Acelerada urbanización ha llevado a pérdida de vegetación y humedales en Tabasco
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Se prevé que para el año 2040 desaparezcan mil 449 hectáreas de vegetación arbórea y 356 ha de humedales, y con ello, se dará una pérdida de biodiversidad acuática
En los escenarios de cambio climático, Tabasco es la entidad mexicana con la planicie costera más vulnerable con sequías y lluvias extremas. Su excedente de agua es un regalo de la naturaleza que debería ser un promotor de desarrollo económico y de bienestar social, indicó el investigador Alberto de Jesús Sánchez Martínez.
La vulnerabilidad de la población tabasqueña por un manejo inadecuado de sus sistemas fluviales —en la entidad los ríos Grijalva y Usumacinta constituyen la principal reserva de agua del país— es quizá mayor que en el año 2007 cuando la crecida de los ríos inundó el 70% del territorio, el 75% de la población resultó afectada, se afectaron 570 mil hectáreas agrícolas con pérdidas por 462 millones de dólares y 123 mil viviendas resultaron dañadas.
El cambio de uso de suelo en Tabasco, y en especial de su capital, Villahermosa, ha llevado a la fragmentación de los humedales, a rellenar las áreas de inundación temporal, deforestar y transformar la red fluvial superficial de los ríos de la cuenca Grijalva, así como la pérdida de ecosistemas y biodiversidad. El crecimiento urbano transformó a la ciudad compacta en una urbe fragmentada.
De continuar con esta tendencia se prevé que en el año 2040 desaparezcan mil 449 hectáreas (ha) de vegetación arbórea y 356 ha de humedales, adicionales a las 4 mil ha de cobertura vegetal y 289 ha de humedales que se han perdido en los últimos 40 años en Villahermosa y zona conurbada.
Alberto de Jesús Sánchez Martínez, investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, se encuentra entre los investigadores que estudia la cuenca baja del río Grijalva en donde se encuentra Villahermosa, una zona planicie costera en donde hay una gran cantidad de agua acumulada y elevada diversidad de flora y fauna acuática.
Indicó que la presión urbana se dio a partir de la década de 1970 con el auge petrolero, lo que trajo consigo la migración de miles de personas que demandaban casa, comida y servicios, y para ejemplificar la importancia de esta actividad, en 1978 tres cuartas partes del producto interno bruto del estado provenía de la extracción y tratamiento de hidrocarburos.
Hoy en día, el desplome del precio del crudo ha representado para la entidad la pérdida de miles de empleos: se encuentra en el primer lugar de desocupación en el país, lo cual ha frenado la expansión de la mancha urbana, pero no ha representado una mejora en la gestión del recurso hídrico.
“Lamentablemente se mantiene la política del relleno de zonas pantanosas porque son mal consideradas como insalubres. El crecimiento económico y urbano de Villahermosa se frenó hace dos años. Esperemos que haya de nuevo crecimiento y empleo asociado a otras actividades, solo pedimos que haya un mayor cuidado en el diseño del ordenamiento territorial”, comentó el especialista en ecología de ecosistemas acuáticos someros.
Sánchez Martínez añadió que la proyección es problemática pues el miedo a las inundaciones continúa y este temor ha motivado la desconexión y transformación de los ecosistemas que evitan el intercambio de agua entre las lagunas y ríos. Hay humedales fluviales en donde el río alimenta las zonas aledañas.
En los escenarios de cambio climático Tabasco es la entidad con la planicie costera más vulnerable con sequías y lluvias extremas. Y el problema es que la vulnerabilidad “es generada socialmente, este excedente de agua es un regalo de la naturaleza que debería ser un promotor de desarrollo económico y de bienestar social”, señaló el investigador y agregó que “es deseable que tengamos una mayor influencia con los gobernantes en turno y que la sociedad tenga una actitud más abierta para reconocer que pueden existir otros modelos de crecimiento”.
Académicos consideran que el cambio de uso de suelo y el deterioro ambiental que presenta Villahermosa y asentamientos aledaños pueden ser mitigados mediante el diseño de un programa de regulación urbana incluyente, transdisciplinario, transparente y sustentable, que integre multi-escalas espaciales y temporales, respete el marco normativo, actualice las reservas territoriales, promueva la conservación y creación de áreas naturales protegidas e incluya el ordenamiento territorial en la cuenca del río Grijalva.
“La recomendación es evidente pero pareciera que es muy difícil de instrumentar: reconocer las características de la naturaleza de cada zona, y a partir de ahí evaluar las actividades productivas que sean factibles, respetar los planes de ordenamiento territorial, y poner en balanza los objetivos de desarrollo económico del estado a mediano y largo plazo”, destacó el profesor titular del doctorado en ciencias en ecología y manejo de sistemas tropicales.
En el artículo “Pérdida de humedales y vegetación por urbanización en la cuenca del río Grijalva, México”, del cual es coautor Sánchez Martínez junto con Miguel Ángel Palomeque de la Cruz, Adalberto Galindo Alcántara y Miguel Jorge Escalona Maurice, publicado en la revista Investigaciones Geográficas en diciembre de 2017, se detallan las transformaciones que ha sufrido el territorio tabasqueño, entre las que destacan su periurbanización, esto es, el asentamiento irregular de habitantes en zonas altamente inundables, carentes de servicios municipales y dedicados a la agricultura.