Israel sube la apuesta y confía que Hezbolá retrocederá

Internacional
/ 25 septiembre 2024

Los mortíferos ataques de Israel y las advertencias de evacuación en Líbano el lunes mostraron su determinación de quebrar la determinación de Hezbolá

Por Patrick Kingsley

La intensificación de los ataques de Israel demuestra cuán decidido está a detener los ataques transfronterizos de Hezbolá, y lo lejos que se encuentra de lograr ese objetivo.

Los mortíferos ataques de Israel y las advertencias de evacuación en Líbano el lunes mostraron su determinación de quebrar la determinación de Hezbolá y obligar a la milicia, que controla decenas de pueblos en todo el sur de Líbano, a detener sus ataques transfronterizos contra Israel.

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Las maniobras también reflejaron lo lejos que está Israel de lograr ese objetivo y lo cerca que están ambas partes de una guerra total.

Las autoridades israelíes esperaban que, al intensificar sus ataques durante la semana pasada —tomando como objetivo las herramientas de comunicación de Hezbolá y matando a varios comandantes clave, así como a civiles libaneses—, inquietarían al grupo y lo convencerían de que se retirara de la frontera entre Israel y Líbano. Los funcionarios creían que si aumentaban el precio de la campaña de Hezbolá, sería más fácil para los diplomáticos extranjeros, como Amos Hochstein, un alto enviado de Estados Unidos, conseguir que el grupo se retirara.

De momento, ha ocurrido lo contrario. A pesar de la escalada de ataques israelíes, Hezbolá ha prometido no ceder ante la presión.

Los líderes del grupo han dicho que continuarán sus ataques hasta que Israel y Hamás, aliado de la milicia, acuerden un alto el fuego en Gaza. Y el domingo por la mañana, Hezbolá disparó decenas de misiles contra objetivos situados a unos 50 kilómetros dentro de Israel, sus ataques más profundos desde el comienzo de la guerra en octubre, que uno de sus altos cargos advirtió que era “solo el principio”.

Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, incluso ha desafiado a Israel a invadir el sur de Líbano, una medida que podría conducir tanto a un estancamiento prolongado como a una victoria israelí.

El lunes no parecía que la invasión fuera inminente, aunque Israel intensificó sus ataques y advirtió a la población civil de que evacuara los pueblos en los que, según dijo, Hezbolá almacenaba armas. El principal portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que el objetivo actual era una campaña aérea, no una operación terrestre.

Pero si Israel queda sin otras formas de presión militar, una invasión sería una de las pocas opciones militares que le restan a los dirigentes del país.

El ejército israelí, sin embargo, ya está al límite de su capacidad: sigue peleando en Gaza y ha intensificado sus operaciones en Cisjordania, donde realiza incursiones regulares en ciudades palestinas.

Los analistas militares han debatido la viabilidad de que Israel intente luchar en tres conflictos terrestres a la vez, especialmente teniendo en cuenta los retos que plantea una invasión de Líbano.

Tras 11 meses de combates, el ejército israelí aún no ha derrotado completamente a Hamás en Gaza. Y Hezbolá controla una zona más extensa y montañosa que Hamás en Gaza. También se considera en general que la milicia libanesa tiene un ejército mejor entrenado que el de Hamás, además de fortificaciones más sofisticadas.

Para invadir Líbano, lo más probable es que el ejército israelí tuviera que llamar a filas a miles de reservistas, muchos de los cuales ya están fatigados por haber servido en Gaza el año pasado.

c. 2024 The New York Times Company

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