Sufren jornaleros mexicanos el olvido de los gobiernos

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/ 30 octubre 2022

‘A los gobiernos ni a los patrones les importa si morimos trabajando’

CDMX.- “En los campos agrícolas del norte trabajamos y nos tratan como animales. Al gobierno ni a los patrones les importa si nos morimos trabajando, a pesar de que dicen que somos esenciales”, dijo Rocío Domínguez, jornalera y madre de familia que forma parte del ejército de alrededor de más de 3 millones de migrantes, la mayoría indígenas, que laboran en 21 campos y ranchos agroexportadores.

Rocío es una de los migrantes agrícolas que enfrentan el abandono de los gobiernos federal y estatales, y se estima que menos de 10% cuentan con IMSS o prestaciones.

A su vez, Margarita Nemecio, coordinadora general de la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, expuso a El Universal que si se considera a las familias completas de jornaleros migrantes, es decir, hijos, nietos, sobrinos que viajan por periodos de dos, cuatro o seis meses a trabajar a otros estados, se hablaría de una población cercana a 9 millones, incluidos niños que en algunos casos sí laboran en los campos agrícolas.

Señaló que a pesar de que en la pandemia el gobierno federal los consideró “esenciales” en la cadena de producción de alimentos, no hubo ningún apoyo o mejora en temas de salario, de salud y seguridad social, ya que sólo entre 7% y 10% de los jornaleros están inscritos en el IMSS, muchos con esquemas temporales o que engañan a la autoridad.

“Hay esquemas diferenciados donde el patrón los da de alta en el IMSS sólo si alguien enferma, una mujer está embarazada o alguien sufre un accidente.

“Otros sólo dan de alta cuando hay una auditoría para presentar la documentación y que sean certificados como empresas que cumplen, y en otros casos se les paga en efectivo y los patrones no tienen ninguna obligación más que llevarlos en un autobús al campo”, indicó.

Incluso, a pesar de que se asegura que el trabajo infantil está erradicado, la organización a la que pertenece ha documentado casos de explotación de menores en el sur de Sinaloa; en Fresnillo, Zacatecas, y Valle Florido, en Michoacán.

“Encontramos a niñas y niños haciendo actividad agrícola; otros, sólo acompañando a sus padres en las labores y algunos más acompañándolos durante la jornada porque no hay guarderías ni un lugar seguro para dejarlos”.

Lamentó que no exista una estadística actualizada del número de jornaleros agrícolas por parte del gobierno federal, estatales y municipales, ya que los últimos datos corresponden a 2020 con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, pero “es evidente que la cifra de 3 millones creció porque hay nuevas empresas y campos agrícolas demandando más mano de obra”.

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