‘Los Narcosatánicos’... la banda de Adolfo Constanzo que secuestró y asesino a 17 personas; actrices de Televisa fueron vinculadas

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/ 30 mayo 2022

Corrían los años ochenta en México cuando un grupo de narcosatánicos aterrorizó a la población, bajo el mando de Adolfo de Jesús Constanzo

En los años 80’s, el mundo vivió un ‘pánico satánico’ que surgió en los Estados Unidos y se extendió primero por todo el país y luego a otras partes del mundo, incluido México, para desaparecer a finales de la década de 1990.

Las denuncias por abuso ritual satánico incluían informes de maltrato físico y abuso sexual en un contexto de rituales satánicos u ocultistas.

En su forma más extrema, el abuso ritual satánico incluía una supuesta conspiración a nivel mundial en la que estarían implicados una élite de ricos y poderosos para secuestrar o criar a niños para su uso en sacrificios humanos, pornografía y prostitución.

‘Los Narcosatánicos’

Corrían los años ochenta en México cuando un grupo de narcosatánicos aterrorizó a la población, bajo el mando de Adolfo de Jesús Constanzo.

Jesús Constanzo era conocido como “El Padrino de Matamoros” y el “Narco satánico de Matamoros”, que desde muy niño se vio atraído por el culto de su madre: el Palo Mayombe.

La secta aterrorizó al país por los horrores y sacrificios que hacían con restos humanos como columnas vertebrales y corazones incluidos.

El culto establecido en Matamoros, en la región fronteriza de México, vendía drogas y desplegaba ceremonias ocultas de protección.

Para fines de 1987, los narcosatánicos secuestraban y asesinaban a personas para usarlos en sacrificios humanos. Estas víctimas cayeron junto con los rivales del culto y de las drogas.

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Lucía Méndez y Yuri, vinculadas a los Narcosatánicos

En 1989, tras protagonizar el exitoso melodrama, “El Extraño Retorno de Diana Salazar”, Lucía Méndez y Yuri fueron vinculadas con una secta que realizaba rituales satánicos y sacrificios humanos, conocida como “Los Narcosatánicos”.

Tanto Lucía Méndez como Yuri fueron relacionadas con El Padrino de Matamoros, y hasta hubo quien dijo que las artistas eran las amantes del líder de la secta satánica.

“Fue una telenovela que me trajo cosas maravillosas pero también cosas muy fuertes, mi hijo tenía tres meses de haber nacido, yo no había salido ni a la puerta y de pronto nos encontramos con titulares en todo el país que decían: ‘Lucía y Yuri satanizadas’, (dijeron) que estábamos rayadas, que éramos amantes de Constanzo y que éramos amigas de Sara (Aldrete)”.

Cuando la secta salió a la luz, se rumoraba que algunos famosos estaban inmiscuidos en el grupo delictivo, entre ellas Yuri y Méndez, así lo recordó la propia actriz en 2020, en el programa “De Primera Mano”.

“Era puro invento, a mí y a Yuri. Yuri tenía ‘El Apagón’, en primer lugar. Un éxito impresionante con ‘El Apagón’, y yo tenía ‘Diana Salazar’, con los ojos amarillos, y lo único que les gustó fueron nuestros nombres porque yo tenía tres meses de no salir de mi casa porque Pedro Antonio (su hijo) tenía tres meses de nacido”, recordó.

La polémica fue tal, que Lucía y Yuri tuvieron que defender su inocencia ante la justicia y dejaron claro que no tenían vínculo alguno con los narcosatánicos.

“Yuri y yo fuimos a buscar al procurador y nos pusimos a llorar como Magdalenas, nos veía llegar y decía: ‘otra vez aquí, un drama de telenovela, que se larguen’, no lo dejamos en paz hasta que nos dio una carta en la que él dijo que no teníamos nada que ver con los narcosatánicos”.

Más adelante, el mismo Constanzo de manera pública aseguró que sí las conocía, pero negó tener cualquier tipo de relación con ellas.

¿Quién es Adolfo Constanzo?

Adolfo Constanzo fue un asesino en serie, su sobrenombre fue el de “el padrino de Matamoros” y “el narco satánico de Matamoros”.

Constanzo nació el 1 de noviembre de 1962 en Miami (Florida, Estados Unidos) de padres refugiados cubanos. Su madre tuvo a Adolfo a la edad de 15 años y tendría eventualmente tres hijos de diferentes padres.

Constanzo fue bautizado como católico y sirvió como monaguillo, pero también fue influenciado por su madre en el culto denominado palo mayombe en el que ella era sacerdotisa.

Constanzo y su madre, fueron arrestados numerosas veces por crímenes menores como robo, vandalismo, y “farderismo” (robo a comercios, ocultando mercancías entre sus vestimentas). Se graduó en la secundaria, pero fue expulsado del bachillerato. Su madre creía que él tenía habilidades psíquicas por, supuestamente, haber predicho el intento de asesinato del entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan en 1981.

Ya adolescente, se hizo amigo de otro sacerdote del rito palo mayombe, quien le enseñó las habilidades necesarias para acabar siendo un narcotraficante y estafador en una carrera “encaminada hacia la maldad”. Apuesto y bisexual, sus amigos de Miami le consiguen trabajo como modelo en México.

Constanzo se instaló en Ciudad de México, subsistiendo como lector de cartas de tarot. Su carisma y supuestos poderes le otorgan éxito inmediato en el submundo de la prostitución y la delincuencia. Ahí reclutó a dos jóvenes: Martín Quintana Ramírez y Omar Orea Ochoa, para que se desempeñaran como sus sirvientes, amantes y discípulos.

Constanzo regresó a Miami por un espacio de tiempo corto, pero regresó nuevamente a México a mediados de 1984. Sobre los siguientes años se convertiría en el líder de un poderoso culto que tenía a capos del narco, músicos famosos e incluso oficiales de policía bajo su mando.

El culto establecido en Matamoros, en la región fronteriza de México, vendía drogas, desplegaba ceremonias ocultas de protección y, para fines de 1987, secuestraba y asesinaba personas para usarlos en sacrificios humanos. Estas víctimas cayeron junto con los rivales del culto y de las drogas.

Cuando un turista americano, de 21 años de edad y de nombre Mark Kilroy, desapareció en Matamoros durante el período de vacaciones de primavera en 1989, la policía local enfrentó la presión de las autoridades de Texas y se dio a la tarea de investigar su paradero. Pronto descubrieron el culto de Constanzo por accidente (bajo circunstancias inenarrables en una investigación contra el tráfico de drogas) y, después de arrestar a miembros de su secta, rápidamente descubrieron que eran responsables del asesinato de Kilroy.

Más y más miembros del culto de Constanzo fueron detenidos hasta que, el 6 de mayo del mismo año, lo acorralaron a él y a cuatro de sus seguidores (dos de ellos eran Martín y Omar) en un costoso departamento de la Ciudad de México. Determinado a no ir a prisión, Constanzo ordenó a sus seguidores lanzar puñados de dólares por la ventana para distraer a los policías.

Después de un par de horas de enfrentamiento, Constanzo, decidido a no ir a prisión, ordenó a uno de los discípulos que le disparara a él y a Quintana. Cuando la policía finalmente irrumpió, Constanzo y Quintana ya habían muerto.

Sara Aldrete se declaró inocente y una víctima de la situación, la policía acreditó su complicidad con Constanzo, ya que era su amante y cómplice criminal.

Fue sentenciada a purgar una condena de más de 62 años de prisión por su participación en el culto, los secuestros, torturas y asesinatos.

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