Se gradúa Diego Santoy, conocido por el ‘crimen de Cumbres’, como abogado en penal de Nuevo León
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Santoy terminó su preparación superior en la Licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales, a través del programa en línea
Han pasado 18 años desde el homicidio de los hermanos Peña Coss en la zona Cumbres de Monterrey, Nuevo León; sin embargo, Diego Santoy, vuelve a ser noticia, al ser captado en su graduación como abogado de la Universidad Ciudadana de Nuevo León (UCNL).
La ceremonia de culminación de estudios fue encabezada por Javier Navarro, secretario General de Gobierno; Sofialeticia Morales, secretaria de Educación; y el senador, quien también fuera alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, quien fungió como padrino de la primera generación de 20 internos del Cereso de Apodaca que se gradúan.
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Diego Santoy Riveroll, el llamado ‘asesino de cumbres’, se gradúa como abogado.
— 𝑷𝒐𝒓𝒇𝒊𝒓𝒊𝒐 𝑰𝒃𝒂𝒓𝒓𝒂 (@Porfirioibarra) September 3, 2024
Diego Santoy Riveroll, acusado de atacar a su novia y matar a los hermanos Peña Coss en 2006, se graduó como abogado al finalizar con éxito sus estudios en la Universidad Ciudadana de Nuevo León pic.twitter.com/xWaFlHppHB
Santoy terminó su preparación superior en la Licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales, a través del programa en línea de la UCNL; como una oportunidad para que las personas privadas de la libertad puede reintegrarse a la sociedad y su desarrollo personal por medio de educación superior.
Dicha graduación se llevó a cabo en las instalaciones del mismo centro penitenciario, al norte del Área Metropolitana de Monterrey.
Los graduados disfrutaron de una comida de celebración organizada por el Gobierno de Nuevo León, amenizados con mariachi.
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Actualmente, Diego Santoy Riveroll pugna una condena por el homicidio de los hermanos Erick Azur y María Fernanda Peña Coss, de 7 y 3 años de edad, perpetrado el 2 de marzo de 2006.
Por el crimen y otras agravantes, Santoy Riveroll fue sentenciado a 138 años de prisión, a lo que su defensa legal logró reducir a 71 años, 7 meses y 21 días en prisión; sin embargo, una persona privada de la libertad no puede pugnar más de 40 años en la cárcel.