Cuando pierde, empata. La historia del decretazo sobre transparencia y seguridad nacional

Opinión
/ 17 diciembre 2021
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Que siempre sí a la transparencia, rendición de cuentas y megaproyectos. Esta semana la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó una suspensión inicial al decreto presidencial debido a una controversia constitucional que solicitó el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Y en español, ¿qué es esto? Básicamente que va a tener que esperarse un poquito más Andrés Manuel López Obrador antes de no querer decirnos nada sobre todo aquello que considere seguridad nacional, es decir, sus megaobras: Aeropuerto de Santa Lucía, Tren Maya y todo lo que se le ocurra poner en la lista.

Recuerden que vivimos una República federal representativa compuesta por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Entonces, la SCJN (Judicial) le dijo a López Obrador (Ejecutivo) que probablemente su “decretazo”, que en resumen dice que no se compartirá la información de todo lo que él considere como seguridad nacional, tendrá que revisarlo primero para saber si no se sobrepone al artículo 6 constitucional.

Y qué tiene que ver el INAI en todo esto. El INAI es un órgano autónomo. Esto quiere decir que, aunque tiene presupuesto federal (o sea que vive de recursos públicos), es gobierno. No depende jerárquicamente del Ejecutivo y se encarga de tutelar los derechos que establece la Constitución. Es decir, cuando el INAI (a través de los integrantes del Pleno, las y los Comisionados) considera que algo que está haciendo el Presidente está fuera de sus atribuciones o viola lo que dice la Constitución, le dice a la SCJN (Judicial) que está mal y ésta decide si está de acuerdo o no. Eso se llama una controversia constitucional.

Todo esto para contarles el chisme que parece chiste, pero es anécdota, acontecido esta semana en la mañanera. Literalmente el presidente López Obrador dijo que él nunca de los nunca, jamás, intentó o dijo que no se abriera la información sobre sus proyectos, que lo único que estaba intentando hacer era agilizar los trámites administrativos, puesto que si declaraba todo como seguridad nacional ya no tenía que hacer contrataciones públicas o estudios de mercado, solamente comprar y reservar la información. ¡Qué casualidad! Por eso mismo, López Obrador cuando pierde, empata, porque sigue teniendo entre 60 y 70 por ciento de aprobación a nivel nacional. Un maestro de la comunicación política.

Resaltemos la importancia que tiene la controversia constitucional que impulsó el INAI ante la SCJN, de ahí se ganó esta primera batalla que fortalece nuestra democracia. En este orden de ideas, debemos seguir apoyando y cuidando nuestros órganos autónomos, literalmente, ellos son los guardianes de la democracia: INE, INAI, Cofece, por mencionar algunos. No olvidemos que los que claman ser hijos de la revolución o defensores de la democracia terminan siendo los peores gobernantes.

Para muestra, un botón: la situación que vive Nicaragua con Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. Ortega llegó al poder quitando a un dictador y aludiendo a la revolución sandinista, pero se ha vuelto un líder mucho más autoritario que el que quitó, y entre él y su esposa llevan 15 años en tres mandatos, y sigue la cuenta. Esto se pudo haber evitado si las instituciones (como los órganos autónomos) hubieran puesto límites y balance en el poder. No vivamos esta historia. Hagamos la diferencia siendo #CiudadanosdeTiempoCompleto informándonos sobre lo qué está pasando, opinando y participando activamente.

@garciacecy_

ceci.garcia@dcamexico.org

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