Crear el futuro

Opinión
/ 23 julio 2024

Imaginemos un lugar en donde la mujer, al morir su esposo, es obligada a aventarse a la pira funeraria de su difunto esposo para ser inmolada, dado que su vida no tiene ningún valor, aun cuando esto parezca imposible en la India, esta costumbre, denominada “sati”, prevaleció hasta que los ingleses la abolieron en 1829, pero se sabe que aún, en estos tiempos, se realiza en la clandestinidad.

La sociedad hindú posiblemente sea una de las más complejas del mundo, su sistema religioso y de castas nos es, para los occidentales, sencillamente incomprensible. Las castas deciden aspectos relacionados con el matrimonio, el trabajo, la infidelidad, e inclusive sobre la violación; lo cierto es que todo lo que las mujeres en ese país cotidianamente padecen es sencillamente inadmisible.

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En la India una mujer siempre será una carga para la familia, el 80 por ciento de los matrimonios son concretados por los padres desde muy tempranas edades y cuando la niña-mujer se casa, literalmente pasa a ser una propiedad más de la familia del marido, sobre todo si éste fallece.

De hecho, aún en estos tiempos, una mujer en ese país es valorada y respetada mientras tenga marido y lo atienda, y cuando la esposa infringe algún precepto o hace algo que va en contra de su marido, las consecuencias son claras: frecuentemente son asesinadas por sus propios esposos o suegros haciéndolas arder con gasolina.

Los niveles de educación en la India son bajos, los matrimonios infantiles son habituales y las costumbres sociales están impregnadas de una cultura patriarcal, supersticiones y creencias contribuyen a mantener a las comunidades ignorantes y discriminadas, perpetuando así su ciclo de pobreza.

INMOLARSE

Nacer mujer en la India es un pecado (aunque en las grandes ciudades están cambiando a favor de ellas); es como nacer invisible. En este contexto, es común que las mujeres aborten al saber que es una niña la que va a nacer y pequeñas niñas son asesinadas apenas nacidas, aquellas que sobreviven llevan de por vida el sello de la discriminación, los prejuicios, la pobreza y la esclavitud. Ante tanta desesperación y sufrimiento, es común que las mujeres opten por inmolarse, generalmente prendiéndose fuego.

PARIA

Kalpana Saroj nació en 1961, en Roparkheda, una pequeña aldea en Maharashtra, India, Kalpana proviene de una familia dalit (la casta más baja en el sistema de castas hindú), como una persona “paria” enfrentaba discriminación y desafíos desde una edad temprana. Su vida es un testimonio de la resiliencia, la determinación y la capacidad de transformar las adversidades en oportunidades.

Como muchas de su clase, fue forzada a casarse siendo apenas una niña de 12 años con un hombre mayor que constantemente la humillaba y maltrataba física y emocionalmente. Vivía en un chiquero, era maltratada verbalmente y golpeada por el hermano mayor de su marido.

Kalpana fue víctima constante de la violencia de género, la discriminación y la humillación, pero hoy es ejemplo de determinación, valentía y arrojo. Actualmente es presidente ejecutiva de una empresa metalúrgica que vende millones de dólares.

Kalpana, superó dos de las peores circunstancias que a una persona le pueden pasar en la India (y en otras partes de mundo), primeramente, haber nacido mujer, y en segundo lugar, ser una “intocable” (adjetivo asignado a las personas de condición social y económica más bajas de la India).

Kalpana se casó a la edad de 12 años, debido a las prácticas tradicionales y culturales prevalentes en su comunidad. Su matrimonio temprano fue un período difícil, marcado por el abuso físico y emocional por parte de su familia política. Después de dos años de sufrimiento, con el apoyo de su padre, Kalpana decidió regresar a casa, un acto de valentía significativo en una sociedad donde el estigma del divorcio podría ser devastador.

AUTODEFENSA

Kalpana cuenta que a su regreso todos los del pueblo la veían con recelo, la consideraban una mujer impura. Fracasada.

