Delicias culturales
Lo que puede resultar extraño para unos para otros es de lo más normal
¡Qué comida más deliciosa!, mencionó mi acompañante, seguido del más grande, sonoro y fuerte eructo que se pueda imaginar.
Quizás para usted sea de mal gusto, ¿pero sabía que para la cultura árabe, eructar es señal de que la comida estuvo buena? Es como dicen popularmente: no tenía progenitora.
Cuando el anfitrión eructa demuestra su satisfacción, dando carta abierta a que los demás presentes lo sigan en una sinfonía que haría envidiar al mismísimo Beethoven. Al igual que en China: si se quiere agradecer lo mejor que se puede hacer es eructar. Es como gritar a los cuatro vientos que la comida nos gustó.
Pero no vaya a pensar que en muchos países que comparten la cultura asiática, esto de eructar es correcto. Muchos lo consideran como una burla a los ancestros, ya que piensan que los parientes cercanos viven en el interior de las personas. Pero como decía la Nana Goya: “esa es otra historia”.
En cambio, en la India no está mal visto el eructar, puesto que se inclinan un poco más hacia las costumbres de China. Los esquimales que viven en las zonas árticas de América y Siberia lo ven como algo normal, y que bueno porque con el frío que se cargan, prefiero eructar, que sacar las manos para dar las gracias.
Lo que puede resultar extraño para unos para otros es de lo más normal; si en nuestra propia casa tenemos diferentes formas de agarrar el taco pa’ comerlo. ¿Qué esperar de otros lares? Como dicen: “a donde fueres, haz lo que vieres”.
En Japón por lo general la comida se sirve “al centro”, es decir, una porción grande para compartir. Pero nadie se sirve a sí mismo, siempre es otro de los presentes quien lo hace, y se empieza hasta que todos estén servidos. Hacer ruido al comer, por ejemplo al sorber los fideos, es señal de que está muy sabroso todo, además de que se cree que así la comida sabe mejor.
Un consejillo: cuando coma con japoneses use los palillos. Créame si se batalla. Pero los japoneses valoran mucho el esfuerzo.
Olvídese de refrescos o bebidas gaseosas: el agua o el té son más típicos. O si lo prefiere, pídase un buen sake.
En un viaje de vacaciones junto con mi esposa, fuimos a un restaurante japonés muy tradicional y pedí una botella de sake. Al llegar está a la mesa, nos preguntaron si podían derramar un poco al servirlo; esto es una manera muy típica y tradicional de desear buena suerte.
¡Ah!, y por cierto, si viaja a Japón o va un restaurante muy tradicional, adiós a la idea de dejar propina, ya que es prácticamente una ofensa.
Tampoco se crea ese mito o leyenda urbana de que hay que dejar comida en el plato o lo tacharán de hambriento. Se lo digo como chef: la comida está para comerse, para saciar el apetito. Entonces, ¿para qué come uno verdad?
En Japón, dejar comida es muy descortés; y en China, esto se considera señal de que se desea repetir. Existe la teoría de que esto viene de los tiempos de abundancia.
Y como en México, no puede faltar nuestra muy famosa “merienda”, con el típico café o té. En Inglaterra prefieren irse más por un té. Tanto así que hasta tienen “la hora del té”, que es entre las tres y las cinco de la tarde. Aunque los países árabes valoran mucho más el café.
Algunas costumbres son que siempre el primer café que se sirve es directamente para el invitado más importante o el más anciano.
Ellos lo sirven en unas “finjān”, unas tacitas pequeñas sin asa que siempre se toman con la mano derecha, ya que según la mano izquierda está reservada para otras cosas, por ejemplo ir al baño.
Siempre se sirve tres cuartos de taza, la tradición dicta que cada persona beba por lo menos una taza de café, pero no más de tres, cosa que también es mal vista o se considera de mala educación. Pero tenga cuidado si le sirven la taza completa, porque esto es señal de que ya quieren que se vaya. Creo que ahí no funcionaría abrir una cafetería de esas de los tres búhos.
Y como última curiosidad, los beduinos, esas tribus nómadas que viven en las zonas desérticas de África y Siria, siempre tienen café listo por si vienen invitados, pero si el huésped no toma el café y solo coloca la taza en el suelo, significa que necesita pedir un favor especial. Así que si usted algún día le ofrecen una taza de café y la coloca en el suelo, no se sorprenda si le preguntan de inmediato: “¿Qué puedo hacer por ti?”.
Y podría seguir escribiendo más y más acerca de todo esto que acabaría quién sabe cuando, si es que logro tan milagrosa tarea. Pero son estas costumbres las que nos invitan a saborear la riqueza de cada cultura y valorar las múltiples formas en que celebramos la comida.
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