Convierten en una fiesta observación del eclipse en ciudades de Estados Unidos y Canadá
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Se reúnen miles de personas en localidades como Eagle Pass, Nueva York, Miami, Toronto y Montreal para presenciar el fenómeno astronómico
El eclipse solar de este 8 de abril se convirtió en toda una oportunidad científica, económica y hasta sentimental para decenas de miles de personas que se reunieron en lugares emblemáticos de diferentes ciudades de Estados Unidos y Canadá.
“Los eclipses tienen un poder especial”, dijo recientemente el administrador de la NASA, Bill Nelson. “Hacen que la gente sienta una especie de reverencia por la belleza de nuestro universo”, agregó.
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La trayectoria de totalidad de este año tiene 185 kilómetros de ancho y alberga a casi 32 millones de estadounidenses, con 150 millones adicionales que viven a menos de 320 km de la franja. Los que están más lejos aún pueden disfrutar de un eclipse parcial.
Los eclipses totales ocurren cuando la Luna se sitúa exactamente entre la Tierra y el Sol, bloqueando temporalmente la luz del gran astro en pleno día.
El Sol es unas 400 veces más grande que la Luna, pero también está 400 veces más lejos, por lo que ambos parecen tener un tamaño similar.
El evento fue visible primero en la costa oeste de México, a partir de las 12:07 (hora local). La trayectoria cruzó luego 15 estados estadounidenses, desde Texas hasta Maine, antes de finalizar su recorrido en el este de Canadá.
‘ENTRÓ’ POR EAGLE PASS
La localidad texana de Eagle Pass, en la frontera con México, recibió este lunes la ansiada oscuridad total durante un lapso de casi cinco minutos gracias a la llegada del eclipse solar, que comenzó así su recorrido por 15 estados del país.
En total serán unos 160 minutos entre el eclipse parcial y total en Eagle Pass, un evento que había empezado con algo de desilusión entre los espectadores debido a las nubes.
“Mi piel se puso chinita (de gallina) al ver que se puso oscuro y se encendieron las luces, no lo podía creer”, dijo una mujer.
Aunque hubo algo de nubosidad, decenas de millones de personas en Estados Unidos comenzaron a disfrutar de impresionantes vistas cuando la luna pasó entre la Tierra y el sol y bloqueó temporalmente la luz del sol.
El fenómeno astronómico se registró en su totalidad en la frontera de Eagle Pass, al ser visible dentro de la franja de la totalidad que abarcó alrededor de 185 kilómetros de ancho desde México hasta Maine (EU).
El fenómeno lució intenso en los diferentes sectores de la comunidad que está hermanada con la frontera de Piedras Negras, en Coahuila (México), donde también el eclipse fue observado con especial emoción.
En sus diferentes fases, el eclipse total de sol duró cerca de dos horas y la totalidad en el centro de la trayectoria, donde se ubicaba Eagle Pass, se mantuvo casi cinco minutos.
DE FIESTA EN NY
El eclipse solar se convirtió en una atracción efímera a su paso por Nueva York, una ciudad adicta a las novedades que el viernes vivió su primer terremoto en un siglo y hoy ya lo había olvidado: todas las miradas y las conversaciones se concentraron en el cielo durante unas horas.
La Gran Manzana celebró su eclipse parcial con “fiestas de visionado” en lugares icónicos como el observatorio del Empire State o el Museo Intrepid, y la expectación por el fenómeno astronómico dio lugar a reuniones espontáneas en calles y edificios, desde Times Square hasta la sede central de la ONU.
A las 14.15 hora local, cuando la luna empezó a tapar al sol, el Empire State encendió sus luces y al oeste de Manhattan, en el río Hudson, la cubierta del portaaviones que acoge el Museo Intrepid se llenó de cientos de personas pertrechadas con gafas especiales de usar y tirar.
