al margen. Nuestro país necesita líderes que estén con él por las razones correctas y que realmente entienden lo que hace que este país sea el más grande de la Tierra”, señaló.

McMullin ha establecido a la lucha contra el aborto y el alza de los impuestos como los dos temas clave de su campaña presidencial, al calificar al aborto como “una prueba de nuestra humanidad” y sostener que “tenemos que bajar los impuestos en general”.

Su candidatura ha recabado alrededor de un millón de dólares en donaciones y recibido el apoyo de la organización Better for América.

Dicha organización se ha dedicado a inscribir a candidatos independientes en las boletas electorales de las diferentes entidades del país en un esfuerzo inspirado a raíz de la impopularidad de los dos nominados por los principales partidos.

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