EL FESTIVAL DE LA LUZ Y LA VIDA

Opinión
/ 2 noviembre 2021

Cada 2 de noviembre se realiza una procesión de antorchas en la Calzada de las Ánimas

Recientemente estuve en el pueblo mágico de Chignahuapan, Puebla y fui invitado a ver un espectáculo que tiene 25 años interrumpidos de realizarse sobre plataformas instaladas sobre el lecho de una laguna que dio nacimiento al pueblo mencionado, lo que es de explicarse por la costumbre de los ancestros de asentar sus comunidades cercanas a ríos o en la proximidad de lagos o lagunas.

La idea surgió de la sociedad civil, inspirados por un gran hombre de la historia y de la crónica que fue el doctor Ramón Kuri Camacho. Personas creativas como Eduardo Arroyo y estudiosos documentados como el arquitecto Miguel Ángel Vega, cronista oficial del pueblo, y un grupo de ciudadanos, lograron consolidar la idea luminosa en el Club Chignahuapense, A.C. que nació con el propósito de salvaguardar la laguna; pero ahora es visible que los residuos que genera el espectáculo azolvan aún más la laguna que está muy contaminada y que otrora cuando eran límpidas las aguas del río que la surtía fue parte de una leyenda que es la que se teatraliza con apoyo de múltiples fuegos pirotécnicos y danzantes y actores con vestimentas alegóricas que reproducen los ropajes de los hombres, mujeres y deidades que participan en una narrativa ancestral que tiene tanto valor que merece ser producida con mayor cuidado ambiental ya que el pueblo indígena base de dicha leyenda, como todos los que habitaron Mesoamérica antes de la llegada delos europeos, tenía prácticas de sustentables de limpieza y sanidad.

Cada 2 de noviembre se realiza una procesión de antorchas en la Calzada de las Ánimas, (que fue denominada con este nombre por el Ayuntamiento 2008-2011) luego se desplaza una balsa con ofrendas que acompañan las almas de los difuntos en su viaje de retorno al Mictlan a través del Río Chignahuapan. Por cierto, los turistas pudimos observar una réplica de esta balsa en el interior del Palacio Municipal.

Un perro xoloitzcuintle es el que acompaña a los muertos en su viaje, luego de pasar por la Calzada de las Ánimas, ese animal es el que ayuda a los difuntos a cruzar el Río Chignahuapan, primera prueba que se debe superar para llegar finalmente al Mictlan, luego enfrentarán otros obstáculos, ligados a deidades inspirados en la fauna local.

Chignahuapan tiene como raíz el número nueve de la numeración nahua. Chignahui es ese número nueve y “apan” significa en náhuatl, “en, o sobre el agua”. En este caso refiere el nombre de la población, que existían nueve cuerpos de agua en el sitio.

En este pueblo mágico poblano ubicado cerca de Tlaxco, pueblo mágico tlaxcalteca; es notable la fuerza de la sociedad civil que hace que las autoridades municipales den seguimiento a los grandes proyectos como el espectáculo de La Luz y de la Vida que sin lugar a dudas es uno de los íconos que le permitieron el distintivo de pueblo mágico a Chignahuapan, además de sus construcciones, su polícromo kiosco y su churrigueresca iglesia dedicada a Santiago Apóstol cuya fachada integra motivos artísticos indígenas.

Ayer Día de Todos los Santos se desarrolló en la explanada de la iglesia que se conecta a la Plaza de Armas, la Ofrenda de las Mil Luces que fue bendecida e inaugurada poco antes del arranque de la tradicional Marcha con Antorchas que forma parte del multicitado Festival de la Luz y de la Vida en el que sigue teniendo un papel importante el arquitecto Miguel Ángel Vega, entusiasta y sabio cronista de Chignahuapan.

Hoy en todo México rememoramos con veneración el Día de los Muertos, ayer se cumplieron 120 años del nacimiento de mi abuela materna María Paula Lozano Lozano, cuyo espíritu sigue vivo entre sus descendientes. Todos tenemos a nuestros muertos.

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