Trump busca privatizar los dos gigantes hipotecarios rescatados en 2008
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Fannie Mae y Freddie Mac sostienen la mitad de las hipotecas en Estados Unidos a través de un sistema de garantías con el que adquieren los créditos de los prestamistas y los venden con acciones a inversionistas
El Gobierno de Donald Trump reveló este jueves un plan para privatizar los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, bajo control gubernamental desde que fueron rescatados durante la crisis de 2008.
Fannie Mae y Freddie Mac sostienen la mitad de las hipotecas en Estados Unidos a través de un sistema de garantías con el que adquieren los créditos de los prestamistas y los venden con acciones a inversionistas.
Ese sistema, según los expertos, permite generalizar el acceso al crédito con productos como la popular hipoteca de interés fijo a 30 años. En 2008, las dos compañías necesitaron una inyección de 187,000 millones de dólares del Gobierno del entonces presidente George W. Bush para mantener sus operaciones y evitar así mayores consecuencias a la crisis hipotecaria tras arriesgadas inversiones.
Desde entonces, el Gobierno se ha hecho cargo de las operaciones de ambas compañías, obteniendo beneficios de hasta 300,000 millones de dólares, pero también convirtiéndolas en el último gran asunto irresoluto derivado de la crisis financiera.
Aunque sobre el papel demócratas y republicanos están de acuerdo en poner fin al control público sobre Fannie Mae y Freddie Mac, el expresidente Barack Obama (2009-2017) esquivó el asunto por miedo a alterar un mercado en recuperación.
Ahora, Trump quiere devolver estas compañías a manos privadas, aunque, según los planes revelados por el Departamento del Tesoro, seguirán con respaldo público en caso de quiebra a cambio de un pago periódico.
“Ha llegado el momento, después de 11 años, de poner fin al control. Terminar con ese control es un paso fundamental para reducir la influencia gubernamental” en el mercado de la vivienda, asegura el Tesoro en su plan.
“Nuestra opinión es que la huella del Gobierno se ha vuelto demasiado grande”, dijo en entrevista con el rotativo The Wall Street Journal el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El plan del Gobierno es que el proceso de privatización, que no requiere el visto bueno del Congreso, sea lento y gradual para minimizar los riesgos y que no afecte al acceso a las hipotecas, en especial la de interés fijo a 30 años.
Sin embargo, los que se oponen a los planes de Trump argumentan que una privatización de Fannie Mae y Freddie Mac encarecerá las hipotecas y dificultará el acceso a ellas, alterando así el mercado de la vivienda y generando grandes beneficios para los inversionistas de Wall Street.
El senador Sherron Brown, el demócrata de mayor rango en el Comité Bancario de la Cámara Alta, dijo que el plan de Trump “hará que las hipotecas sean más caras y más difíciles de obtener”.
“Insto al presidente: facilite a los trabajadores comprar o alquilar sus viviendas, no lo haga más difícil”, añadió. Por su parte, el consultor y exasesor de Obama en temas de vivienda, Jim Parrott, dijo al Journal que “los inversores serán mucho más exigentes y cobrarán más por los préstamos en los que estén dispuestos a invertir”.
“Eso no quiere decir -añadió- que no debamos considerar reducir el papel del Gobierno, pero debemos ser honestos sobre su impacto”.