Subieron 79% casos de sarampión en 2022, riesgo de “tormenta perfecta”, advierten OMS y Unicef
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La pandemia de COVID interrumpió las campañas de vacunación contra otras enfermedades. Ese retraso en la inmunización pediátrica más la flexibilización de actividades sociales, es un terreno propicio para brotes de infecciones graves
Los casos de sarampión se incrementaron 79% en todo el mundo en los dos primeros meses de 2022, en comparación con el mismo periodo de 2021, advirtieron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, la agencia de las Naciones Unidas (ONU) para la niñez.
El sarampión puede ser mortal especialmente en niños no vacunados, por eso los organismos alertaron que “se están dando las condiciones propicias para que se produzcan graves brotes de enfermedades que son evitables mediante la vacunación”.
En enero y febrero de este año se registraron en el mundo 17.338 casos de sarampión, frente a 9.665 en el mismo periodo de 2021.
Este escenario se debe a que la pandemia de coronavirus ha interrumpido las campañas de vacunación para enfermedades no relacionadas con el COVID-19 en todo el mundo, creando una “tormenta perfecta” que podría poner en riesgo la vida de millones de niños, dijeron en un comunicado Unicef y la OMS.
El sarampión es una enfermedad causada por un virus que ataca principalmente a los niños.
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Las complicaciones más graves incluyen ceguera, inflamación del cerebro, diarrea e infecciones respiratorias graves.
Una tasa de vacunación de al menos el 95 % es la mejor manera de evitar que se propague, aunque muchos países no alcanzan ese objetivo: Somalia tiene solo el 46 %, según datos de la ONU.
“El desvío de recursos usados normalmente en las inmunizaciones de rutina está dejando demasiados niños sin protección contra el sarampión y otras enfermedades evitables”, destacaron las agencias de la ONU y advirtieron de que también podrían producirse brotes de otras enfermedades infecciosas contra las que hay vacuna.
“El sarampión es más que una enfermedad peligrosa y potencialmente mortal. También es una indicación temprana de que existen brechas en la cobertura mundial de inmunización, brechas que los niños vulnerables no pueden pagar”, dijo Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
“Es alentador que las personas en muchas comunidades comiencen a sentirse lo suficientemente protegidas del COVID-19 para regresar a más actividades sociales. Pero hacerlo en lugares donde los niños no reciben la vacunación de rutina crea la tormenta perfecta para la propagación de una enfermedad como el sarampión”, remarcó Russell.
Debido a que el sarampión era la “enfermedad prevenible por vacunación más contagiosa”, frecuentemente es observado como una señal de advertencia. “El sarampión es lo que llamamos el marcador, o el canario en la mina de carbón, que realmente nos muestra dónde están esas debilidades en el sistema de vacunación”, dijo Christopher Gregory, asesor principal de Inmunización de Unicef.
Las organizaciones señalaron que durante la pandemia se han paralizado 57 campañas de vacunación contra enfermedades infecciosas en 43 países, lo que afecta a 203 millones de personas, muchas de ellas niños.
En los últimos 12 meses, ha habido 21 brotes grandes y disruptivos de sarampión, la mayoría de ellos en África y el Mediterráneo oriental.
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Los países que más casos de sarampión han reportado han sido Nigeria (12.341), Somalia (9.068), el Yemen (3.629), Afganistán (3.628) y Etiopía (3.039), afectados por crisis humanitarias y donde las tasas de vacunación son relativamente bajas (entre el 46 % y el 68 %, cuando se recomienda alcanzar el 95 %).
De esas campañas interrumpidas 19 son de sarampión, lo que ha colocado a 73 millones de niños en situación de vulnerabilidad ante una enfermedad con capacidad de matar y que, al debilitar el sistema inmunológico, puede producir graves infecciones por neumonía o diarrea.
También existe el temor de que la invasión de Rusia en Ucrania pueda provocar el resurgimiento de esta enfermedad infecciosa, ya que Ucrania registró la tasa de sarampión más alta de Europa entre 2017 y 2019.
Gregory indicó que ha sido muy difícil hacer un seguimiento de cualquier enfermedad en Ucrania desde que comenzó el conflicto bélico y agregó que la mayor preocupación era “lo que nos podríamos estar perdiendo”.
El COVID-19 también continúa ejerciendo presión sobre el sistema de salud y demorando la aplicación de dosis contra otras enfermedades infecciosas.
“El impacto de estas interrupciones en los servicios de inmunización se sentirá en las próximas décadas”, dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.
“Ahora es el momento de volver a poner en marcha la inmunización esencial y lanzar campañas de actualización para que todos puedan tener acceso a estas vacunas que salvan vidas”, concluyó el director de la agencia sanitaria.
Con información de agencias