Carta de madres de migrantes desaparecidos al papa Francisco

Nacional
/ 13 febrero 2016

"Se estima que hay entre 70,000 a 120,000 migrantes no localizados en tránsito por México a partir del 2006 de quienes no se cuenta con datos confiables que determinen su cantidad" dicen en una carta dirigida al Papa

Mujeres de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala solicitan al papa Francisco que “con su enorme influencia y autoridad moral encuentre formas de modificar la terrible realidad a la que se enfrentan los migrantes en tránsito, en su destino, y en su retorno voluntario o forzado y también los efectos demoledores que las ausencia provocan en las comunidades y familias que se quedan”.

Aquí la carta completa:

“Los participantes de la XI Caravana de Madres Centroamericanas, nos dirigimos a usted para manifestarle nuestro profundo respeto y admiración. Se ha dado a conocer que uno de los grandes temas en agenda para próxima su visita a México es la migración, deseamos compartir con su santidad, asuntos que nos preocupan profundamente solicitando respetuosamente que con su enorme influencia y autoridad moral encuentre formas de modificar la terrible realidad a la que se enfrentan los migrantes en tránsito, en su destino, y en su retorno voluntario o forzado y también los efectos demoledores que las ausencias provocan en las comunidades y familias que se quedan.

“Por cualquier ángulo que miremos a la migración, nos encontramos con historias de terror que ameritan ser estudiados y corregidas con urgencia: la gente pobre vive en condiciones de permanente estrés y sufrimiento extremos y está siendo aniquilada. La lucha por el respeto a sus derechos humanos ha sido reducida a la lucha por el derecho más fundamental: El Derecho a la Vida.

“Desde hace once años, las Caravanas de Búsqueda de Madres Centroamericanas, hemos viajado a México a averiguar el paradero de hijos, hermanos, o familiares no localizados quienes según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, se ubican en decenas de miles, pues se considera que hay más de 20 mil desapariciones cada año, cifra que se ha recrudecido en forma alarmante a partir del 2010. Alrededor de 400,000 migrantes cruzan por México cada año. Un poco más del 80% no logra su propósito y se monta al carrusel de intento, deportación, nuevo intento, nueva deportación para, con suerte, lograr cruzar y establecerse en los Estados Unidos, (18.3%).

“Los números no dan… ¿Dónde quedaron todos los que no logran cruzar? ¿Los regresaron a sus casas a la misma situación de violencia que los expulsó? ¿Continúan en el carrusel migratorio? o finalmente vuelven a cruzar a los Estados Unidos, o se establecen en México y muchos más quedan invisibles, no localizados, desaparecidos… Esa es la pregunta que nos hacemos las madres todos los días.

“—LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS MIGRANTES DEL MUNDO. Los modelos económicos que prevalecen en la mayor parte del planeta, han concentrado la riqueza y el poder en manos de muy pocos mientras que han causado la pobreza, marginación, desesperación, violencia y destrucción del tejido social aguda en nuestros países. Los poderosos han escogido a los migrantes para señalarlos como culpables de los males que ellos mismo provocan. Hay una campaña universal de desprestigio hacia los migrantes, que genera xenofobia, discriminación y encubren los verdaderos fines de la campaña: la contención y represión del descontento social a través de la politización y la militarización de los países.

“En México, a instancias y con el apoyo de los Estados Unidos, observamos señales claras de la consolidación de un estado policiaco-militar caracterizado por ser cómplice del crimen organizado bien sea por acción, omisión, negligencia, colusión, protección o complicidad, que no se rige el respeto los derechos humanos de propios y ajenos y donde reina la impunidad y se reprime ferozmente la protesta social.

