Crecimiento y bienestar: retos para el gobierno de la 4T en 2025

Opinión
/ 6 enero 2025

Los riesgos para la economía mexicana por factores externos serán: proteccionismo económico norteamericano con Trump y deportaciones masivas

Históricamente en México, en año electoral federal, con la conclusión de un gobierno e inicio del siguiente, se presenta desaceleración económica, esto por las expectativas respecto a la administración pública y a las perspectivas e ideología del Plan Nacional de Desarrollo, más ahora con cambio de régimen político y modelo económico.

Posterior a la pandemia −con caída de 8.6% en Producto Interno Bruto en 2020−, la economía reinició el ascenso normal con 3.95% en 2022 y reducción en 2023 a 3.23%, con factores externos adversos, como conflictos bélicos en Europa oriental y medio oriente, además desavenencias comerciales entre China-BRICS+ con la Unión Europea y Estados Unidos.

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El cambio de régimen ha implicado impulso del mercado interno a través de 17 programas sociales, que suman 835 mil millones de pesos en este año, además incrementos salariales e inversión pública en infraestructura productiva, lo que genera necesidad de equilibrio entre la perspectiva de bienestar y el impulso económico, sin elevar más el déficit federal para no provocar distorsiones económicas.

A pesar de los pronósticos catastrofistas, hasta ahora lo que se ha presentado es desaceleración y las variables macroeconómicas, según Inegi, tienen resultados desiguales: ocupación laboral con incremento en diciembre pasado de 320 mil empleos y en el mismo mes de 2023 fue de 384.9 mil; empleo informal 54.6 por ciento (60. 5 millones de personas); el indicador oportuno el consumo en el tercer trimestre del año pasado fue 3.5, al último trimestre se espera sólo un magro aumento; el dato a julio pasado de exportaciones indica que éstas se elevaron en 14.7 por ciento (54.8 mil millones de dólares) y se prevé que continúen con la misma tendencia, con la primicia de ventas a Estados Unidos; la inflación tiene tendencia a la baja, ya que en la segunda quincena de diciembre se ubicó en 4.44 por ciento, mientras que el mismo periodo del año anterior fue 4.46; a septiembre pasado, la inversión fija bruta tuvo una variación negativa de -2.3 por ciento respecto al mismo mes de 2023; de enero a octubre del año pasado la recaudación tributaria aumentó 5.4 por ciento (384.95 mmdp); de enero a agosto pasados ingresaron al país 22 mmdd por turismo internacional y se esperan más de 45 millones de visitantes; al tercer trimestre pasado el Producto Interno Bruto tuvo incremento de 1.5 por ciento respecto al mismo periodo del año 2023 (Coahuila, con 3.53 por ciento); entre otras.

Los riesgos para la economía mexicana por factores externos serán: proteccionismo económico norteamericano con la administración Trump; eventuales deportaciones masivas de migrantes mexicanos y de otras naciones hacia nuestro país; inflación importada por conflictos bélicos y, por ende, contención de la tasa de interés; desastres naturales.

Los factores favorables: reducción de inflación en Estados Unidos con menores costos de importaciones y efecto positivo en los precios; inversión extranjera directa al alza y relocalización de cadenas productivas en el país; reducción del déficit fiscal del gobierno federal en 1.9 por ciento menor al año recién concluido; aumento en recaudación fiscal por innovación tecnológica; impulso al mercado interno; inversión pública en infraestructura productiva.

Mientras que la Secretaría de Hacienda estima un crecimiento del PIB de entre 2 y 3 por ciento, el promedio de calificadoras e instituciones financieras lo sitúen en 1.2 por ciento por las condiciones externas e internas, éstas últimas sobre todo en cuanto a seguridad pública e incertidumbre política (reforma judicial), según afirman.

En todo caso, el objetivo es cómo sostener el consumo a través de programas sociales, aumento salarial y al mismo tiempo impulsar el empleo y el crecimiento con inversión pública y privada, así aumentar la recaudación para sostener políticas social e industrial, sin aumentar déficit ni deuda pública. Este año es de retos y desafíos para el gobierno de la Cuarta Transformación, y en materia económica, hasta ahora, no ha operado equivocadamente. Crecimiento y bienestar. No será sencillo lograr la “prosperidad compartida”.

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