Claudia y el enigma Trump: Sheinbaum alista estrategia para su encuentro con el republicano

Opinión
/ 15 junio 2025

La Presidenta dedica amplias horas para alistarse a un eventual encuentro bilateral con Trump durante el G7 y ‘ha leído todos los libros de Trump y estudió su primer gobierno’

Claudia Sheinbaum se ha preparado al menos durante los últimos siete meses para un encuentro personal con su homólogo norteamericano, Donald Trump, lo que podría ocurrir este lunes en Alberta, Canadá, en el marco de la reunión del G7, el grupo de las principales potencias económicas, a la que acude como invitada especial. Lo que ahí ocurra marcará la agenda internacional y doméstica de la actual administración en Palacio.

Integrantes del primer círculo de colaboradores de la Presidenta han confiado a este espacio que ella se embarcó en el diseño personal de su interlocución con el mercurial Trump, muy lejano al estilo sostenido por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, en el primer gobierno del republicano (2017-2021), quien ha dejado saber que se adormilaba por las largas disquisiciones telefónicas del tabasqueño, que debían serle traducidas al inglés.

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Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero Palacio sigue mostrando frentes disfuncionales, como el desempeño marginal del canciller Juan Ramón de la Fuente, lo que ha depositado en las manos de Marcelo Ebrard, secretario de Economía, los hilos de la diplomacia binacional. Pero Sheinbaum desecha con frecuencia propuestas para mostrar mayor dureza hacia Trump esgrimidas por Ebrard, al que describe influido por la asesoría de Ildefonso Guajardo, titular de Economía del expresidente Peña Nieto (2012-2018).

Sheinbaum dedicó amplias horas de los días previos para alistarse a un eventual encuentro bilateral con Trump durante el G7, al que por su condición de invitada −como lo fueron otros seis mandatarios− no tendrá acceso a todas las sesiones. Pero ha hecho mucho más que eso.

“(Claudia) ha leído todos los libros de Trump y estudió su primer gobierno. En cada conversación telefónica que han tenido, ella lleva sus apuntes traducidos al inglés, para no apoyarse en intérpretes”, se dijo a esta columna.

Según las mismas fuentes, funcionarios de la Casa Blanca determinaron que Sheinbaum Pardo ha logrado persuadir a Trump de cambiar posturas en varios temas, lo que en meses recientes llevó a miembros de su staff a desalentar la realización de al menos una conversación telefónica solicitada por Palacio.

La probable reunión Sheinbaum-Trump tendría vientos en contra, especialmente la coyuntura migratoria marcada por los impuestos a remesas, pero más aún por las protestas en decenas de ciudades de la Unión Americana (con epicentro en Los Ángeles) contra las deportaciones que conduce la incendiaria secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, a través de la agencia de inmigración y aduanas (ICE).

El verdadero trasfondo del tema parece ser la narrativa xenofóbica de Trump y Noem, pues en los hechos su plan para deportar a un millón de personas en su primer año, anunciado en enero pasado, es absurdo e imposible de cumplir, quizá incluso en los cuatro años del nuevo huésped en la Casa Blanca, a juzgar por lo logrado hasta ahora y los antecedentes de los gobiernos Obama y Biden, ambos grandes −pero discretos− deportadores.

Lo que ya es un fracaso, por no llamarlo una farsa, es el Programa de Asesorías Legales (PALE) presumido en enero por el canciller Juan Ramón de la Fuente para establecer, dijo, 325 contratos con despachos de abogados en Estados Unidos, a través de los 53 consulados en ese país, para defender a connacionales. No hay noticia de que uno solo de esos contratos haya sido concretado. Bajo las actuales condiciones, es dramático que la función de De la Fuente parezca ahogarse en la banalidad.

APUNTES

El ministro Juan Luis González Álvarez Carrancá mostró un guiño cortés hacia dos polémicos homólogos ligados al obradorismo: Arturo Zaldívar y Yasmín Esquivel. Desechó los recursos que implicaban al primero, siendo presidente de la Corte, en acoso contra jueces y magistrados, a través de su operador Carlos Alpízar. Y en el caso de la segunda, ponían en riesgo su desempeño por el presunto plagio de su tesis de licenciatura en la UNAM.

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