Ella intentó ignorar los comentarios, aprendió a coser para ganar un poco de dinero; sin embrago seguía padeciendo una enorme presión social, por lo que un mal día, como un último acto de autodefensa, decidió quitarse la vida –como muchas otras mujeres lo hacen– tomó tres botellas de veneno para hormigas, pero no pudo consumar el suicidio gracias a que fue salvada por una tía que al entrar en la habitación se percató que Kalpana tenía la boca llena de espuma y que sufría de espasmo.

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Esta experiencia marcó un nuevo camino para ella, fue el momento en que según sus propias palabras: “Decidí vivir y hacer algo grande con mi vida y luego morir”.

NEGOCIO

A pesar de tener todo en contra, decidió salir adelante, trabajando. Por lo que, a los 16 años, se trasladó a Bombay para aprender al lado de su tía el oficio de modista, ganando apenas un dólar al mes.

Posteriormente, gracias a un pequeño préstamo gubernamental para castas desfavorecidas, abrió su propia sastrería y eventualmente una tienda de muebles.

Estos primeros emprendimientos fueron fundamentales para desarrollar su mentalidad empresarial y su habilidad para identificar oportunidades de negocio.

El punto de inflexión en la carrera de Kalpana Saroj llegó cuando se involucró con Kamani Tubes, una empresa que estaba al borde de la bancarrota. La compañía, que se dedicaba a la fabricación de tubos y componentes de metal, estaba en un estado de completo desorden financiero y administrativo. Kalpana, con su tenacidad y visión, asumió el desafío de revivir la empresa.

Liderando con un enfoque innovador y pragmático, Kalpana reorganizó la estructura administrativa y se aseguró de que la moral de los empleados se mantuviera alta. Su enfoque incluyó la reestructuración de la deuda de la empresa y la modernización de los procesos de producción. Bajo su liderazgo, Kamani Tubes se convirtió en una empresa próspera (http://kamanitubes.com/).

JUSTICIA

Kalpana tuvo la voluntad de ser inquebrantable ante las adversidades, bajo su firme mantra: “Si pones tu corazón y tu alma en tu trabajo y no te dejas vencer, puedes lograr muchas cosas”, “envisionó” el futuro, tuvo la osadía y la inteligencia de reestructurar la compañía y sacarla a flote.

En sus palabras: “Quería que se hiciera justicia con la gente que trabajaba ahí. Tenía que salvar a la compañía. Podía entender lo que le pasaba al personal que necesitaba alimentar a su familia”.

TODO

Kalpana constantemente es invitada a dar conferencias, está involucrada en causas sociales, es defensora de los derechos humanos y del respeto y el empoderamiento de las mujeres de la India. Pero nada de esto la hace olvidar sus orígenes, constantemente visita el pueblo que la vio nacer para ayudar a su comunidad.

En 2013, recibió el prestigioso Padma Shri, uno de los más altos honores civiles en India, por su contribución en el campo del comercio y la industria. También ha sido una firme defensora de los derechos de las mujeres y de las castas desfavorecidas, utilizando su plataforma para inspirar y empoderar a otros.

ÚNICAS

Kalpana suele decir: “Yo nací un ser humano y voy a morir como ser humano”, gran lección para el mundo que hoy padece la ignominia de la violencia en contra de las mujeres, de la injustificable discriminación de género.

Queda claro que las mujeres son el símbolo de una inquebrantable fortaleza, personifican la indestructible voluntad y la superación incomparable que radica en sus corazones.

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Kalpana Saroj atribuye su éxito a una combinación de valores tradicionales y una visión moderna del emprendimiento. Ella cree firmemente en la educación, la ética laboral y la importancia de asumir riesgos calculados. Su vida y carrera son un ejemplo inspirador de cómo la determinación y el trabajo duro pueden superar incluso las circunstancias más desafiantes. Su legado continúa inspirando a emprendedores y personas de todas las edades y orígenes a soñar en grande y trabajar incansablemente para alcanzar sus metas.

Bien lo dice Kalpana: “Las mujeres tienen el poder de cambiar el mundo. Solo necesitan la oportunidad y el apoyo para hacerlo”, y son ellas las únicas capaces de gestar la vida y también de crear el futuro, porque sus manos son de Dios.

cgutierrez_a@outlook.com

Programa Emprendedor

Tec de Monterrey

Campus Saltillo

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