“—EL DERECHO A MIGRAR, A NO MIGRAR Y A NO SER DESPLAZADO FORZADAMENTE. En Centroamérica, la violencia extrema de la criminalidad combinada con la incapacidad o falta de voluntad de los gobiernos para controlar el acoso a la población, ha convertido el fenómeno migratorio en un fenómeno de expulsión forzada que ningún país quiere reconocer: Los países de origen porque desnuda sus fracasos, México porque no podemos incomodar a los Estados Unidos, y los Estados Unidos porque los prefieren indocumentados para eficientar al máximo la explotación de la fuerza laboral. La tragedia centroamericana-mexicana reviste características similares a la tragedia del Mar Mediterráneo y sucede por las mismas causas. La ambición desmedida de los dueños del mundo financiero coludidos con el poder político buscan adueñarse de todos los recursos del mundo y crean la profunda desigualdad en la distribución de la riqueza al interior de los países y entre países. Los dueños del dinero necesitan a los gobiernos para que favorezcan y resguarden sus intereses. Los intereses geopolíticos crean guerras, y la desigualdad extrema produce el entorno ideal para que la sociedad se descomponga, se vuelva cada vez más violenta, injusta y criminal.

“Ahora, la motivación principal para decidir migrar es la violencia que se traduce en amenaza real a nuestras vidas. El derecho a migrar de los pobres, realmente nunca ha sido un derecho, mucho menos el derecho a no migrar, y en cuanto al derecho de no ser desplazado a la fuerza, ese es realmente inexistentes. LA MAYORIA DE LOS MIGRANTES CENTROAMERICANOS de hoy, temen por sus vidas y por eso emprenden la huida.

“Las organizaciones internacionales tendrían que reconocer clara y abiertamente que estos migrantes tienen derecho a que se les otorgue refugio. No lo han hecho, para no incomodar a los poderosos, mientras los migrantes seguimos poniendo los cadáveres.

“—VIOLENCIA, DESAPARICIÓN, MUERTE. Se estima que hay entre 70,000 a 120,000 migrantes no localizados en tránsito por México a partir del 2006 de quienes no se cuenta con datos confiables que determinen su cantidad, son los invisibles entre los invisibles. Las magras cifras oficiales sólo reflejan que los familiares de los desaparecidos, no pueden venir a México, por falta de recursos o de documentos migratorios, a fincar sus denuncias formales a los ministerios públicos, única puerta de entrada al sistema de registro oficial, por lo cual no pueden considerarse ni remotamente adecuadas.

“Nuestro país obligó a los migrantes a buscar la invisibilidad, el anonimato y la ayuda de profesionales por las rutas de la clandestinidad. Las maras, pandillas, carteles, bandas locales de México, policías, autoridades corruptas, ejército mexicano, maquinistas y garroteros de los trenes, tienen control sobre la ruta migrante: enganchan, extorsionan, roban, secuestran, violan, y asesinan. La migración Centroamérica hacia Estados Unidos, está sucediendo en medio de un gran incremento de la inseguridad, situación que se ha agravado por el aumento de la violencia en México, pero que también hace crisis en Honduras, El Salvador y Guatemala.

“La colusión de la autoridad mexicana de todos los niveles de gobierno con la delincuencia, bien sea por acción, omisión, negligencia, colusión, protección o complicidad, está plenamente acreditada. A partir del año 2010, el gobierno de México ya no pudo seguir ocultando las masacres ni las fosas clandestinas -que contienen tanto a mexicanos como a migrantes. La noticia de los 72 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas, dio la vuelta al mundo y se conoció que los policías municipales de San Fernando estuvieron involucrados en la muerte de los migrantes asesinados realizando labores de halconeo, intercepción de personas y omisión en su deber al observar, sin ejercer acción, delitos cometidos por miembros de la organización criminal “Los Zetas”.

“Las nuevas políticas migratorias que se practican en campo no corresponden con las que están enunciadas en los documentos oficiales de México, tal es el caso del Programa Frontera Sur, que está causando una debacle en la ruta migratoria al desdibujar el referente de las vías del tren, y un aumento en las violaciones a los derechos humanos de los migrantes, mas extorsión, mas heridos y más muertos.

