Constructores del NAIM mienten, “es una farsa” que pueda salvar flora y fauna de Texcoco: especialista

Nacional
/ 23 septiembre 2018

Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que el “rescate de fauna y flora” en la zona de construcción del NAIM, a la que alude el Grupo Aeroportuario, es una “farsa”. “Lo que hacen es agarrar las plantas y trasladarlas a otro sitio, por lo general se llevan a los jardines botánicos y esos ejemplares ya mueren en lo que a población silvestre se refiere”, dijo. Mientras que en el caso de fauna, “lo único que están haciendo es atrapar animales e irlos a soltar a cualquier lado sin darles seguimiento”

Por Zoilo Carrillo y Shaila Rosagel para SinEmbargo, con información de EFE

Ciudad de México.– El rescate de las especies afectadas por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el lago de Texcoco es una tarea sumamente complicada y “de difícil solución”, sostuvo a EFE la bióloga Patricia Escalante.

La investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró que la voluntad de salvar a las especies “es una farsa” y el propósito, algo irreal, pues hay aves que, “en toda la cuenca de México, sólo se pueden encontrar ahí”, sin posibilidad de acondicionarles un espacio similar.

“No es nada fácil encontrar un sustituto del lago, aparte de que, en caso de que se pudiera, costaría mucho dinero hacer planicies salinas en otra parte y propiciar otro lago”, aseveró.

Uno de los espacios que han sugerido expertos es el hueco que dejará el lugar donde se ubica el aeropuerto actual, “un área grande y que podría ser un cuerpo de agua”.

No obstante, según Escalante, “esa área tiene mucha contaminación por la luz y el sonido de la ciudad, los cuales son perturbadores para la vida silvestre”.

“Las especies no se pueden reproducir igual si tienen los focos prendidos por la noche”, aseguró la doctora en Psicología y Biología evolutiva por la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés).

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Además, consideró “un poco necio tener un humedal en el que ya habitan las especies, destruirlo y recrear uno que no tenemos”.

Para finalizar este argumento, cuestionó: “Es un lago muy grande ¿dónde vamos a tener esa superficie para recuperar el hábitat para las aves acuáticas?”.

“No existe un terreno así en la cuenca de México”, sentenció.

Otra solución que han propuesto algunos arquitectos en el libro México Ciudad Futura es la de rodear de lagos el nuevo aeropuerto.

Esto, para la científica, puede sonar bonito, pero no va a evitar que las aves choquen con los aviones.

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Las 10 mil hectáreas donde se está construyendo el aeropuerto están divididas en una parte norte –en la cual existen planicies salinas y donde se está construyendo la terminal– y en una parte sur, donde hay cuerpos de agua como el lago Nabor Carrillo, donde habitan miles de especies.

En el lago hay animales endémicos, reptiles y aves, las cuales se concentran en los humedales.

“Tenemos aves acuáticas residentes que establecieron poblaciones reproductivas desde que se empezó a componer el hábitat, como los chorlitos nevados, que es una especie amenazada a nivel continental, y otras aves acuáticas como las avocetas o el pato mexicano”, precisó.

Según los datos de la investigadora, se estiman entre 70 mil y 350 mil aves acuáticas.

Además de las especies que allí se reproducen, también hay aves migratorias que vienen de Canadá y Estados Unidos que, si se destruye su ecosistema de paso, no podrán detenerse ahí a alimentarse y continuar su travesía.

La especialista habló también sobre el “rescate de fauna y flora” al que alude el grupo aeroportuario, operación que calificó de “farsa”.

“Lo que hacen es agarrar las plantas y trasladarlas a otro sitio, por lo general se llevan a los jardines botánicos y esos ejemplares ya mueren en lo que a población silvestre se refiere”.

En el caso de fauna, “lo único que están haciendo es atrapar animales e irlos a soltar a cualquier lado sin darles seguimiento”.

Agregó que se “se les debe poner un transmisor a las especies para ver si sobreviven, pero no lo hacen”.

“Simplemente están tomándose la foto para que vean que atraparon a los animales y lo que hacen es soltarlos en otro lugar sin tomar en cuenta que en esos otros lugares ya hay una flora, ya hay una fauna y una capacidad de carga determinadas”, criticó.

Cabe mencionar que Escalante formó parte de los científicos que realizaron el estudio ambiental para la construcción del aeropuerto hace 18 años, experiencia para la que se le solicitó que firmara un acuerdo de confidencialidad por cinco años.

En aquel tiempo, según la experta en ornitología y genética de poblaciones, ya se dejaba entrever que la decisión de construir el aeropuerto estaba tomada.

Con respecto a la situación actual, la científica se mostró optimista de que el aeropuerto se va a cancelar.

“Pero si no se cancela, tengo la percepción de que los problemas van a continuar y no van a poder operar, van a destruir un ecosistema que afecta a toda la Ciudad de México”, finalizó.

SE OMITIÓ DAÑO A LAS AVES: LUEGUE

La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aprobada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2014 para construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue un mero trámite “justificatorio” para aprobar el proyecto y omitió a propósito las implicaciones que habría sobre el Lago Nabor Carrillo, revela José Luis Luege Tamargo, ex director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y ex titular de la Semarnat durante las administraciones panistas.

La MIA es un estudio que permite prevenir, planear e identificar los efectos negativos que puede generar una obra sobre el medio ambiente. Es un documento en donde se señalan las medidas preventivas para minimizar los efectos negativos, en este caso del NAIM, y un requisito indispensable que debe aprobar o rechazar la Semarnat.