“Es un evento muy ‘cool’, aunque los aztecas estarían aterrados: en una semana, hemos tenido un terremoto y un eclipse”, bromeó un neoyorquino llamado Leo, que intentaba tomar fotos poniendo las gafas sobre la lente del celular, uno de los gestos más repetidos de la jornada.
“Me pregunto cuánto más se va a oscurecer esto”, comentaba un padre de familia en voz alta en la cubierta del Intrepid, mientras que un hombre trajeado, cerveza en mano, le decía a su compañera: “Yo pensaba que esto iba a ser como un atardecer”.
A las 15.25, hora punta del eclipse parcial, cuando el sol quedó reducido a una uña, una sombra se impuso sobre la ciudad, la sensación térmica pareció bajar unos grados y el silencio se adueñó de la “fiesta de visionado”, con la gente obnubilada contemplando un paisaje irrepetible.
CELEBRAN EN CATARATAS DEL NIÁGARA
Ni el frío ni el cielo encapotado, que solo permitió observar el eclipse solar total de este lunes durante breves intervalos, amargaron la fiesta a centenares de miles de personas que llegaron de toda Norteamérica a las cataratas del Niágara para experimentar la oscuridad absoluta del fenómeno astronómico.
Aunque las autoridades canadienses habían previsto que alrededor de un millón de personas viajasen este lunes al lugar para presenciar el eclipse, las malas condiciones meteorológicas hicieron que muchos finalmente no se desplazasen a las famosas cataratas.
Aun así, cuando la luna empezó a cubrir el sol a las 14.04 hora local (19.04 GMT), centenares de miles de personas se agolpaban tanto en el lado estadounidense como en el canadiense de las cataratas para presenciar la conjunción astronómica a pesar de la gruesa capa de nubes que había impedido presenciar las primeras fases del eclipse.
Entre los presentes se encontraban los mexicanos Marco Vera y Silvia Laguna, originarios del estado de Guanajuato, que se habían desplazado desde la cercana ciudad de Hamilton (Canadá), donde viven, para presenciar el eclipse.
Los dos vivieron otro eclipse solar total en México en 1991, cuando tenían 11 años, una experiencia que Laguna recuerda como “inolvidable”.
Para desesperación de muchos, inicialmente, las condiciones meteorológicas no ayudaron.
Pero tras diez minutos de espera, el tupido velo se aclaró lo suficiente como para revelar la progresión del eclipse. La multitud empezó a apuntar hacia donde se producía la conjunción al mismo tiempo que gritaban y aplaudían de satisfacción.
La escena se repitió en varias ocasiones durante una hora. Pero a medida que se acercaba el momento del eclipse total, a las 15.18 hora local (20.18 GMT), las nubes parecían espesarse sobre las cataratas del Niágara.
Como estaba previsto, a las 15.18, en el momento del eclipse solar total, la oscuridad fue absoluta. Solo el alumbrado de las calles y los móviles de los espectadores que grababan la insólita escena, proporcionaban luz mientras que las luces de neón de los hoteles y casinos brillaban con más intensidad.
Y cuando todo parecía perdido, justo en ese momento un pequeño claro en el cielo permitió observar durante 10 segundos el momento en el que la Luna cubrió la totalidad de la superficie solar, dejando a la vista el anillo de fuego del sol.
La multitud emergió un estallido de emoción incluso mayor que cuando se hizo la oscuridad total. Tras unos segundos, las nubes volvieron a cubrir completamente la alineación del sol y la luna.
Lentamente, los congregados empezaron a disolverse.
Antes de que todo concluyese, la ciudad de Niagara Falls inscribió su nombre en el libro Guinness de récords al conseguir una “hazaña” mundial: el reunir al mayor número de personas vestidas como el sol. Hasta ahora el récord lo ostentaba China cuando 287 individuos se juntaron vestidos como el astro rey en 2020.
Niagara Falls ha batido la marca gracias al eclipse solar con 309 personas que navegaron juntas este lunes disfrazadas del sol en una de las embarcaciones que lleva turistas al pie de las cataratas.
Con información de EFE