De dioses y hadas
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¿Qué suena más inverosímil? ¿Creer en las hadas, en un dios o en varios dioses, en los ángeles, en los horóscopos, en el alma o en los espíritus de cada lugar? Permítaseme decir que todos estos imaginarios se encuentran en el mismo orden de importancia, producto de la vida emocional y la imaginación viva. Son y existen como constructos sociales.
La racionalidad humana moderna ha escudriñado las visiones y los sueños de tal modo, que aplica métodos para acontecimientos y pensamientos que se explican desde hace miles de años y desde otro lugar. Es a partir de experiencias, que la especia humana crea y da forma a procesos que le ordenan su paso por el mundo, o también la complican e incluso la problematizan a grados extremos.
Es nutritivo saber cómo el nacimiento de la Filosofía, madre de todas las ciencias, fue articulada gracias a antecedentes como la mitología y el evanescente mundo de los oráculos. Así, el tan reverenciado mundo racional filosófico que heredamos, se gestó a partir de gestos tan simples y prodigiosos como la charla, esos diálogos donde los argumentos dieron forma a escuelas o corrientes de pensamiento cargadas de estructuras sociales de aquella época, que en mucho no han sido cuestionadas.
Así, las corrientes de pensamiento racional, mucho tardaron en sacarse de encima los mitos o las alusiones a Zeus, cosa natural por cierto. Otras, no lo hicieron. Ahora se dice que todo lo que tenga qué ver con el método científico es la única vía válida, aún y cuando fue apenas en 1636, cuando Descartes planteó las primeras bases para el método científico. Y estamos hablando ya del siglo XVII. Sí, cada generación reescribe, o replantea las narrativas recibidas. También las cuestiones, refrenda o destruye.
Sin embargo, los lentes de distintas disciplinas son necesarios, pues amplían el tipo de narrativas creadas e incluso se contraponen entre ellas, permitiendo en quien se deje, un cambio y variación en sus posturas teóricas, que siempre aterrizan en la realidad a la que describen, a veces como redes o a veces como cepos.
Hay quienes desestiman el mundo de creencias (dioses o entidades espirituales) pues no se apegan al método científico. Y si bien sienten tranquilidad con datos medidos y comprobables; la Sociología, la Antropología y la Historia de las Mentalidades, son parte de estas otras disciplinas que amplían el marco de visión de comportamientos humanos que habilitan la integración de creencias y manifestaciones, las cuales por cierto, dan a luz materialidades arquitectónicas, tradiciones, conmemoraciones y festividades.
Muchos buscan/buscamos, la explicación del mundo en términos físicos que correspondan a grados básicos de percepción, esto en primera instancia dejaría de lado lo no visible al ojo humano, triste caso tanto para el mundo de la Física Cuántica como para el mundo mitológico por ejemplo.
Por otro lado, la observación de la materialidad que nos rodea, también da a luz la adoración por la Tierra convertida en la Pacha Mama como entidad suprema, o a figuras como el dios del rayo, el dios del Sol, las deidades del agua, del maíz y de todo proceso que ha asombrado a la humanidad a lo largo de la historia.
Prefiero el mundo de creencias y de manifestaciones que surgen del asombro y de la fascinación por la vida, elegir símbolos nutricios que abran puertas germinales y no celdas punitivas para la vida emocional o espiritual.
Dios proviene del latín “Deus”, que se deriva a su vez del griego Zeus, quien en la mitología helénica era el Dios principal. Deus posee la misma raíz indoeuropea que la palabra “dyeu” o día y puede significar sol o brillante.