Droga acústica

Opinión
/ 25 octubre 2022
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El sonido ruidoso de la “música” metálica ha suscitado una adicción perniciosa en no pocos oyentes predominantemente juveniles.

Se ha observado la fuerza sugestiva psicotrópica que se da en conciertos multitudinarios que se contagian por drogadicción, no sólo de empastillamiento o aspiración, sino también de sonoridad desbocada.

El riesgo es el bloqueo de la capacidad de pensar, de juzgar. Todo queda en percepción atrapada de puertas abiertas que puede dejar entrar cualquier influencia intrusa.

El sonido repetitivo, rítmico, estruendoso puede causar un efecto parecido a la hipnosis. Por eso es tan fácil que una multitud de oyentes hagan los mismos movimientos desde las mismas actitudes.

Todo lo que paralice la voz interior que discierne libremente tiene el riesgo de robotizar, de hacer objeto de manipulación psicosomática a quien se abandona.

DESINFLACIÓN DE CARESTÍA

Se da en tiempos críticos algo así como una gravitación al revés porque los precios tienden a subir. No siempre hay eso que llaman indexación y que equivale a una cuerda que ata el salario a los precios. Cuando no se da, el aumento salarial se ve como inflacionario.

Se han puesto a funcionar medidas que buscan la desinflación. Se subsidian, por ejemplo, el diesel y las gasolinas. Acá, además de esa medida, se han donado fertilizantes en varias zonas agrícolas. En Italia salen a manifestar porque, al subir los precios de gasolinas, todo lo que se transporta se encarece automáticamente.

La economía doméstica tiende a suprimir gastos superfluos y aprovecha información sobre precios moderados al hacer compras.

No pocos productores le bajan el peso a los contenidos o empacan y embotellan cobrando lo mismo, pero con menos calidad.

Desinflar es un verbo de necesaria y complicada conjugación porque también incluye hacer pactos para que nadie corra cuando todos caminan.

SUPLENCIA MILITAR

No es tan exagerado como querer respirar con el hígado o hacer de tripas corazón eso de poner a soldados a hacerla de policías. La gente dice que “peor es nada” refiriéndose a que no en todos los estados y municipios hay una policía que dé buenos resultados.

La suplencia militar se alarga por votación de cámaras y, claro, se promete capacitación y moderación en el uso de armas sólo permitidas para defensa propia.

Esperemos que la experiencia sea bien evaluada a su término viendo sus resultados.

CONFIANZAS Y DESCONFIANZAS

No hay que perder la confianza en sí mismo.

Si una persona no cumple con lo que promete, si pone los medios a medias, si trata de aprovecharse en lugar de servir, si trata de resolver problemas mintiendo, va perdiendo la confianza en sí misma. Ya se conoce en sus fallas y pierde la autoestima.

Puede venir entonces una cobardía para hacer el bien. No se emprende la realización de grandes sueños y se abraza la mediocridad.

Quien vuelve a creer en sí mismo puede hacer de sus errores experiencia y abrirse también a la ayuda divina...

El autor de Claraboya, quien ha escrito para Vanguardia desde hace más de 25 años, intenta apegarse a la definición de esa palabra para tratar de ser una luz que se filtra en los asuntos diarios de la comunidad local, nacional y del mundo. Escrita por Luferni, que no es un seudónimo sino un acróstico, esta colaboración forma ya parte del sello y estilo de este medio de comunicación.

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