Ebrard: el travesti de la política
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El término fue acuñado por Agustín Gutiérrez Canet para referirse al veletismo del ex canciller que sueña con ser presidente
Les platico su frase completa:
“Veleta que cambia según los vientos; saltimbanqui que brinca de un lado a otro; travesti del arcoíris que refleja el mutante prisma: tricolor, verde, violeta, amarillo, naranja, guinda...”
Agustín es un diplomático que se retiró del servicio exterior mexicano tras más de 40 años como embajador en varios países.
Es esposo de Martha Bárcena, quien fuera embajadora de México en Estados Unidos y que al renunciar a ese cargo recibió del presidente López Obrador el reconocimiento de Eminente.
Veletismo y vedetismo.
Ebrard merece esos calificativos por las mutaciones que ha experimentado en sus afiliaciones político-partidistas.
Se adhirió a Morena hace apenas un año.
Quiere ser presidente a pesar de los desfiguros en que ha metido a México en el concierto internacional.
Su vedetismo se demuestra con un solo botón: la selfie que se tomó con su esposa en los funerales de la Reina Isabel II.
Al verse abajo en las tendencias del bloque de Morena y sus aliados en busca de la candidatura por la presidencia, hoy flirtea con el MC, del mercenario más vil de la política mexicana: Dante Delgado.
4o foro ciudadano del FAM.
Tuvo lugar ayer en Guadalajara el 4o foro ciudadano del Frente Amplio por México, entre las dos mantis, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes.
Reitero, no se trata de debates, como algunos mal informados insisten en llamar a estos ejercicios.
Otra vez volvieron a “lucirse” los “moderadores” en ese afán de protagonismo entrometido que seduce a quienes juegan a ser periodistas y en vez de ayudantes se convierten en estorbantes.
En las participantes noté una mezcla de alegría, congoja, desconsuelo, modestia, soledad e incluso tristeza.
Dejo a los lectores la asignación a “X” o a “B” de cada una de esas emociones para ir dirimiendo quién será la candidata de la oposición.
Vi en una de ellas cierta ira contenida, y de las anteriores emociones, ésta es la única que no se aprende, sino que se nace con ella.
Para sobrevivir, hay que aprender a reprimirla y aguardar la oportunidad para sacarla a flote.
Por eso digo que éstas dos mantis son auténticas sobrevivientes de un largo proceso electoral, inédito en México.
A una la veo creciendo en las preferencias del electorado y a la otra, reducida y refugiada en una esquirla del País.
No creo mucho en las sonrisas arriba del estrado pues, ¿qué ave tiene el corazón para cantar en medio de un matorral de espinas?
Cajón de sastre:
”Mi reflexión acerca del 4o foro: quien elija ser gusano, que aguante los pisotones”, detona la irreverente de mi Gaby.