Se hace ‘vieja’ la mano de obra en el campo mexicano
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Es decir, 72.8 por ciento de las personas que se emplean en la formalidad en los 4.4 millones de unidades económicas agropecuarias tienen más de 45 años
El año pasado, 29.3 por ciento de los trabajadores del campo en México pertenecían al grupo de adultos mayores, con una edad de más de 65 años.
Además, 43.5 por ciento tiene una edad de entre 45 y 64 años, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2022 elaborado por el Inegi.
Es decir, 72.8 por ciento de las personas que se emplean en la formalidad en los 4.4 millones de unidades económicas agropecuarias tienen más de 45 años.
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Esta cifra contrasta con la de hace 15 años, cuando 53.5 por ciento de los trabajadores formales agrícolas y pecuarias tenía más de 45 años de edad, un incremento de 19 puntos porcentuales.
Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), ha manifestado que ante una mayor edad de los trabajadores del campo es necesario plantear una estrategia de innovación y tecnología, así como colaboraciones con la academia y detonar mejores perspectivas laborales en la producción de alimentos.
“Nuestro campo se está avejentando, tenemos que traer a jóvenes, y a jóvenes mejor preparados ante la realidad del sector. No necesariamente la educación que han venido recibiendo los últimos 30 años es la idónea, tenemos que replantear los planes de estudios para traer gente más capacitada a las necesidades del campo actualmente”, añadió.
El sector primario del país genera empleo para más de 16 millones de jornaleros, pero la mayoría de los puestos son informales y acotados a la temporalidad de las cosechas, aseguró Arturo Blancas, director de Estadísticas Económicas del Inegi.
“Los jornaleros no son formales, es gente que se mueve; los formales son los dependientes de la unidad de producción”, explicó.
Aunque el censo del año pasado reportó que la población escolarizada dentro de las actividades agropecuarias es mayor respecto a los últimos resultados de hace 15 años, la mayor población tiene solamente estudios de primaria.
Por ejemplo, la población con bachillerato pasó de 2.9 por ciento en 2007 a 7 por ciento, pero representa poco menos de 250 mil personas, contra las más de 513 mil que dijeron no tener estudios y los 1.8 millones con primaria.
Con información de Reforma