Luege Tamargo realizó un análisis sobre la construcción del NAIM, el proyecto estrella de la administración de Enrique Peña Nieto, en el Zona Federal del Lago de Texcoco (ZFLT) por encargo de Javier Jiménez Espriu?, pro?ximo Secretario de Comunicaciones y Transportes.

Cuando se aprobó la MIA del NAIM, en 2014, Juan José Guerra Abud era titular de la Semarnat.

“La Manifestación de Impacto Ambiental [del NAIM] es un documento justificatorio, de trámite para aprobar el proyecto. No hubo una evaluación a fondo de varios aspectos, el más importante es el del Lago Nabor Carrillo […]. Es una violación muy grave a la Ley ambiental y es una cuestión penal que implica una responsabilidad de la autoridades de Semarnat el haber aprobado ese impacto ambiental sin tomar en cuenta los impactos reales”, afirmó el ex funcionario federal, que se desempeñó como Secretario de Medio Ambiente en la administración de Vicente Fox Quesada.

En entrevista para este diario digital, Luege Tamargo explicó que la implicación más grave de la construcción de NAIM en esa zona es la desaparición del Lago Nabor Carrillo que data de los años 80 y que replicó la condición del viejo Lago de Texcoco a donde llegaron aves migratorias de Canadá y generó un microclima para toda la zona oriente de la Ciudad de México.

“Todos esos beneficios y servicios ambientales del Lago Nabor Carrillo, que es una superficie de mil hectáreas que quedan fuera de operación por el aeropuerto, no lo evaluó el impacto ambiental, no lo menciona. Ahora que van súper adelantados nos dicen que los especialistas en control aéreo les confirman que no puede estar el lago con espejo de agua, porque no pueden llegar aves migratorias; bueno eso lo debieron haber evaluado antes, no a estas alturas. Eso es para mí es de lo más grave”, consideró.

El ex funcionario federal advirtió que desaparecer el lago será un daño “inconmensurable” para la Ciudad de México y un daño ecológico invaluable.

“Yo como director de Conagua siempre me opuse a la construcción del aeropuerto en el vaso del Lago de Texcoco. Cuando se presenta el proyecto me opuse y siempre dije que era mejor plantear algo más, aunque estuviera alejado del actual aeropuerto. En Tizayuca decía yo, porque implicaba un nuevo polo de desarrollo y la distancia se puede salvar con un tren rápido. Durante los dos primeros años de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto yo ofrecí mis argumentos. Ellos tomaron la decisión y la responsabilidad queda totalmente en la administración de Peña Nieto”, apuntó.

Luege Tamargo criticó que el Lago Nabor Carrillo ha sido secado para demostrar, como “una ofensa a la inteligencia de los mexicanos”, que si quitan el agua, no llegan las aves migratorias. Ya va a la mitad.

Además, la MIA tampoco tomó en cuenta los hundimientos que se registran en la zona que oscilan entre los 20 y 40 centímetros al año. De construirse el NAIM, advirtió, se inundarán las comunidades asentadas alrededor del nuevo aeropuerto.

“En esa zona confluyen la mayor parte de los desagües de aguas negras. Llega todo, todos los ríos. La zona se está hundiendo y está provocando que no tengamos la capacidad de desagüe. No hay seguridad para la operación del aeropuerto y para las comunidades vecinas”, explicó.

El peligro para la zona oriente de la ciudad, añadió, es de inundación por el desbordamiento de agua en la temporada de lluvias, pues los drenes superficiales ya no tienen capacidad de desagüe y perdieron su desnivel original.

COSTOSA, CUALQUIER DECISIÓN

El ex director de la Conagua explicó que la decisión que tiene que tomar el próximo Gobierno federal es “muy difícil” ante las dos opciones que están sobre la mesa: continuar con la construcción en el Lago de Texcoco o lo costoso que es llevar el nuevo aeropuerto a la Base Aérea de Santa Lucía.

“Ahora el problema es la decisión, es una cuestión muy complicada: si se abandona el proyecto hay que pagar los compromisos de todo lo que ya está pactado y pagar penalizaciones y pleitos internacionales porque están cancelando el proyecto sin justificación para el contratista”, dijo.

Pero además, agregó, si se decide cancelar el proyecto se debe remediar el sitio, pues han metido millones de toneladas de basalto, tezontle y concreto. “Abandonar y dejar todo tirado sería peor”, señaló.

Pero si se decide continuar con la construcción del NAIM, explicó, además de pagar el sobrecosto que tiene actualmente la obra –que ya llegó casi a los 300 mil millones de pesos–, se debe invertir en obras hidráulicas costosas que no están contempladas en el proyecto para evitar las inundaciones futuras y construir otra gran laguna en sustitución al Lago Nabor Carillo y otras tres lagunas más al oriente del aeropuerto.

“Si se nos confirma por encuesta o por decisión de Estado que hay que continuar, el daño al Lago Nabor Carrillo se tiene que compensar construyendo otras lagunas”, precisó.

De acuerdo con el documento titulado “Informe al Lic. Andrés Manuel López Obrador, Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, sobre las opciones posibles para la solución del problema de la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México” disponible en línea en la página personal del Presidente electo, el costo del NAIM se elevó de manera “desproporcionada” de 169 mil millones de pesos a 285 mil millones de pesos en la primera fase (tres pistas, una termina y servicios).

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