2024: ¿por qué es un año bisiesto?
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El 2024, es un año bisiesto, lo que significa que febrero tendrá un día adicional, el 29. ¿Pero por qué febrero?, ¿por qué no poner el día bisiesto en enero, o hacer un diciembre de 32 días? Los orígenes del 29 de febrero están en la larga historia de la medición del tiempo, la astronomía y los intentos de alinear ambos a través de las matemáticas.
La intercalación, o la inserción de días en un calendario, se ha probado en todas las civilizaciones para intentar garantizar que los horarios lunares y solares sigan siendo compatibles y coherentes con el seguimiento de las estaciones. La práctica varía según las culturas: el año calendario del antiguo Egipto estaba compuesto por 12 meses de 30 días, con cinco días añadidos al final de cada año. En el cronometraje lunisolar, como en el calendario chino, se añade un mes adicional cada tres años, lo que permite celebrar dos meses de primavera para dar la bienvenida al nuevo año. De manera similar, en calendarios como el Vikrami (hinduista) y hebreo, se agrega un mes cada tres años, siguiendo el ciclo de fases de 19 años de la luna. El calendario lunar del Islam tiene un ciclo de 30 años en el que a 11 de esos años se agrega un día adicional al mes.
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Pero el día bisiesto moderno, tal como lo conocemos, tiene sus raíces en la antigua Roma. Rómulo, su primer rey, estableció el calendario alrededor del año 738 A.C., decretando que un año comenzaba en Marcio (marzo), duraba solo 10 meses y no tenía en cuenta el invierno porque la gente no trabajaba en esa temporada. Pero, frustrado por las irregularidades y consciente de las diferencias del romano con otros calendarios, en el siglo VII A.C., Numa Pompilio, segundo rey romano, decidió que era hora de empezar a contar los meses de invierno. Así, se agregaron Ianuarius (enero) y februarius (febrero), al final del año calendario.
Aun así, incluso después de agregar estos dos meses, el calendario romano de vez en cuando se salía de control. Entonces, cada dos años, los cónsules romanos agregaban a discreción un decimotercer mes de 27 o 28 días para sincronizar su medida de tiempo con el sol. Por lo general, el mes se insertaría después del 23 de febrero, acortando febrero en cinco días, inmediatamente después de la celebración de Terminalia, festival anual que se celebraba el 23 de febrero y que honraba a Terminus, antiguo dios romano de las fronteras.
Pero a la llegada del gran Julio César, éste ordenó un nuevo calendario solar, creado con la ayuda del astrónomo griego Sosigenes, quien fue asesor de Cleopatra. El calendario juliano entró en vigor en el año 45 a.C. después de un ultimus annus confusionis correctivo (“último año de confusión”) -se basó en la matemática de que un año debería constar exactamente de 365 días y 6 horas, y que cada cuatro años de 365 días esas seis horas adicionales sumarían un total de a un día extra.
Este calendario añadió este día intercalado después del 23 de febrero, ampliando el 24 de febrero a 48 horas. Debido a que este doble día caía en el sexto día antes del inicio de marzo, llegó a ser conocido como bissextus.
El calendario juliano inició oficialmente el año civil el 1 de enero, se utilizó en toda Europa durante siglos a medida que se expandía el Imperio, pero su regla de insertar un día bisiesto cada cuatro años aún superaba el año solar en 11 minutos anualmente. Esa discrepancia se acumularía hasta causar una diferencia de 10 días con el ciclo solar real en el siglo XVI, lo que llevó al entonces Papa Gregorio XIII a introducir un nuevo calendario en 1582: el gregoriano que usamos hoy, que ajustaba el calendario cada cuatro años
Pero no todo el mundo se decidió a utilizar el calendario gregoriano. Suecia, por ejemplo, llegó a alternar los calendarios juliano y gregoriano, decidiéndose hasta 1712 por el segundo. Mientras tanto, al Reino Unido y sus colonias americanas les llevó aún más tiempo adoptar el gregoriano, dados sus tensos vínculos con el papado, pero en 1752 cedieron. Muchos años después, Rusia y China utilizaron el actual calendario a partir del triunfo de la revolución en 1918 y los chinos en 1949.
Así pues, este febrero tendremos un día adicional, oportunidad perfecta para seguir haciendo bien o mal las cosas. Esa es su decisión.
@marcosduranfl