“—PROCURACION DE JUSTICIA Y EL GRAVE PROBLEMA DE LA TRATA. Las cárceles de México albergan a miles de migrantes indocumentados, detenidos en forma irregular y sin posibilidad de defenderse. Muchos de ellos han perdido todo contacto con sus familias. Como ejemplo hacemos notar que una de cada dos personas detenidas y acusadas de trata en el estado de Chiapas, son mujeres y, al menos, una tercera parte, son mujeres migrantes sin documentos y sin acceso a defensa consular. En casi todos los casos, son acusaciones que el ministerio público fincó a partir de testigos o víctimas, también migrantes, que no ratificaron su dicho o lo modificaron, y que incluso señalaron haber sido presionadas para testificar en contra de la detenida, mientras que los tratantes o compran su libertad o no son procesados y continúan operando las redes internacionales que someten a mujeres, hombres y niños a la esclavitud con fines sexuales.

“El sistema de procuración de justicia de México, transita entre la corrupción, la injusticia y la impunidad. Se requiere una revisión de todos los expedientes judiciales de extranjeros en prisión, con el fin de determinar aquellos casos donde el debido proceso ha sido claramente violentado y lograr la excarcelación de los inocentes y el respeto a las garantías individuales de aquellos que no sean liberados. Así como que los consulados de los países de origen notifiquen a las familias acerca del paradero de sus seres queridos.

“Que se reconozca la tragedia de los migrantes en tránsito por México con el fin de lograr una visibilidad comparable a lo que sucede en el mar Mediterráneo, que los migrantes en tránsito por México sean puntualmente incluidos en las áreas de responsabilidad de las organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos y de los migrantes, y sobre todo,

“Que se reconozca el status de refugiado para los migrantes centroamericanos para asegurar su derecho al asilo.

“Que los tratados comerciales no solo permitan el libre tránsito de mercancías, sino que sean las personas las que puedan transitar sin visas, o bien que se les otorguen visas de transito o que se instrumente la ciudadanía regional con un documento único de identificación donde cualquier persona pueda moverse libremente por toda la región.

“Que las políticas migratorias sean realmente respetuosas de los derechos humanos de la gente que migra, y desaparezcan programas de contención, como el Plan Frontera Sur que no solo no detendrá la migración sino que ha resultado en una cruel y criminal cacería de migrantes.

“Que se respete nuestro derecho a la verdad, instrumentando investigaciones prontas, precisas y claras que arriben al esclarecimiento de la verdad y se muestre mayor interés, voluntad y recursos para encontrar a migrantes no localizados. Esto incluye la exhumación y determinación de los ADN, de los cuerpos que están en las fosas comunes de los panteones mexicanos y en las fosas clandestinas que están sembradas por todo el país.

“Que nos urge obligar al gobierno de México a que rinda cuentas, construya y transparente bases de datos uniformes a nivel federal que recojan la información que tienen los diferentes estados de la republica, así como SEMEFOS, Bancos de ADN, hospitales, cárceles, centros de detención migratoria, albergues de desposeídos, etc. La información dispersa sólo encubre realidades y aumenta la dificultad de localizar personas. Urge sistematizar y construir bases de datos veraces y útiles que faciliten satisfacer el “derecho a la verdad” de las familias y la “reparación del daño”.

“Que los países centroamericanos, particularmente a El Salvador, Honduras y Guatemala, que incluyan en sus Censos nacionales preguntas permitan conocer la cantidad de desaparecidos que tiene cada familia.

“Muy estimado Santo Padre, sabemos de su preocupación por los temas que le hemos planteado y muchos más que se quedan en el tintero, las madres centroamericanas comedidamente le pedimos su ayuda, su influencia y sus gestiones son de la mayor trascendencia. “En cada encuentro decimos si se pudo y sé que así un día yo encontrare a mi hijo desaparecido”, es lo que decimos para darnos fuerza cuando recorremos territorios Mexicanos en busca de otra historia de horror, esperando que un milagro nos permita encontrar al ser querido, perdido en el laberinto criminal en que se ha convertido México.”

COMENTARIOS

Selección de los editores