Cultura física y deporte
Si observamos videos de las infancias y adolescencias en las escuelas y universidades mexicanas en las décadas de 1960, 1970, 1980 y las comparamos con las imágenes de las infancias y adolescencias en los sistemas escolares después de la década del 2000, algo inmediatamente captará nuestra atención entre las diferencias más notorias: el número de infancias y adolescencias con sobrepeso y obesidad se ha incrementado de manera exponencial.
Esto tiene dos explicaciones principales: 1) Estamos avanzando cada vez más hacia vidas más sedentarias. Antes, además de los programas deportivos escolares, las personas caminaban y se movían más en general durante todas sus vidas, hoy lo hacemos cada vez menos; y 2) Desde la firma del TLC, México se convirtió en uno de los principales destinos favoritos para las industrias que utilizan jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS), un endulzante sustituto del azúcar que se encuentra en una enorme proporción de los alimentos ultraprocesados, así como en la mayoría de refrescos, y cuyos efectos dañinos sobre la salud se han documentado en múltiples estudios de rigor científico.
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El HFCS es altamente riesgoso para la salud, uno de los principales responsables de la obesidad y sobrepeso en la población mexicana, y también de síndrome metabólico y múltiples enfermedades y padecimientos asociados a este, como altos niveles de presión, grasa abdominal, grasa visceral, altos niveles de triglicéridos en la sangre, altos niveles de ácido úrico, resistencia a la insulina y un estado de inflamación constante.
Gráficamente, es fácil ver cómo la entrada de este producto en el mercado alimenticio mexicano disparó el alza de obesidad infantil desde 1994. Sin embargo, además de señalar lo dañino de este producto principalmente, pero también del alza en el consumo de alimentos ultraprocesados en lo general, y de lo perjudicial de estos cambios en nuestros hábitos alimenticios, es importante señalar que a pesar de que hoy se cuenta con mayores instrumentos normativos, legislativos y mayores recursos que en las décadas de 1960, 1970 y 1980, gracias a la creación de la Conade en 1988 y al tener leyes de estímulo al deporte desde 1990 con la Ley de Estímulo y Fomento al Deporte, que estableció las bases del Sistema Nacional del Deporte, los datos del Mopradef del Inegi, revelan que del 2014 al 2023, el porcentaje de población que reporta hacer deporte en su tiempo libre se redujo en 5.6 por ciento para situarse en apenas un 39.8 por ciento de la población que reporta practicar algún ejercicio físico con regularidad.
Adicionalmente, desde la creación de Conade, prácticamente su presupuesto se ha ido reduciendo de manera normal cada año y con cada vez más necesidades y más deportistas por apoyar, la persona deportista mexicana se encuentra casi siempre abandonada en su búsqueda de profesionalización deportiva, por ello los constantes malos resultados en justas internacionales. Aquellas personas que logran obtener triunfos, lo deben siempre a su tesón y esfuerzo, no a un sistema roto que les priva de los requerimientos mínimos para desarrollarse como deportistas.
Esto tampoco se trata de cuerpos y cómo se ven, la positividad de cuerpos es algo importantísimo y que nos enseña a aceptarnos como somos y a aceptar la diversidad corporal de todas las personas, esto se trata de uno de los más grandes problemas de salud y de la carga financiera que esto va a representar para el presupuesto fiscal, en un ya de por sí muy subfinanciado sistema de salud pública.
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En México, requerimos normar más estrictamente la producción y venta de alimentos ultraprocesados y prohibir por completo el uso de HFCS en nuestros alimentos. Requerimos integrar los programas de cultura física y deporte en todos los sistemas escolares y mejorar la infraestructura deportiva de los planteles. Nos urgen programas de detección y desarrollo de talentos deportivos, y de desarrollo de infraestructura especializada en centros de entrenamiento en las localidades.
México tiene que entender la cultura física y del deporte como una parte fundamental de la educación y formación de personas ciudadanas, por salud y bienestar general de nuestra gente, por los beneficios formativos de la disciplina de la cultura deportiva, y por facultar el pleno desarrollo de las personas desde su infancia y hacia una adultez mayor con mejor calidad de vida.