El discurso de inauguración de Claudia Sheinbaum se quedó en el limbo, sin rasgos de estadista

Con un ánimo esperanzador y con el deseo de que el nuevo gobierno federal cubra la geografía mexicana con un enorme manto que acoja a todos los habitantes del país, y con grandes anhelos de conocer un nuevo gobierno que nos aliente a salir de la lastimosa mitomanía cotidiana a la que nos tenían acostumbrados disponiéndonos a caminar por una vía de luz y dejar atrás esa atmósfera de mentiras impuestas desde el poder que nos condujo a vivir en el desconocimiento de la verdad como débiles visuales.

TE PUEDE INTERESAR: El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, caminó para atrás

Los ciudadanos estábamos ansiosos de que llegara el fin de ese periodo llamado cuarta transformación en la que añoró dar continuidad a los tres periodos anteriores que si ondearon verdaderos héroes. Afortunadamente ya terminó esa etapa en la que fuimos embarcados en aguas turbulentas y con el deseo ferviente de que el antiguo presidente cumpla su promesa de retirarse sin inmiscuirse, con el fin de que no haga más daño y permita que la nueva Presidenta nos convenza a todos a trabajar conjuntamente y empezar a restaurar nuestro territorio nacional, pues estos últimos seis años nuestra nación pasó viviendo en una zozobra debido a las improvisaciones y ocurrencias en la que nuestra patria se convirtió en un desgarrón de niebla, y donde igualmente dentro del ámbito internacional fuimos la burla de otros países.

Permítame comentar, solo como referencia, algunas observaciones que queremos que queden en el olvido como, ¿lograremos abatir el déficit fiscal que arrastramos? ¿Cómo pagar la inmensa contratación de deuda, y con el hoyo en que está metida la empresa Pemex que según él salvó pero que ya se programó la colocación de bonos por 18 mil millones de dólares para seguir pagando el déficit que tiene? y que con el marcado aumento de la inseguridad en la que dejará un inmensa cantidad de muertos cercana a los 200 mil; y que con el precio prometido de la gasolina de 10 pesos por litro y que por estos días cuesta cerca de 30 pesos; y algo muy importante que, para variar, nos mintió por enésima vez diciéndonos que el crecimiento del país lo dejaría en 4 por ciento y que actualmente está en .08 por ciento.

Y ¿qué pasa con la corrupción que ya le han demostrado de su existencia en muchas de las áreas del gobierno y de algunos de sus familiares incluyendo a sus hijos y amigos de ellos? y ¿qué pasa con el huachicol que sigue en toda su expresión y que según algunos despachos publicados hace días de que la ciudad de Ramos Arizpe ocupó el primer lugar en su explotación? y ¿qué decir de su frase de que, a mí no vengan con que la ley es la ley? Imagine usted que un Jefe de Estado pronuncie esas palabras en un mundo globalizado, eso solo lo puede decir una persona delirante.

Señora Presidenta: imprima su propio sello, le aseguro que millones de mexicanos estamos ansiosos de colaborar con usted. Usted sí puede trascender positivamente e ir dejando huella al caminar por la calle con la frente en alto arropada con la simpatía del pueblo.

Hay funcionarios que usted ya designó provenientes del primer círculo de la anterior administración y que ahora son nuevamente secretarios de Estado, solo que anteriormente estuvieron robotizados ya que nunca se atrevieron a levantar la vista al anterior Presidente lo que los hizo caer en la abyección. Ese tipo de lacayos no deben dirigir áreas del servicio público pues traen adosada la línea del anterior Gobierno y pueden hacer desviar el nuevo camino.

Señora Sheinbaum: la esperanza, la fe y la confianza las tenemos depositadas en usted ahora que ya está sentada en la silla del águila. Trabajemos juntos ya que en sus manos está el país con ímpetus de transitar hacia la prosperidad y adquirir una mejor calidad de vida, y olvidarnos de estos años que acabamos de pasar y sobre todo de su creador que nos envolvió en su delirio.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf