Adiós a la 4T... Sí, pero los opositores deben permanecer unidos

Existe una realidad incontrovertible: Andrés Manuel López Obrador es el peor presidente que México ha tenido en décadas. Tratando de emular al sexenio de Luis Echeverría Álvarez en donde existieron también obras faraónicas e inconclusas, donde abundaron las prácticas corruptas y donde también se extendió el terror por todo el país (en el caso de LEA por la matanza a estudiantes y a quienes se opusieron a su gobierno; en el caso de AMLO por dar rienda suelta a la actuación criminal de las bandas del crimen organizado que han dado muerte a miles de mexicanos inocentes).

Otro rasgo que comparten los presidentes Echeverría y López es la crisis dejada al final de sus administraciones. Por un lado, el priista dejó tras de sí a un país endeudado, con graves índices inflacionarios y una gran devaluación del peso. En el caso del mandatario morenista, muchos expertos señalan que en 2024 habrá una gran crisis económica por distintos factores, entre estos el endeudamiento millonario de su administración, el despilfarro en obras de poco impacto, y una grave crisis política y social por la destrucción de instituciones y, sobre todo, por la polarización dejada por un Gobierno intolerante con la clase media, con los periodistas y con los conservadores.

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Hace apenas un año, millones de mexicanos críticos de la 4T estábamos profundamente preocupados ante la apatía de los partidos “opositores” para ir delineando a un probable candidato capaz de hacerle frente a las corcholatas del tlatoani de Palacio.

Lo único que habían hecho bien fue haber formado una alianza opositora entre el PAN, PRI y PRD, pero los resultados alcanzados en elecciones estatales fueron escasos, gobernando Morena en 22 entidades, el PRI sólo en Durango y en Coahuila; el PAN en cinco entidades, mientras que MC en Nuevo León y Jalisco, y el PES en Tlaxcala.

Ante el triste panorama ofrecido por la oposición, surgió en una encuesta del Grupo Reforma el nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas, que aparecía como el tercer candidato en menciones para suceder en el poder al presidente Andrés López, ligeramente superado por Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Fue entonces cuando una luz de esperanza brilló en mí y le mostré mi apoyo al alcalde regiomontano a través de este espacio, mereciendo por ello algunas críticas de amables lectores.

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Con el tiempo yo seguía insistiendo en el joven Colosio para encabezar a la alianza opositora, pues por el lado del PRI se habían anotado para suceder a AMLO personajes tan impresentables como Osorio Chong y Alito Moreno, entre otros que representaban una mejor opción, pero con escaso arrastre entre la población, como Enrique de la Madrid. Por el lado del PAN figuraban Santiago Creel y la combativa Lilly Téllez. Y por el PRD la opción menos peor era Miguel Mancera.

El presidente AMLO estaba tranquilo, incluso en algunas mañaneras afirmaba estar feliz, feliz, feliz, pues todo parecía indicar que la continuidad de la 4T estaba garantizada.

Pero hace un par de meses surgió un personaje que recogía en su persona las cualidades indispensables para vencer y decir adiós al proyecto de López Obrador. Me refiero a la senadora Xóchitl Gálvez, quien supo vencer un pasado de pobreza y falto de oportunidades para las mujeres, hasta convertirse en una reconocida empresaria y una mejor persona al establecer una fundación para combatir la desnutrición de miles de niñas y niños indígenas.

Gracias a su gran carisma y a la manera valiente de enfrentar las adversidades, Xóchitl Gálvez se ha posicionado como la única que puede desbancar a Claudia Sheinbaum en las preferencias electorales y vencer a un López Obrador que no ha cejado en sus ataques machistas hacia la precandidata del Frente Amplio por México.

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Hoy, ante el surgimiento de Xóchitl, creo que Luis Donaldo Colosio Riojas debe descartar ser el candidato de Movimiento Ciudadano, pues de no hacerlo lo único que lograría es restar puntos a la oposición y limpiar así el terreno hacia una transición tersa de poderes en Morena. Todos sabemos que Dante Delgado, líder de MC, está más cercano de AMLO que de una posible alianza con el PAN, PRI y PRD. Si el líder del partido naranja encuentra negativas en el joven alcalde de Monterrey, no le quedará otra opción que retirarse de la contienda como lo hizo en Coahuila y en el Estado de México, aliarse al frente opositor o aferrarse a una candidatura más débil que lo lleve a perder el registro como partido.

Estamos ante una situación peligrosa: o los partidos opositores apoyan a Xóchitl Gálvez o se dará la peligrosa continuidad de un gobierno de abundante retórica y de escasos resultados.

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