Gobierno interino de Brasil arranca con enorme reto y un hombre clave
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La política económica propuesta por Temer tendrá un perfil liberal y una fuerte apuesta por las privatizaciones.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, arranca hoy al frente del Gobierno con un enorme reto por delante: superar la grave crisis económica que afecta al país.
Para ello, cuenta con un hombre clave, su ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, ex presidente del banco central durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y que tiene el respaldo del mercado financiero y la simpatía de la izquierda del país.
No es menor el desafío para Temer y su "hombre fuerte". La séptima mayor economía del mundo se retrajo un 3.8 por ciento en 2015, la mayor contracción de los últimos 25 años, y está en vías de sufrir un retroceso similar este año.
Además, la inflación superó el 10 por ciento, muy por encima del techo de la meta oficial, que es de un 6.5 por ciento, y el desempleo llegó a 10.2 por ciento y afecta a más de 11 millones de personas.
El descalabro económico es tal, que, de hecho, fue el que cavó la fosa de la presidenta Dilma Rousseff, destituida hoy tras una votación de "impeachment" en el Senado.
La presidenta se enfrenta a un juicio político por realizar maniobras contables que violan la Ley de Responsabilidad, manipulaciones financieras a las que tuvo que echar mano precisamente porque las cuentas públicas estaban en rojo.
A diferencia de Rousseff, que además de tener que administrar una economía en ruinas transitó su segundo mandato sin que siquiera su coalición la apoyara en el Congreso, todo indica que Temer gozará de una "luna de miel" con el Legislativo.
Si las negociaciones que su equipo mantuvo en los últimos días con agrupaciones que antes eran aliadas del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) resultan exitosas, el presidente interino contará con el respaldo que precisa para poner en marcha la primera y amarga medida que deberá adoptar a contrarreloj, un gigantesco ajuste fiscal.
"Temer enfrentará las mismas dificultades que Dilma ha enfrentado hasta ahora. La ventaja de Temer, en este momento, es que el mercado le dará el beneficio de la duda. Si Dilma bajaba la tasa de interés, por ejemplo, decían que estaba descuidando la inflación. Con Temer, en este momento, esto tiende a no suceder", dijo el economista Francisco Pessoa, de la consultora LCA, citado por el portal de noticias "r7".
La política económica propuesta por Temer tendrá un perfil liberal y una fuerte apuesta por las privatizaciones.
La idea, según consta en el documento denominado "Travesía Social", es privatizar "todo lo que sea posible en materia de infraestructura (...) en las áreas de viviendas populares, saneamiento y transporte urbano de alta calidad".
En otro guiño al sector privado, el plan de Temer destaca la necesidad de renovar las relaciones entre el Estado y este sector. "Se debe establecer un nuevo comienzo en las relaciones del Estado con las empresas privadas que le prestan servicios y que son muy importantes en la economía del país", señala el texto.
El mecanismo que se presenta como preferido para llevar adelante las obras públicas con las que Temer buscará reactivar la estancada economía es el de la Participación Público Privada (PPP).
En esa modalidad, el Estado y las empresas privadas comparten, en teoría, los gastos y los lucros de determinados emprendimientos.
"Hay que identificar oportunidades de colaboración con el sector privado para desarrollar sociedades público-privadas con división de riesgos operativos y financieros, para estimular un aumento en la productividad y ganancias en la eficiencia", apunta el plan.
Temer propone además que el Estado deje de ser proveedor de bienes públicos, pasando esa función para la iniciativa privada. El poder público se concentraría en atender las áreas de Salud, Educación, Seguridad Pública y Protección Social.
Entre las metas trazadas por Temer y Meirelles están atraer inversiones extranjeras, dar seguridad jurídica a los inversionistas y estimular las exportaciones.
"Las exportaciones deben convertirse en una parte importante de nuestra economía y una fuente permanente de empleos bien remunerados para nuestra población", indica.
Respecto de los programas sociales, que fueron la marcas de los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), el documento confirma que pasarán por una reformulación, en especial el Bolsa Familia, que ofrece ayuda económica a familias de bajos recursos.
La idea, a este respecto, es concentrar los recursos del programa en los 10 millones de brasileños que integran la franja del cinco por ciento más pobre de la población.