Los cuatro tratamientos que la OMS estudia contra el coronavirus
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A través de una iniciativa llamada ’Solidaridad’, 10 países investigan de manera simultánea la efectividad de cuatro drogas para tratar a pacientes de COVID-19
El nuevo coronavirus está presente en más de 170 países del mundo. Los casos de infecciones y muertes son miles y crecen cada día, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a categorizar al COVID-19 como una pandemia.
Para intentar frenar la propagación de esta enfermedad, la entidad ha lanzado una iniciativa llamada Solidaridad. Consiste en un estudio clínico en el que diez países investigarán la efectividad de cuatro medicamentos para tratar a pacientes con coronavirus.
Entre los participantes se encuentran Argentina, Bahréin, Canadá, Francia, Irán, Noruega, Suiza, Sudáfrica, España y Tailan. La idea es que se investigue de manera simultánea si alguno de los cuatro fármacos, que ya están en el mercado, sirve también para frenar el COVID-19.
Es decir, se busca acortar el tiempo en vez de prolongarlo buscando la creación de nuevas drogas, explica la BBC.
Dichas terapias consisten en combinaciones o medicamentos empleados anteriormente contra el ébola, la malaria o el VIH. Fueron seleccionadas cuidadosamente por expertos de la OMS teniendo en cuenta criterios como la calidad de información y la disponibilidad de los fármacos.
El primero es el Remdesivir, diseñado originalmente para tratar el ébola. Aunque no resultó efectivo para estar enfermedad, parece tener potencial contra los coronavirus.
Stephen Morse, director del programa de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Columbia, explica que el Remdesivir “parece tener la más potente actividad anticoronavirus en las pruebas de laboratorio” en comparación con los otros medicamentos.
No obstante pese a los reportes que verifican que ha sido beneficiosa para pacientes con COVID-19, se necesitan más estudios para afirmar completamente su efectividad.
La Cloroquina es otra de las candidatas de la OMS. Durante muchos años fue utilizada contra la malaria hasta que el parásito que produce el mal mostró resistencia. La ventaja de esta droga es que es barata y se administra por vía oral.
Aunque es preciso mencionar que puede producir algunos efectos secundarios como dolor de cabeza, vómitos, diarrea, entre otros.
Otra opción de tratamiento para el coronavirus es la combinación del Ritonavir y el Iopinavir. Ambas fueron empleadas contra el VIH. Sin embargo, especialistas citados por la BBC indican que la mezcla no ha mostrado resultados alentadores contra el COVID-19.
La última candidata para vencer a la pandemia es la terapia con Ritonavir/Iopinavir en conjunto con Interferon-beta. Su elección se debió a que mostró eficacia en animales infectados con un tipo de coronavirus llamado MERS.