El futuro de México (19): ‘Generación de cristal’

Opinión
/ 19 agosto 2024

Ya no hay duda alguna: el futuro nos alcanzó y amenaza con engullirnos. De hecho, soy tan pesimista, usted lo sabe, que pienso que ya estamos dentro de las fauces del monstruo. Así de sencillo. Es cuestión de poco tiempo para que nos triture en su hocico babeante. Las diversas pestes nos asolan. A nivel federal y a nivel local. Todo se está perdiendo y pudriendo de manera vertiginosa. Para decirlo con Habermas y con Zygmunt Bauman: ya todo es líquido y nada es sólido. Y todo lo sólido se desvanece en el aire.

Con la tremenda crisis educacional y de valores que estamos padeciendo, muchos lectores, entre ellos el fino académico, el hombre que más sabe sobre cuestiones universitarias, sus tripas y problemática, el académico Martín Martínez Ávalos (al cual le arrebataron de la mano la Coordinación de la Unidad Saltillo, todo orquestado por el rector de la universidad, el infante Octavio Pimentel), me ha recodado en tertulia mi saga de textos del año pasado sobre educación, cultura, sociedad y valores. Saga la cual, si mal no recuerdo, lancé al menos 22 textos al respecto.

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El profesor Martínez Ávalos me ha dicho de la necesidad de continuarla por todo lo que hoy atraviesa nuestra sociedad. Le doy la razón. Lea lo siguiente del escritor Thomas Mann: “Es natural para un hombre de cierta edad mirar hacia atrás con sentido del humor”. Sin duda. Lanzo entonces un dardo envenenado: gracias a Dios voy a morir. Nada más patético y pusilánime que buscar ser eterno. Por eso los vampiros pasaron de moda: se aburren en su eternidad y cansancio perennes.

Tengo una virtud entonces, soy viejo. Pero ¿y los jóvenes por qué se mueren a puños tan y tan jóvenes? El profesor Martín Martínez y su servidor disertamos en la tertulia al menos dos horas sobre ello. Difícil, complicada la cosa... y sencilla a vez. A partir de este texto le voy a tratar de vender algunas de mis ideas. Cuestionables, sin duda, pero son mis ideas. Si alguna la cree buena, hágala suya. Lo que considere usted bagazo, deséchela, pues.

México hoy 1: ¿Qué tienen los jóvenes de hoy en día? ¿Por qué nacen o nacieron tan quebradizos, tan frágiles, tan sin carácter, tan apocados, tan vidriosos? Son los universitarios, los jóvenes de entre 16 y 29 años, son la llamada “generación de cristal”. Apocados, mustios, sin vida, codependientes, ansiosos, todo les afecta. Son mental y emocionalmente muy frágiles e hipersensibles (ellos le llaman bullying; en mi época le llamábamos “echar carro” o “echar carrilla” y siempre aguantamos). Estos jóvenes se “rompen” al menor contacto con un viso o vientecillo de adversidad en su ventana.

México hoy 2: Son la “generación de cristal”. Tan frágiles y débiles que en un estudio y encuesta recientes, realizadas por la Universidad Autónoma Metropolitana, el 30.2 por ciento de los alumnos de reciente ingreso en el nivel superior refieren un problema de salud mental; 15 por ciento de ellos registró un problema o idea suicida. Con un ejemplo rápido y aquí en el vecindario ejemplificaremos lo anterior: el pasado lunes 24 de junio, un joven de apenas 16 años (Isaac “N”) se suicidó en su casa (colonia Villas de San Sebastián) intoxicándose con pastillas por un motivo: sus padres le llamaron la atención por haber reprobado. Sencillo, no aguantó y se suicidó...

ESQUINA- BAJAN

Coahuila hoy 1: Pero nada diferente a lo que pasó en abril cuando un joven de apenas 15 años de edad se suicidó. Se colgó en el armario de su habitación (Humberto “N”). ¿El motivo? Sus padres le prohibieron un videojuego al cual era adicto el joven (el “Free Fire”). El muchacho hizo una rabieta de tal tamaño e intensidad que se colgó en la recámara.

Coahuila hoy 2: Ese día de la tertulia (la cual hemos prometido hacerla mínimo una vez cada quince días, para que la yerba no quite o tape el camino claro de la amistad y valores compartidos), Martín Martínez me habló y felicitó por “tocar la campana” en un tema el cual, al menos para mí, ya se avizoraba coma una plaga terrible: los “motonetos”, los jóvenes en sus motocicletas las cuales hoy son moda y plaga imposible de parar. ¿Soy el primero en alertar sobre esta plaga? Tal vez sí, pero es intrascendente y lo que sí urge es poner el acento y ley en ellos.

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Coahuila hoy 3: No pocos comentarios recibí y coseché el lunes 12 de agosto cuando publiqué y avise, en esta saga de textos, un futuro nada halagüeño: la plaga de los “motonetos”. Esa semana anterior, un accidente con costo de un muerto al menos cada tercer día. Pero el domingo 11 el hilo se rompió, como ha pasado con los suicidios: ese día dos motociclistas murieron; uno en los bulevares de la región y otro en la carretera. Una desgracia que va en aumento sin que las autoridades pongan acento en ello. ¿Y las familias de los muchachos conductores? Menos. Le estoy preparando un texto amplio al respecto, pero lea: “Se pasa en rojo, choca y pierde la vida. ¡Vuela y muere un motociclista!” más: “Mata Ruta 17 a motociclista”. En el primer accidente fue un varón de 39 años; en el segundo, un chaval de 19. Así andamos.

LETRAS MINÚSCULAS

Lea el siguiente verso endecasílabo de José Asunción Silva: “Oh, voces silenciosas de los muertos”; es maravilloso el oxímoron: “voces silenciosas”. Los jóvenes se están muriendo muy chavales y dejan un gran silencio.

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