El abrazo que Manolo Jiménez Salinas y Román Alberto Cepeda se dieron en la inauguración del restaurante Mochomos de Torreón; posterior, claro, al obligado “pre” en la Casa de Gobierno de Torreón, apagan en una primera instancia los escenarios apocalípticos resultantes de la separación del municipio de Torreón del Mando Único estatal.
¿Quiénes fueron los mediadores (o instigadores) para forzar ese diálogo, urgente entre ambas partes? Ciertos empresarios laguneros de alto nivel, cuya participación fue crucial para erradicar la violencia generada por el crimen organizado de 2011 a 2014; y crear en estricta coordinación con los gobiernos estatal y municipal, sociedad civil organizada y las Fuerzas Armadas el mejor modelo de seguridad pública del país en la Región Laguna, de acuerdo a la investigación realizada por los académicos Sergio Aguayo y Jacobo Dayán, con la colaboración del periodista Javier Garza Ramos: “Reconquistando La Laguna: Los Zetas, el Estado y la Sociedad Organizada” (Colegio de México: 2020).
TE PUEDE INTERESAR: ¡Alerta Torreón! (II): El choque entre el gobernador de Coahuila y el alcalde de Torreón
Porque el horno de la inseguridad en los estados aledaños no está para bollos, este abrazo estuvo para los torreonenses, a la altura del de Acatempan en 1821, entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, que selló un pacto para luchar unidos por la independencia. Y fue superior, claro, a los abrazos de ET y Elliot en la película “ET el extraterrestre”; al de Lord Voldemort y el mago Draco Malfoy en Harry Potter y al de Lilo y Stitch en la película del mismo nombre.
Ese abrazo ocurrido en privado el miércoles por la noche fue sellado de manera pública la mañana de ayer en la reunión de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad en Torreón, en la cual estuvieron presentes el gobernador Manolo Jiménez, el alcalde Román Alberto Cepeda, el comandante de la XI Región Militar, el secretario de Gobierno, los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, el procurador general del Estado y el secretario de Seguridad Pública estatal, entre otros.
En rueda de prensa, Jiménez precisó tres acuerdos sustantivos para darle la vuelta a la página: (1) “El tema de la seguridad no se politiza ni se partidiza, (porque) uno de los valores más preciados de la entidad es que la gente pueda andar a todas horas del día con paz y con tranquilidad en los 38 municipios de nuestro estado”.
(2) “Queremos darle la certeza total a nuestra gente de Coahuila que aquí en Coahuila mandamos las instituciones, y (que) aquí (en La Laguna) hay coordinación, que aquí (en La Laguna) hay voluntad, que aquí (en La Laguna) no existe ni una sola ventana para la delincuencia y que aquí todos los días vamos a seguir cuidando la seguridad entre todas y entre todos, sociedad, ciudadanos, iniciativa privada y los tres órdenes de gobierno, así como las fuerzas armadas”. (3) “Habrá operativos para el combate al narcomenudeo y el huachicoleo, en los que tomará parte el Ejército Mexicano junto con las corporaciones estatales y también las alcaldesas y alcaldes”.
El abrazo de Mochomos es también celebrado por los torreonenses por otra razón: Manolo Jiménez y Román Alberto Cepeda dejaron de lado temas personales para asegurar y fortalecer el bien común a través de una relación institucional que los rebasa e incluye a los dos, de manera ética y responsable, como gobernador y presidente municipal. Bien por ambos.
Esperemos ahora, los resultados concretos, más allá de las palabras que acompañaron a tan celebrado abrazo ocurrido en el restaurante Mochomos.