El enviado de Trump, Steve Witkoff, se reúne con Putin antes de la fecha límite para la paz entre Rusia y Ucrania
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El Kremlin ha rechazado repetidamente los intentos de un alto el fuego total con Ucrania, pero está abierto a una tregua aérea si Kiev también la acepta
Según informes, el dictador ruso Vladimir Putin está considerando una tregua aérea con Ucrania para detener sus bombardeos récord con aviones no tripulados y misiles, una importante concesión potencial al presidente Trump antes de su fecha límite del viernes para hacer la paz.
El Kremlin ha rechazado repetidamente los intentos de un alto el fuego total con Ucrania, pero está abierto a una tregua aérea si Kiev también la acepta, informó Bloomberg, citando a una fuente familiarizada con el posible acuerdo.
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La posible tregua fue planteada mientras el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, se reunía con Putin en Moscú el miércoles para mantener conversaciones de alto riesgo destinadas a poner fin al derramamiento de sangre.
Witkoff y Putin se reunieron durante tres horas en su primer encuentro presencial desde abril. El asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, calificó la reunión de “útil y constructiva”, una descripción que ha utilizado en anteriores visitas al enviado estadounidense.
Ninguna de las partes proporcionó de inmediato detalles adicionales sobre la reunión.
No está claro cuán serias son las palabras de los rusos sobre una posible tregua aérea y Putin no ha considerado públicamente esa posibilidad, aunque su único aliado importante en Europa, el dictador bielorruso Alexander Lukashenko, también planteó recientemente la idea, según el medio estatal ruso TASS.
Sin embargo, detener los ataques con drones y misiles le daría tiempo a Rusia para reconstruir sus defensas aéreas y potencialmente posponer medidas punitivas de Trump.
Trump ha dado a Rusia hasta el viernes para avanzar hacia la paz con Ucrania o de lo contrario impondrá aranceles secundarios o sanciones contra el país, lo que significa que los países que importan energía rusa también serán afectados con medidas punitivas.
La guerra en Ucrania ha estado dominada por intensos combates con drones, en los que ambos bandos han logrado espectaculares avances en esta naciente tecnología.
El mes pasado, Rusia lanzó aproximadamente 6.297 ataques con drones contra Ucrania, la mayor cantidad desde que estalló la guerra, según la agencia de noticias AFP y datos de la fuerza aérea ucraniana.
Los ataques han golpeado enclaves civiles en Ucrania y han provocado la ira de Trump.
El mes pasado, el presidente estadounidense se quejó públicamente de que Putin “habla bien y luego bombardea a todo el mundo”. Como resultado, Trump ha dicho que venderá armas avanzadas a Ucrania y aprovechará las presiones económicas contra Rusia mediante aranceles secundarios o sanciones.
China y la India son los mayores importadores de energía rusa, lo que muchos expertos creen que ha permitido al Kremlin mantener su maquinaria de guerra y resistir las agobiantes sanciones occidentales.
Trump ha presionado fuertemente a India en los últimos días, aunque no está del todo claro si Nueva Delhi o China desistirán de comprar petróleo ruso si las sanciones secundarias o los aranceles entran en vigor.
Si China e India lo hacen, podría suponer un duro golpe para la economía rusa. En junio, el ministro de Economía de Moscú declaró que el país estaba al borde de una recesión, y Putin anunció planes para recortar drásticamente el gasto militar a pesar de la guerra en curso.
Trump y Zelensky, que mantuvieron conversaciones “productivas” por teléfono el martes, esperan que el ultimátum pueda presionar al Kremlin para que ponga fin a la guerra o al menos debilite gravemente sus esfuerzos en el campo de batalla.
Se espera que Keith Kellogg, enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, visite Kiev en los próximos días.
Zelensky y otros altos funcionarios ucranianos han bromeado diciendo que les encantan las visitas de Kellogg, porque los rusos tienden a suavizar sus ataques cuando él está en la ciudad.