Conflicto EU-Irán: es un problema global

Opinión
/ 23 junio 2025

El ataque aéreo de Estados Unidos contra Irán no sólo contradice la promesa de paz de Trump, sino que amenaza con desatar consecuencias graves a escala mundial

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó durante su toma de protesta, el 20 de enero pasado, que su segunda administración tendría como legado el de la pacificación y unificación planetarias.

“Mediremos nuestro éxito no sólo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizás lo más importante, por las guerras en las que nunca nos involucremos... Mi legado más importante será el de un pacificador y unificador... eso es lo que quiero ser: un pacificador y unificador”, aseguró entonces.

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Los sucesos del fin de semana anterior, cuando Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares de carácter estratégico en Irán, dejaron claro −de forma violenta− que la promesa de la toma de protesta no soportó la prueba del tiempo. Estados Unidos, pese a todo, ha terminado involucrado en el conflicto entre Israel e Irán.

El ataque aéreo, realizado con sigilo y precisión, tuvo un propósito claro: destruir las capacidades iraníes de fabricar un arma nuclear, objetivo que dicho país ha perseguido largamente. Trump, con su grandilocuencia acostumbrada, calificó el operativo como un “espectacular éxito militar”. Irán, por su parte, aseguró que su capacidad atómica no fue destruida.

Con independencia del saldo específico del ataque, del cual nos iremos enterando en las próximas horas y días, lo que resulta relevante, en términos específicos, es el escalamiento del conflicto en Medio Oriente, un hecho que genera preocupación planetaria por las reverberaciones que puede tener en múltiples lugares.

Y es que no se trata simplemente de una “operación militar” ejecutada por el ejército más poderoso del planeta, sino de una acción que incrementa la tensión en torno a un conflicto que, ya de suyo, no parecía tener una salida simple ni rápida al frente.

El gobierno iraní, a través de su representante ante Naciones Unidas, Amir-Saeid Iravani, ha fijado postura diciendo que serán sus propias fuerzas armadas las que definan “el momento, la naturaleza y la escala” de la respuesta que ese país dará al ataque del fin de semana anterior.

Los riesgos hacia el frente son enormes y no involucran solamente las represalias que Irán pueda tomar de manera formal, en términos del Derecho Internacional y las reglas para el desarrollo de conflictos armados. También existen riesgos en términos de los operativos que pueden realizar los grupos extremistas, en cuyo catálogo figuran las acciones terroristas.

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El mundo entero está atento al desarrollo de las acciones en aquella región del mundo, pues las consecuencias no son solamente imprevisibles, sino que pueden resultar sumamente peligrosas para todo el planeta. Cualquier paso en falso podría conducir a una escalada del conflicto.

Cabe esperar, desde luego, que la diplomacia y el trabajo de los organismos multilaterales logren enfriar la situación en el plazo más breve posible y den paso a un proceso de distensión.

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