Torre Mexicana, el resurgimiento de un gigante sustentable

Nacional
/ 30 mayo 2024

El edificio ha logrado un ahorro del 32% en energía eléctrica y del 42% en consumo de agua, destacando así los beneficios de su descarbonización en eficiencia y reducción de costos operativos

El sector de la construcción en México consume el 45% de la electricidad, el 40% del agua y es responsable del 50% de la contaminación del país, según la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Por esa razón, cada vez más desarrollos están comenzando a tomar medidas para reducir su impacto ambiental a través de la descarbonización de edificios.

Un ejemplo es el emblemático rascacielos Torre Mexicana, que, a pesar de tener 40 años de historia, ha resurgido de la mano de Fibra UNO al integrar distintas medidas y acciones ecoeficientes para descarbonizar el edificio y convertirlo en uno sustentable y resiliente. Esto responde a la preocupación por mitigar las emisiones contaminantes y crear un ambiente óptimo y confortable para sus habitantes y visitantes.

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En entrevista, Braulio Sandoval, administrador de Torre Mexicana, explicó que en 1984, cuando finalizó la construcción del edificio que lleva el nombre de la extinta aerolínea Mexicana de Aviación, no existía una visión de sustentabilidad como la que se implementa en la actualidad en la industria inmobiliaria. Por lo tanto, fue un reto comenzar la transformación del rascacielos para obtener su certificación LEED Gold.

“Cuando nos enfrentamos a hacer la certificación, pensamos que iba a ser una aventura. Un edificio de 35-37 años, cuando empezamos a aventurarnos, la verdad es que muchos teníamos temor de no cumplir, de no obtener la certificación y, al final del día, lo logramos muy bien”, comentó.

¿Cómo fue el proceso para certificar a la Torre Mexicana?

La Torre Mexicana fue adquirida en 2016 por Fibra UNO y, aunque la pandemia por Covid-19 implicó un enorme reto, en 2021 comenzaron a trabajar en las modificaciones y adecuaciones del edificio para conseguir la certificación LEED Gold. Tenían la firme visión de contribuir al medioambiente y al confort de sus inquilinos.

“FUNO tiene una preocupación por el medio ambiente. Nos vamos a concentrar básicamente en dos aspectos muy importantes que son crear un ambiente óptimo y confortable para los inquilinos o propietarios, y como empresa, contribuir a mitigar o reducir las emisiones que afectan el cambio climático”, puntualizó Sandoval.

Explicó que el proceso para la descarbonización de Torre Mexicana y recibir la certificación consistió en una auditoría inicial elaborada por un despacho que se encargó de recopilar, en un récord de 12 meses, información sobre aspectos como una auditoría energética, el manejo del agua y de los residuos, los equipos de aire acondicionado, los materiales utilizados en sus adecuaciones, entre otros.

“Nos agarró en una época complicadísima que fue la pandemia, entonces era un vaivén de complicaciones, de sentimientos, de cosas que no sabíamos cómo iba a fluctuar”, destacó.

Detalló que luego de 12 meses, el despacho presentó a la U.S. Green Building Council, autoridad encargada de hacer la evaluación y otorgar el certificado, toda la información recopilada y lograron cumplir con el puntaje requerido para obtener la clasificación de LEED Gold en 2022.

La Certificación LEED es un sistema de certificación con reconocimiento internacional que reconoce los altos estándares en materia de funcionamiento, mantenimiento y operación sustentable que impactan de forma positiva en el medio ambiente, así como en la comodidad de ocupantes y visitantes.

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Camino a la sustentabilidad: aprovechamiento eléctrico, manejo de agua y residuos

Sobre las adecuaciones que implementaron para hacer a la Torre Mexicana un edificio sustentable, Braulio Sandoval señaló que uno de los aspectos clave fue el aprovechamiento de la energía eléctrica al cambiar a focos LED, lo que les ayudó a obtener un ahorro aproximado del 32% en energía eléctrica.

“Obtuvimos mucha satisfacción al encontrar aprovechamiento en aspectos como la energía eléctrica. Vimos que efectivamente teníamos que cambiar, teníamos que adaptarnos a la modernidad, y eso fue a la mayoría de la energía de focos LED, lo que nos dio un ahorro y una mejora en la duración, en la afectación y en el consumo”, aseguró.

En el caso del agua, destacó que, si bien tuvieron que hacer varias adecuaciones, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez tuvo una visión óptima al empezar con la construcción del rascacielos. En cuanto a las tuberías, no tuvieron que cambiar nada al estar en buenas condiciones. Sin embargo, están en constante supervisión sobre cuánta agua gasta el edificio. También modernizaron los muebles de baño a secos, por lo que ya no gastan agua, y lograron eficientar el gasto del recurso hídrico en aproximadamente un 42%, así como mejoras en el manejo del fluxómetro e implementaron la captación de agua para poder tener un riego óptimo durante la época de lluvias.

En cuanto al manejo de residuos, separación y reuso de materiales, explicó que tuvieron que reeducar a todos y compartir la responsabilidad con los inquilinos para que participaran en dividir y clasificar los residuos, así como depositarlos en su respectivo contenedor. Afirmó que la respuesta fue positiva por parte de todos en favor del medio ambiente.

“Fue una experiencia muy positiva. El ‘mira, tienes que bajar tu basura desde tu oficina, la vas a dividir, la vas a clasificar, para que no estemos haciendo todo el trabajo nosotros, para compartir esta responsabilidad, porque teníamos que llegar, teníamos que traerla. Esto es de plástico, esto es cartón’, y pesábamos para llevar el conteo de cuánto material teníamos. Entonces llegan los residuos, se depositaban en su respectivo contenedor”, afirmó.

Además, detalló que también participó un tercero, que es una empresa certificada ante la ley con el Registro y autorización para el manejo integral de los residuos (ReMIR), y que está dedicada a la recolección, al reciclaje y a comprobar dónde termina todo ese material y que tendrá un final positivo.

“Es como un círculo virtuoso donde yo estoy tratando de obtener una certificación”, dijo como edificio, “pero también hago responsable a mis inquilinos, que van a tener un beneficio. También tengo de cómplice a mi tercero, quien me está demostrando y debe tener una certificación autorizada que indique que está autorizado para recolectar la basura y llevarla a cierto lugar con un final positivo”, indicó.

Subrayó que la descarbonización de edificios es importante no solo por sus beneficios ambientales al contribuir a reducir las emisiones contaminantes y evitar afectar el cambio climático, sino también por sus beneficios económicos al disminuir los costos de operación, así como los beneficios sociales al ofrecer a los inquilinos un lugar confortable con un menor gasto en un entorno sustentable.

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Por último, hizo un llamado al sector inmobiliario para que, al igual que lo hace Fibra UNO, se preocupe por la descarbonización de edificios y por impulsar estrategias para mejorar el aprovechamiento de energía, agua y residuos, en favor de todos y, sobre todo, pensando en las próximas generaciones.

“Preocupémonos por nosotros y por el medio ambiente. No tengamos miedo. Si hay algo que mejorar, es en favor de todos, es en favor de nosotros y de las generaciones que vienen”, finalizó.

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