Camino Amarillo: las enseñanzas de El Mago de Oz

Opinión
/ 16 abril 2024

Como se narra en esta historia, no hay mejor lugar en el mundo que nuestro propio hogar, el cual reside en el corazón de aquellos que nos aman y a quienes amamos

En memoria de mi madre.

Imagina que la vida es un laberinto en el que nos adentramos desde el momento en que nacemos. En este laberinto, nos encontramos con encrucijadas y caminos desconocidos, simbolizando las decisiones que debemos tomar a lo largo de nuestra existencia. Cada elección que hacemos nos lleva por un camino diferente, con sus propios desafíos y recompensas.

Como en cualquier complicado entrecruzamiento, a veces nos encontramos perdidos y confundidos, sin saber cuál es el mejor camino para seguir. En esos momentos, podemos recurrir a nuestras experiencias pasadas, nuestros valores y nuestras intuiciones para ayudarnos a tomar decisiones sabias y conscientes.

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Cada encrucijada nos ofrece la oportunidad de aprender y crecer, incluso si tomamos un camino que nos lleva a un callejón sin salida. A través de la perseverancia y la autorreflexión, podemos encontrar el camino de regreso al camino principal y continuar avanzando hacia nuestros objetivos y sueños.

Al final del laberinto, nos encontramos con una versión más sabia y completa de nosotros mismos, habiendo atravesado desafíos, superado obstáculos y aprendido lecciones valiosas a lo largo del camino. En este sentido, la vida es un viaje de autodescubrimiento continuo, donde cada elección que hacemos nos acerca un poco más a nuestro verdadero yo y a la realización de nuestro potencial más alto.

DEAMBULAR

En este contexto, sería conveniente reflexionar sobre la frenética y alocada carrera que nos hemos inventado para hacernos creer que el bienestar se mide según la cantidad de bienes materiales que poseemos, o que somos más personas por tener mayores comodidades, alejándonos de la puerta que realmente guarda la paz.

En ocasiones, por buscar oropeles, olvidamos escudriñar en lo ancho y hondo de nuestra propia profundidad para descubrir la magia resguardada en todo corazón humano, esa que intuye que la vida es una aventura que se gana al nacer.

Singular tragedia la nuestra: pasar repetidamente por el frente de la puerta que conduce al camino al que estamos llamados a recorrer, pero, por ausencia de luz interior y abundancia de la oscuridad exterior, nos pasa desapercibida, ignorada, evadida.

Deambulamos por la existencia “semichupados”, agotados y aburridos, y mucho por desconocer esa particular vocación a la que todos los días nos convoca la vida, esa misma que esta atrás de esa puerta que lleva nuestro nombre y apellido desde que nacemos; todo ello, por desconocer que “Dios no habla, pero todo habla de Dios”. Todo por obviar la senda dorada, esa que conduce a la consumación personal.

Tal vez, este descuido se debe a la falta de inteligencia o a la flaqueza del corazón, o a la ausencia del coraje necesario para desafiar al mundo para ser lo que cada persona estamos convocados a ser. Lamentablemente, infinidad de veces, pasamos frías noches en soledad y angustia, irónicamente delante de la puerta de salvación que no vemos por ausencia de resplandor y claridad; o, tal vez, por andar medio adormilados o sonámbulos; o quizás, por caminar con unas gafas oscuras y extrañas que limitan la visión de la proximidad del calor de nuestra morada. Así, la vida “nos” transcurre. Nos abruma y gana, nos hace frágiles. Prisioneros.

EL MAGO

Los cineastas recurren a metáforas para contar historias y sus favoritas se relacionan con viajes, expediciones y aventuras; con todas aquellas posibilidades que impliquen situaciones en las cuales sus personajes se expongan a la investigación de su razone de ser, que conlleven reflexiones sobre su existencia, o los pongan a prueba con experiencias y vivencias que, a la postre, terminen estimulándolos a realizar cambios significativos en sus vidas. De estas metáforas emanan enseñanzas, moralejas y ejemplos a seguir.

Los personajes a lo largo de la película “viajan” en sueños o mediante la imaginación para sumergir al espectador en la trama de la historia, como es el caso de la película clásica “El Mago de Oz” repleta de simbolismos y mensajes, siendo uno de los más emblemáticos el “Camino Amarillo”, que representa una metáfora poderosa de búsqueda, autodescubrimiento y transformación personal.

