El antiguo y nuevo comercio saltillense
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El “Diccionario Biográfico de Coahuila”, de don Arturo Berrueto González, considera “cronista de Coahuila” a Esteban L. Portillo. Dice que fue maestro en el Ateneo Fuente en 1883 y que llevaba el apellido de la misma manera que su padre, don Narciso L. Portillo, sin saberse el significado de la inicial “L”. Hoy se le tiene como precursor de los historiadores. Escribió “Apuntes para la historia antigua de Coahuila y Texas”; “Catecismo geográfico, político e histórico del estado de Coahuila”, y una obra de teatro, “Nobleza de corazón”. Sin embargo, su obra más conocida y consultada es el “Anuario Coahuilense para 1886”. Publicada precisamente ese año de 1886, es un libro hecho a la manera de los anuarios que en la capital del país publicaba Filomeno Mata, y que todavía hoy sigue considerándose una joya entre los libros de historia de Coahuila, pero no se consigue con facilidad, aunque en la primera década de este siglo se hizo una reedición.
Además de los datos propios de una obra de su clase, el Anuario Coahuilense incluye una “Galería de Coahuilenses Ilustres”, con reseña biográfica de cada uno; las leyes y reglamentos estatales de la época; una relación de la “Conquista de la Provincia de la Nueva Extremadura, hoy Estado de Coahuila”; una descripción geográfica de la entidad y sus lugares principales; la mención de las instituciones y las escuelas; la descripción de los gobiernos estatal y municipales y el número de jueces, policías y empleados; las listas de las personas que ejercían los diversos oficios en cada municipio, y un apartado con eventos y sucedidos de Saltillo.
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A decir de algunos historiadores, al Anuario le falta rigor histórico en los datos, sólo porque no cita las fuentes de las cuales obtuvo la información. Sin embargo, es un libro obligado para conocer cómo era Saltillo en ese año de 1886. Como muchos libros de su época, tiene varias páginas dedicadas a anuncios comerciales, que también informan sobre dicha actividad. Saltillo, siendo en ese tiempo una ciudad pobre, tenía un comercio muy vigoroso y suficiente y hoy todavía subsisten comercios y empresas centenarios como la Ferretería Sieber, Molinos del Fénix, la Empacadora Alanís. Esos negocios están vivos porque supieron crecer a tiempo y diversificarse o ampliar sus productos y sus inventarios.
Mediante los anuncios del Anuario de Portillo nos damos cuenta de la fortaleza del comercio en general, y en particular, la del comercio internacional durante el último cuarto del siglo 19 en esta capital de Coahuila. Incluyo unos entre estos últimos: “Las extensas relaciones con que cuenta esta casa y el variado surtido de efectos nacionales y extranjeros, hace que los pedidos que se le hagan sean atendidos debidamente. También se encarga de todas las comisiones que se le confieran, cobra letras, y hace situaciones a cualquiera plaza”. El Río de la Plata, Tienda de abarrotes de Rómulo Garza, ubicada en la 4ª. Calle de Allende núm. 5.
Blas Cantú, Comisionista en la Plaza de Tlaxcala No. 21, anuncia que: “Se encarga de toda clase de negocios y operaciones concernientes a su profesión, dentro y fuera de la República, contando para ello con vastas relaciones en todos los Estados del país y del Extranjero, se encarga igualmente de compra y venta de mercancías, cobra y cambia letras sobre cualquiera plaza, pagando los fletes anticipados de las mercancías que se le consignen en comisión”. La Agencia de Publicaciones de Francisco Álvarez se promociona así: “Suscripción a todas las obras del mundo. Comisión en general para todas las naciones de Europa, Estados Unidos del Norte, Isla de Cuba y para la Capital de la República”.
Los anuncios publicitarios aparecen enmarcados con bellos adornos tipográficos muy de la época, o con fotografía. El solo hecho de mirarlos, ofrece un verdadero placer a nuestros ojos.
Ciertamente ya hace algunos años que llegaron a la ciudad conceptos nuevos en centros comerciales, como Parque Centro, con todo un complejo de edificios destinados a actividades diferentes, incluso un sector financiero emulando a los de las grandes capitales del mundo; áreas hoteleras y habitacionales, diversión, gastronomía y servicios enfocados al bienestar y a la cultura.