Coahuila: Sucedáneos y matices de los últimos acontecimientos que enrarecen el ambiente
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Habrá que establecer la lectura sobre este movimiento evidentemente político que, por una parte, da respiro a las inversiones en La Laguna y, por la otra, mueve el tablero electoral de Morena en la región
Muchos y muy diversos acontecimientos de los últimos días han tenido lugar por estas tierras, que –lejos de lo cotidiano y simple– enrarecen el ambiente político, económico y social del estado.
INICIANDO. El enfrentamiento entre las centrales obreras CATEM y CTM en Coahuila tuvo sus inicios en 2019. Tras varios intentos de la corporación obrera vinculada a Morena por apropiarse de contratos y hacerse de los de diversas empresas en el estado, la batalla parecía destinada a alcanzar su cenit en tiempos electorales. Sin embargo, derivado de la propia estructura corporativa de CATEM, esta semana sufrió una herida mortal con la aprehensión de uno de los secretarios del comité ejecutivo de la central en la región lagunera.
Y es que la práctica común de la CATEM había sido buscar, a través de la representación minoritaria, presencia en empresas y negocios. Y como el trámite es largo y complicado, prefirió recurrir a la extorsión a través de emplazamientos a huelga y otras acciones que amedrentaron a los industriales de La Laguna, quienes juntos denunciaron los ilícitos hechos.
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A diferencia de la región Sureste del estado, donde los representantes empresariales prácticamente son funcionarios de un grupo industrial venido a menos y sin representación de la mayoría de las empresas nacionales y extranjeras, en La Laguna existe una verdadera unión encaminada al beneficio de sus agremiados. Y una vez que recibieron las quejas de sus agremiados sobre el hostigamiento mordaz, pusieron manos a la obra, logrando a través de la coordinación de fuerzas federales y estatales que se procediera penalmente en contra de Édgar Rodríguez Ortiz, apodado “El Limones”, quien fungía como representante en La Laguna de esa central y quien, aparte de supuestamente pertenecer a un grupo del crimen organizado, se dedicaba a la extorsión de empresas en esa región.
Un duro golpe al diputado Pedro Haces y a sus agremiados. Lo letal es que fue hecho por el secretario de Seguridad a nivel federal.
Habrá que establecer la lectura sobre este movimiento evidentemente político que, por una parte, da respiro a las inversiones en La Laguna y, por la otra, mueve el tablero electoral de Morena en la región.
EN EL MEDIO. Quién diría que aquel modesto funcionario de la SEDU en tiempos de Rubén terminaría convertido en un magnate inmobiliario.
Me refiero al director estatal de Notarías Enrique Flores, individuo de gris trayectoria en el jurídico de la SEDU, donde obedecía órdenes de la primera dama del Poder Judicial (su subalterna) y amedrentaba y despedía a profesores como quien calienta una tortilla de harina para el almuerzo, generando pérdidas millonarias para la dependencia por sus argumentaciones.
Bien, en el sexenio de Riquelme, el funcionario fue premiado con la Dirección de Notarías con una misión específica: manipular inmuebles situados en zonas privilegiadas a través de su contubernio con un par de notarios que se prestan a la maniobra. ¡Y asunto arreglado! Ya que, en caso de existir una solicitud de investigación, pues ahí está Flores para hacerle “tango, tango, tabaré”.
Con lo que no contaban estos individuos era que en una de sus tantas tranzas afectaron a un alto funcionario federal, quien ya les tiene tendida una “cama ranchera” de la cual difícilmente podrán zafarse, e incluso podría llevarlos al bote. Lo peor es que, una vez entambado Flores Ruiz, la gorda cante e involucre a sus propios patrones. ¡Haya cosa!
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AL FINAL. Mientras México dormía, los diputados federales del grupo de Morena aprobaron la imposición de aranceles especiales a productos de países sin tratado comercial con nuestro país, que van del 5 al 50 por ciento.
Productos entre los que se incluyen: ropa, calzado, juguetes, electrodomésticos, autopartes, plásticos, muebles y acero (más de 973 artículos) provenientes de China, Vietnam, Corea, Emiratos o Sudáfrica.
En fin, estos impuestos afectarán al 8 por ciento de nuestras importaciones, o el equivalente a 51 mil millones de dólares.
Ahora viene lo bueno: ¿Quién pagará el impuesto final? Pues el simple ciudadano, a través de su ropa y otros artículos. Pero según el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, no habrá afectaciones porque ya existían, y además dizque se protege al mercado interno. Ni a quién creerle.