DOROTHY

Todo inicia cuando la protagonista Dorothy, una pequeña de escasos 12 años que vive en una granja en Kansas, empieza a soñar con la posibilidad de vivir en un lugar mejor: “Somewhere Over The Rainbow”.

En un momento determinado y después de haber padecido un contratiempo con su perrito Toto –que representa la intuición–, decide huir de casa, para luego arrepentirse; pero sucede que Dorothy se golpea la cabeza y entonces, repentinamente, surge un tornado que provoca que ella y Toto sean transportados a un país mágico, extraño y distante.

Dorothy ignora cómo volver a casa, pero la trama la conduce al encuentro de una “hada buena” que le anuncia que solamente un mítico personaje, el “Mago de Oz”, sabe el camino para que ella regrese a casa. Pero el hechicero se encuentra en un lugar remoto al que solamente se llega librando retos y miedos.

Entonces, para ir a casa, la pequeña tendrá que emprender una inimaginable travesía, inclusive tendrá que enfrentarse a una malvada bruja; pero a Dorothy eso no le importa, pues desea retornar al lugar del que antes había renegado... a su propio corazón.

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PROTAGONISTAS

En su travesía, Dorothy se encuentra con tres singulares personajes, cada uno aquejado por una carencia que obstaculizaba su prosperidad y felicidad.

El primero de ellos era un Espantapájaros, relleno de paja y sin inteligencia propia, quien anhelaba la sabiduría para demostrar que era más que un simple objeto sin importancia. El segundo era un Hombre de Hojalata, completamente desprovisto de corazón, anhelando sentir y disfrutar la vida como lo hacen los seres vivos. Y el tercero era un imponente León cobarde, atrapado en el miedo y anhelando el coraje necesario para enfrentar los desafíos de la vida con valentía.

DESCUBRIMIENTO

Finalmente, los valientes personajes logran vencer a la temida bruja. Sin embargo, su mayor revelación llega cuando descubren que el legendario mago era solo un personaje ficticio. Pero lo que es aún más sorprendente es que, en realidad, el mago residía dentro de cada uno de ellos.

La verdadera magia se revela cuando cada personaje comprende que aquello que tanto anhelaban siempre estuvo dentro de ellos mismos: en su propio ser, en su esencia más profunda. Esta revelación es fruto del amor y la comprensión que compartieron durante su viaje.

Dorothy descubre que lo más valioso que siempre tuvo estaba en su propio hogar, con su familia. Aprende que el amor en la familia no se basa en méritos personales, sino en el simple hecho de ser parte de ella.

Una de las lecciones de la película es la importancia de tener el coraje de reconocer que cada uno llevamos dentro la llave que abrirá la puerta hacia una versión más elevada de nosotros mismos.

MEJOR

Sería beneficioso tomar ejemplo del coraje del León para enfrentar los desafíos con determinación y voluntad, y seguir el ejemplo del Espantapájaros al cultivar una inteligencia enfocada y dirigida. Al igual que el Hombre de Hojalata, deberíamos permitir que nuestras acciones estén guiadas por el corazón, mostrando bondad y paciencia en nuestro camino.

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En estos tiempos, es crucial abrir ampliamente la puerta de nuestra humanidad para ofrecer refugio y hospitalidad a quienes lo necesitan.

Para evitar perdernos en el laberinto de la vida, sería bueno seguir el ejemplo de Dorothy al buscar la luz de nuestro propio Camino Amarillo. Al abrir la puerta que nos lleva a este sendero dorado, podemos descubrirnos a nosotros mismos, reconociendo nuestra necesidad de amor y anhelando el abrazo infinito de la divinidad.

Porque, en última instancia, es en Dios donde encontramos consuelo, seguridad y plenitud en la vida. Al reconocer la presencia divina en nuestras vidas, descubrimos un refugio emocional y espiritual que trasciende las adversidades terrenales.

Tal como Dorothy aprendió a lo largo de su viaje, no hay mejor lugar en el mundo que nuestro propio hogar, el cual reside en el corazón de aquellos que nos aman y a quienes amamos.

cgutierrez@tec.mx

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Tec de Monterrey Campus Saltillo

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