Ella es Angélica Juárez, víctima de anticoncepción forzada, busca desde hace tres años la reparación del daño en México
Angélica Juárez, que fue víctima de violencia obstétrica y anticoncepción forzada, desde hace tres años busca la reparación del daño y una disculpa pública por parte de un hospital de Ciudad de México
Ciudad de México- “Yo quiero que lo que me pasó a mí no le pase a otras mujeres y que no le pase a otros bebés porque realmente las consecuencias pueden ser terribles”, explicó Juárez en entrevista concedida a la Agencia EFE.
Juárez precisó que durante y tras su embarazo vivió varias formas de violencia obstétrica, principalmente por su condición de pobreza, sumada a su origen indígena.
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Angélica Juárez narró a EFE que el 11 de agosto de 2020, cuando tenía 38 semanas de gestación, asistió a consulta al Hospital Comunitario Emiliano Zapata de la Secretaría de Salud (Sedesa) de Ciudad de México, pero, como tenía preeclampsia, presión alta, la hospitalizaron de urgencia para una cesárea.
Desde ese momento, continúa Juárez, fue que el personal de la dependencia la cuestionó sobre que qué método anticonceptivo utilizaría tras el parto, a lo que ella contestó que no deseaba ninguno, por lo que le fue entregado un documento para qué firmará que se responsabilizaba de su decisión.
No obstante, acusa, el personal médico le colocó un método anticonceptivo sin respetar su decisión.
“Me colocaron un DIU (dispositivo intrauterino) sin mi consentimiento”, aseguró.
Por su parte, Juárez aceptó que no se dio cuenta de lo sucedido hasta días después, cuando sufrió punzadas en el útero y hemorragias, situación por la que fue al centro de salud, en donde le informaron que en su hoja de alta decía que portaba un implante anticonceptivo.
Esta noticia la sorprendió, por lo que solicitó a la doctora que buscara el implante, pero no encontró nada hasta que tuvo un examen con rayos X.
“Me asusté, dije: ¿Tengo un implante? ¿Tengo un DIU? ¿Tengo ambos? ¿Qué pasó? ¿Qué le hicieron a mi cuerpo? ¿Qué me hicieron? ¿Nada más eso? ¿Pusieron algo más y por qué lo hicieron? O sea, me hicieron sentir invalidada, abusada y como invadida”, evocó Juárez.
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VIOLENCIA OBSTÉTRICA ES COMÚN EN MÉXICO
De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la violencia obstétrica es cotidiana en México y comprende “toda acción u omisión por parte de personal de salud público o privado hacia las mujeres durante la atención del embarazo, parto o puerperio”
Según la Encuesta Nacional de la Dinámica y las Relaciones en los Hogares 2021, en los últimos 5 años el 33.4 % de las mujeres mexicanas entre 15 y 49 años que tuvieron un bebé sufrió algún maltrato de quienes las atendieron en el parto.
Angélica indicó que cuando regresó a su casa fue que tomó la decisión de demandar al hospital por violencia obstétrica debido a que durante su estancia no pudo alimentar a su bebé porque no tuvo leche y el personal no quiso darle fórmula láctea.
“Le pedí (a la jefa de enfermeras) que si le podía dar fórmula a la beba porque ya llevaba casi 24 horas casi sin comer, porque yo apenas si tenía un poco de gotas de calostro y me dijo: ‘mira si van a ser malas madres, mejor no tengan hijos’”, destalló a EFE.
HASTA AHORA ES UNA DISCULPA QUE AÚN NO LLEGA
En 2021, Angélica consiguió un amparo en el que por primera vez “se reconoce jurídicamente que existe la anticoncepción forzada, que es una violación a los derechos humanos y que, por tanto, tiene que haber una reparación integral del daño”, aseguró.
En este sentido, el juez ordenó a la Comisión de Atención a Víctimas que se lleve a cabo un plan de reparación del daño en el que estén cuatro medidas: el resarcimiento económico, un plan de capacitación para el personal del hospital, tratamiento psicológico, y una disculpa pública que ella debe aprobar, y que debía darse antes del 30 de abril.
“El 9 de junio tenía que haber sido el evento después de que ya lo venían aplazando y el jueves por la noche me llaman por teléfono y me dicen: ‘¿Sabes qué? La disculpa está cancelada y no tenemos fecha para cuando la hagamos’”, acentuó Juárez.
Además, aseveró que las autoridades buscan que desista de la disculpa, sin embargo, no lo harán por la importancia del precedente.
“Es lo que quiero. Que sepan las mujeres a partir de hoy que si les pasa pueden demandar, pueden alzar la voz como lo estoy haciendo yo. No es fácil, es revictimizante”, señala Juárez, concluyendo, “pero quiero pensar que si a una mujer en esta ciudad ya no le pasa, gracias a esto, ya con eso me doy por bien servida”.
Con información de la Agencia EFE.