El canto como instrumento de paz en la niñez
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La semana pasada visité en su estudio al maestro Romeo Valdez, oriundo de la ciudad de Saltillo. Con él y su esposa Lourdes he trabajado desde hace más de veinte años en producciones musicales que se han presentado en algunas ciudades de nuestro país y particularmente en el pueblo nuevoleonés de Bustamante, hermano de sangre de la señorial capital coahuilense.
Romeo y Lourdes cada temporada navideña preparan una pastorela en la que participan sus diez nietos. El guion y la música lo escribe Romeo y la parte vocal de coros la preparan entre él y Lourdes, quien es de profesión educadora. Es una familia peculiar la de ellos, sus cuatro hijas, yernos y nietos coparticipan en las producciones. Las pastorelas las graban y difunden en redes sociales, y también las presentan en colonias a la par de templos católicos.
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Pero el talento del coahuilense Romeo va más allá porque ha creado un programa dirigido a los alumnos de educación básica para que los profesores puedan contar con material didáctico todo el año que los comprometa con el cuidado del planeta. Es el programa “Valores y cuidado del planeta”. Romeo y Lourdes ya han dirigido actividades en San Buenaventura, Monclova y Saltillo.
La fundación Mundo Sustentable A.C. se comprometió a pilotar este programa en una escuela primaria saltillense. Seguramente se obtendrán buenos resultados que les compartiré. Este programa de 48 sesiones incluye canciones sobre valores como la amistad, la puntualidad, el amor y la humildad. Se integra también por cuentos y caricaturas. Temas musicales para el cuidado del planeta, como “Agua cristalina”, “Pintemos al mundo”, y sobre el manejo de residuos sólidos urbanos, en particular sobre el reciclaje; pero también canciones que apoyan las celebraciones escolares tradicionales como la de Independencia y la de la Revolución Mexicana.
Aparecen canciones para aprender las tablas de multiplicar, pero quizá lo más valioso es que se incluye un curso de cómo formar un coro escolar y cómo ensayar el Himno Nacional. Lo maravilloso del programa “Valores y cuidado del planeta” es que las notas musicales de las canciones están creadas para que los niños las escuchen una sola vez y puedan cantarlas enseguida, porque son notas que están en su rango natural vocal.
A través de temas musicales y de material didáctico se hace posible que los niños puedan internalizar el tema de la paz, porque desde la infancia se tiene la noción de la guerra y en ocasiones la ausencia de paz la sufren por ser parte de familias disfuncionales. Recientemente, pasando cerca del Congreso del Estado de Nuevo León, me percaté de la protesta contra jueces que apoyan el que uno de los cónyuges en un matrimonio que está en proceso de divorcio no pueda ver a sus hijos. Los acusan de favorecer esta práctica que hace que los hijos pequeños sean rehenes de disputas familiares cuando es indispensable y es su derecho que puedan ver tanto a su mamá como a su papá.
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Esta situación de hacer que los niños sean rehenes de situaciones en torno al divorcio de los padres se presenta en todo México, perjudicándoles grandemente en algo que los abogados representantes de las partes pueden alargar generando una crisis interminable.
Pero los temas musicales, vaya que pueden ser un instrumento para la paz, cuidando las letras pues, aunque hay quien escribió que una canción jamás podría parar una guerra, la concienciación sobre la necesidad de prácticas pacíficas de convivencia es la base para evitar conflictos en las familias y entre comunidades, pueblos, ciudades y países. Cantemos entonces para construir la paz para empezar el día de mañana un mejor año nuevo.