Escuchamos en la librería Carlos Monsiváis a tres presentadores de una obra que debiera interesar a los coahuilenses: sobre las personas sometidas a desaparición forzada. Durante los últimos dieciocho años, en lo que se ha llamado Moreirato (periodo funesto, igual que Porfiriato), el gobernador Riquelme nos robó la Plaza de Armas durante más de tres años. No sé por qué lo permitimos: esa plaza es de Saltillo desde el día de su fundación. Si robó la plaza, ¿de qué no será capaz? Pero Manolo, su mamá o su esposa la abrieron un mes antes de tomar el poder: prepararon un hermoso escenario navideño para el pueblo.
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Durante ese Moreirato hubo 2 mil 432 desaparecidos en Coahuila: es su herencia, su historia. ¿Cómo se atreve Rubén a reclamar a López Obrador que no haya encontrado a los 64 jóvenes de Ayotzinapa si aquí nos faltan dos mil? Y hay que decirlo: el grueso de los desaparecidos, desaparecieron durante el mandato de Felipe Calderón. Aclaro, por apego a la justicia, que el día que Rubén tomó el poder dijo: “de la seguridad yo me encargo”, y se encargó. A él le debemos haber sido una de las dos entidades que han vivido relativamente tranquilas. Riquelme sólo lo siguió.
La primera presentadora del libro fue Machely Flores, de la Facultad de Ciencias sociales, que acaba de doctorarse sobre los procesos sociopolíticos y de género en el noreste de México, violencias y resistencias desde una metodología y epistemología feminista. Expuso que “la persuasión y la violencia pueden destruir a la verdad, pero no reemplazarla”. ¿Quién debe encargarse de la verdad?, las universidades que existen en el marco del mismo gobierno a quien no puede confiársele la verdad.
La desaparición forzada es el acto de privar a una persona de su libertad de manera ilegal y ocultar su paradero, generalmente llevado a cabo por agentes del Estado, grupos paramilitares o grupos relacionados con el narcotráfico. Los últimos sexenios en México se han caracterizado por la violencia. Coahuila, estado priista, ha sido afectada por el crimen organizado y el narcotráfico coludido con las autoridades. Las tres frases anteriores se las robé (y sinteticé) a Machely. Añado que “familias por nuestros desaparecidos”, asociación civil heroica, luchó contra los cuatro gobernadores y la federación por recuperar a sus seres queridos; al final incluso solicitaban huesos o vestigios.
Enseguida habló Lulú Herrera, maestra que perdió cuatro seres queridos el mismo día: su hijito de 8 años, su esposo y dos cuñados, a los que no ha vuelto a ver ni saber de ellos hace quince años. Su discurso fue tan fuerte, macizo y explícito que nos tenía emocionados, enternecidos, admirados: declaró que ya no luchaba sólo por su niño, sino por los niños de todos los demás. Mujerona increíble, de una generosidad sin paralelo. Tuvo al auditorio al borde de las lágrimas.
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El autor del libro “Análisis social y jurídico de la desaparición forzada en América Latina y México”, es Francisco Javier Alvarado. Estudio complejo de ese fenómeno criminal, deja ver diferencias: en Argentina y Chile quienes asesinaron a más de 60 mil ciudadanos fueron los gobiernos. Acá es el crimen organizado (con el silencio del gobierno). Libro necesario, documentado, realista, científico, con un análisis fundamental desde la ley. Es un orgullo para Saltillo tener un autor tan valiente, serio y honesto. Deberían leerlo diputados y senadores, abogados y estudiantes de leyes, ¿y jueces y fiscales?