Tim Kaine pide en Arizona el voto en español
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El aspirante demócrata a vicepresidente es el primer candidato que pronuncia un discurso en español
“Necesitamos que todos y cada uno de los que estamos aquí vayan a votar. Y necesitamos que lleven a sus amigos, su familia y sus vecinos también. Cada voto cuenta”. El mensaje de Tim Kaine este jueves en Phoenix, Arizona, fue inequívoco. El idioma utilizado, el español, tampoco dejaba lugar a dudas de a quién iba dirigido.
El aspirante demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos hizo este jueves un poco de historia al convertirse en el primer candidato que pronuncia un discurso íntegramente en español en un acto de campaña (ya lo hizo en el Senado, en 2013). Un esfuerzo más para movilizar el voto hispano en Arizona, un Estado que por primera vez en mucho tiempo podría votar demócrata, para lo cual la comunidad latina tendrá que ser clave.
Hace dos semanas, la campaña demócrata creyó que tenía al alcance de la mano algo que hasta entonces parecía imposible: ganar Arizona, un Estado tradicional y consistentemente republicano. A cinco días de las elecciones, el sueño se aleja de nuevo: el republicano Donald Trump vuelve a imponerse con una ventaja de tres puntos de media —la cadena CNN la eleva hasta cinco puntos— sobre Hillary Clinton. Entre las noticias que han sucedido entre esos dos momentos que pueden haber dañado el voto demócrata está el reconocimiento por parte de la Casa Blanca de que el año que viene aumentará el coste medio del seguro médico asequible, el Obamacare. Arizona es uno de los Estados más afectados, con incrementos que en algunos casos superarán el 70%.
Pero los demócratas no parecen dispuestos aún a dar por perdido Arizona y los 11 votos electorales que otorga. No es de los estados que más votos reparta —para ganar, un candidato necesita llegar a los 270 votos electorales de los 538 que suman todos los Estados— pero, tal como se presentan las elecciones, ninguno de los candidatos está como para desechar un solo voto. De ahí los esfuerzos redoblados que en los últimos días han hecho desde Clinton en persona a, ahora, su número dos Kaine.
El senador por Virginia no solo habló en el español más que decente que aprendió en su juventud, durante el año que se pasó como voluntario trabajando junto a los jesuitas en El Progreso, Honduras, tal como recordó en su discurso. También envió un mensaje especialmente calculado para la población hispana en Arizona y extrapolable todo Estados Unidos.
“Los latinos ayudarán a forjar el futuro de Estados Unidos, porque ustedes son el futuro de Estados Unidos”, subrayó Kaine. Y pidió la ayuda del voto hispano —en Arizona el 21,5% de los ciudadanos con derecho a voto son latinos— para evitar una victoria del candidato republicano, Donald Trump, y su “visión alarmante y divisiva”.
Trump es “alguien que piensa que piensa que comunicarse con la comunidad latina significa tuitear una foto de un taco bowl”, que afirma que EE UU es un país “donde se habla inglés, no español” y que, recordó, lanzó su campaña electoral insultando a los inmigrantes mexicanos. “Es un payaso”, afirmó Kaine, que también recordó otras afrentas del republicano, como sus insultos a la ex Miss Universo hispana Alicia Machado o sus ataques al juez Gonzalo Curiel que tiene en sus manos la demanda en su contra por fraude por la Universidad Trump. El magnate dijo que no podía confiar en la parcialidad del magistrado porque es “mexicano”. Curiel nació en EE UU, hijo de padres mexicanos.
Phoenix es la capital de Arizona y, como tal, sede de la oficina del gobernador del Estado. Allí firmó en 2010 la entonces gobernadora Jan Brewer, republicana, la SB1070, una de las primeras y más duras leyes antimigratorias de la era Obama, y allí se asienta, en el condado de Maricopa, Joe Arpaio, que se jacta de ser el sheriff más duro de EE UU y que se ha convertido en la archienemigo de los inmigrantes, indocumentados pero también de los que tienen los papeles. Ambos han dado su apoyo a Trump y su mera mención provocó abucheos en el centro comunitario de Maryvale, Phoenix, donde Kaine pronunció su discurso.
Frente a Trump y sus acólitos, “nosotros creemos que ustedes son nuestros hermanos y hermanas, y lucharemos por ustedes”, prometió Kaine en su nombre y en el de la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton. Y esbozó sus programas para los temas que más preocupan a los hispanos en el país: la mejora de la economía, más facilidades para la educación y “una reforma migratoria integral que incluya un camino hacia la ciudadanía” para los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país.
A un día de que acabe el plazo para votar por anticipado en este Estado, Kaine subrayó la importancia del voto hispano. “Por primera vez en mucho tiempo, el Estado de Arizona es competitivo. Y cada voto cuenta”, insistió.
Arizona no entraba hasta ahora en las quinielas porque, a pesar de tener una fuerte presencia hispana —más del 21,5% de los ciudadanos con derecho a voto son latinos— es un Estado tradicionalmente republicano. Ahora se cree que se podrían cambiar las tornas y los hispanos de Arizona, el 70% de los cuales se declaran demócratas, frente a un 18% que se dicen republicanos, podrían ser los que acaben con el “reinado” republicano.
Según el diario local Arizona Central, estas elecciones han vivido el mayor incremento de voto por adelantado por la comunidad hispana de todo el país. Hasta el 30 de octubre, el 13% de los votos anticipados eran de votantes latinos, frente al 11% de 2012 y el 8% de 2008, cuando el rival de Obama era el senador republicano por Arizona John McCain.
Recientemente, Jan Brewer desestimó el voto hispano en Arizona al afirmar que los votantes latinos no constituyen un peligro porque “no salen a votar”. Algo que hizo que los activistas redoblaran sus esfuerzos para instar a esta masa electoral a ejercer su derecho al voto. 178.000 hispanos ya lo han hecho. Según el Pew Hispanic Center, quedan más de 800.000 latinos que todavía pueden acudir a las urnas hasta el 8 de noviembre.