Desinvitado a la piñata
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El periodismo acerca a los lectores con la historia de los días.
Dentro y fuera. El periodismo acerca a los lectores con la historia de los días. Hemos dado cuenta de las singularidades. De quienes detentan cargos. Los errores en su administración.
Como se van cegando. El desgaste del ejercicio del poder. La seducción por los dineros. Los negocios fabulosos. Esos círculos donde se concentran. Las confabulaciones atronadoras.
El cinismo. La inopia para quienes les señalan los puntos negros en sus rostros palaciegos.
Desde la primera marcha, en defensa del INE, en Palacio Nacional, los ecos susurrantes de Andrés Manuel, no se horrorizaron de la convocatoria.
Tampoco del músculo mostrado por los grandes entreperneurs.
No compartimos sus muestras de fervor para con Lorenzo Cordova. Tampoco las posteriores bravatas de justificación. Si hay algo en la constante, es la ignorancia del contenido de las propuestas.
El INE no se toca es una contradicción. Todos los procesos electorales han terminado judicializados. Las gavillas de bandoleros disfrazados de abogados, solo buscan lagunas legales.
Errores en los procedimientos de los integrantes de las mesas electorales. Las concertaciones cupulares, te doy, me ofreces, intercambiamos, es el cuadrilátero podrido del INE.
Terminar con la simulación es un acierto.
Andres Manuel ya no escucha. Sus súbditos, los del amor con amor se paga, organizan la contramarcha. No al 20 de noviembre. Al 27, la siguiente.
De los estados, el pago de los siervos de la nación y de los virreyes de la corona de la 4T, abrigados por MORENA y el PT, saldrán de las capitales de los estados del interior.
Nos invitaron a acompañarlos. Luego nos eliminaron de su lista.
Les habían prometido una noche de hotel en la capital. Luego siempre no. La salida desde La Purísima a media tarde del día 26.
La llegada por la madrugada. Guardados en los autobuses en el rumbo de Garibaldi. En sus asientos. Sin levantarse.
Un esfuerzo compañeros. Andrés Manuel nos necesita.
Lo correcto no es igual a lo ideal.
Tienen razón. Su nivel de autocrítica en MORENA es nulo. El presidente no es chairo. Cada día es más fifí. De derecha extrema. Tan cercano a los lunáticos.