Ocupa México tercer y décimo lugar de Latinoamérica en alto consumo de tabaco y alcohol en adolescentes
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La ingesta de estas sustancias afecta a las habilidades cognitivas de los menores.
Pese a que las complicaciones de consumir alcohol y fumar tabaco son muy claras, especialmente en las cajetillas de cigarros, México ocupa el tercer lugar con mayor número de adolescentes consumidores de cigarro, así como el décimo en consumo de alcohol.
Así lo revelaron Claudia Montesinos, presidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría y Maura Ramírez, jefa de Laboratorio de Neuropsicología y Cognición de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes detallaron que el consumo de estas sustancias provoca bajo rendimiento escolar en adolescentes, pues afecta primordialmente al cerebro en desarrollo de los jóvenes.
Entre ellos, destacan lesiones cerebrales, violencia, problemas de aprendizaje, memoria y concentración, hasta comportamientos sexuales de riesgo, suicidio, depresión y baja autoestima.
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Ramírez alertó que el consumo de sustancias tóxicas en la adolescencia afecta a las habilidades cognitivas de los menores, prejudicando su desarrollo cerebral. Incluso, el consumo de cigarrillos electrónicos ha sido estudiado por los expertos, quienes aseguran y “debe ser observado detenidamente”.
Reiteraron que al menos el 10 por ciento de los adolescentes mexicanos los ha probado, y el 4 por ciento lo hace de manera exclusiva. Cabe señalara que este tipo de dispositivos promueven que el cerebro reciba nicotina con mayor rapidez, provocando en adolescentes un mayor grado de dependencia.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), en 2016, presumieron que el 71 por ciento de la población ha consumido alcohol alguna vez en su vida y el 33.6 por ciento reporta un consumo excesivo en el último año.
De quienes consumen alcohol, el 53.1 por ciento indicó haberlo hecho por primera vez a los 17 años o menos, el 41.3 por ciento lo hizo entre los 18 y 25 años, mientras que el 5.6 por ciento, entre los 26 y 65 años de edad, es decir, la ingesta de alcohol ha comenzado a edades muy tempranas en México.
