Identificar a los desaparecidos en México, Ucrania o Siria, un “derecho humano” pendiente, dice experta

Internacional
/ 8 marzo 2025

El mundo afronta una crisis de personas desaparecidas por conflictos, migración y desastres naturales, afirma dice Kathryne Bomberger, directora de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP)

LA HAYA- El mundo afronta una crisis de personas desaparecidas por conflictos, migración y desastres naturales, pero la tecnología de ADN y la voluntad política son clave para el “derecho humano” de avanzar en la identificación de restos, sea en Ucrania, México o Siria, dice Kathryne Bomberger, directora de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP).

En un encuentro en La Haya, la sede de la comisión internacional, Bomberger explica a EFE que la desaparición de personas “ha sido un problema global desde siempre”, pero ahora “hay más conciencia al respecto” y se empieza a ver “como un problema de derechos humanos y Estado de derecho, y no solo como una cuestión humanitaria”.

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El papel de las mujeres ha sido clave en este cambio. Cuando antes “se las silenciaba, ahora son ellas quienes lideran movimientos para exigir justicia”, dice, aunque en muchos países “sigue habiendo estigma cuando una mujer desaparece, especialmente si es víctima de violencia sexual”.

Todos los países tienen problemas de personas desaparecidas, sea por el calentamiento global, el aumento de conflictos -es la mayor cifra de conflictos desde 1946-, o el aumento de migración relacionado. Nuestra misión es garantizar que los Estados asuman la responsabilidad de proteger los derechos de familias de desaparecidos”, explica.

La ICMP no recibe contribuciones directas y debe preparar propuestas y solicitar subvenciones. “Con Ucrania, logramos financiamiento después de la invasión rusa en 2022, cuando el mundo entendió que necesitaba ayuda y que eso implicaba encontrar personas desaparecidas, sobre todo después de encontrar fosas comunes en Bucha”, dijo.

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Pero ahora, lamenta, la ICMP “potencialmente ha perdido” la financiación estadounidense por los recortes en la agencia de ayuda exterior USAID. “Afortunadamente, tenemos donantes de Noruega, Alemania, Canadá, la Unión Europea, que nos permite continuar con estos esfuerzos, pero la pérdida de financiación ha sido considerable”, subraya.

MIGRACIÓN

La ICMP ha tenido también colaboraciones “intermitentes” con España. Bomberger admite que España tiene “capacidades forenses avanzadas y universidades reconocidas por su tecnología”, pero “hay más por hacer”, no solo para abordar las desapariciones durante la Guerra Civil, sino otros problemas más actuales, como la migración en general, y “los niños migrantes que desaparecen sin dejar rastro” en toda Europa.

Hay más de 70,000 migrantes desaparecidos en Europa, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Se necesita tecnología forense y compromiso político para identificarlos y procesar a las redes criminales que trafican con estas personas, señala la ICMP.

También en Estados Unidos hay niños “separados de sus familias en centros de detención, lo cual es una situación horrible que todos deberíamos querer resolver”, agregó.

El uso de tecnologías de ADN es clave para reunir familias, y como organización internacional independiente, podemos ayudar a proteger los datos de las personas para evitar que el gobierno los use en su contra”, explicó. En Estados Unidos, dice, muchos no querrán dar sus datos genéticos al gobierno porque “arriesgan la deportación”, pero sí lo harían con la ICMP.

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Lo mismo aplica para México, donde la “situación es complicada, con desapariciones forzadas desde los años sesenta, además de migrantes desaparecidos en rutas de tránsito”. México tiene tecnología avanzada de ADN y leyes, “pero necesita voluntad política para hacerlas funcionar”, incide.

EL CASO DE VIETNAM

Estados Unidos no escatimó en esfuerzos para encontrar a sus soldados desaparecidos durante la Guerra de Vietnam (1955-1975), pero no ayudó al país asiático a encontrar a sus desaparecidos. Décadas después, un grupo de veteranos estadounidenses se movilizó, reconociendo atrocidades como el uso de armas químicas como el Agente Naranja, que causó graves problemas de salud y deformaciones genéticas.

Con George W. Bush, se creó el “Programa de Legado de Guerra” para ayudar a abordar estas consecuencias. “Respondimos a una convocatoria para ayudar a Vietnam con la búsqueda desaparecidos”, señaló Bomberger, al señalar que era un “desafío intergeneracional” porque había desaparecidos desde hacía 50 años.

En 2023, hubo un avance clave: los científicos lograron extraer ADN de restos óseos antiguos y degradados en Vietnam, e hicieron una coincidencia genética entre tataranieto y tatarabuelo utilizando secuenciación de última generación.

Fue una oportunidad para desarrollar nuevas tecnologías científicas que no solo benefician a Vietnam, sino a todo el mundo. A pesar de esto, el programa se incluyó en las cancelaciones por recortes en USAID”, lamentó.

Esta cancelación fue revocada esta semana, pero: “Este tipo de vaivenes es extraño, estos proyectos solo traen beneficios. Ayudan a la humanidad, aseguran derechos de las familias de desaparecidos y avanzan en la ciencia de genética forense que el mundo necesita más que nunca”, advierte.

El tema de los desaparecidos no es solo sobre los muertos, sino sobre los vivos. Es un asunto de derechos humanos, especialmente para las mujeres, las principales supervivientes”, concluye.

Por Imane Rachidi, Agencia EFE.

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