‘El Glison’ con el ‘Grupo 100’

Opinión
/ 10 abril 2022
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Este grupo es peña, es bohemia, es política, es academia, es cultura y es, sobre todo, convivencia fraterna orientada a la opinión, el análisis, la crítica y la militancia política que busca enaltecer, precisamente, esa actividad que es hoy motivo de vilipendio, desprestigio y polarización. El “Grupo 100” acepta no existir, como se asumen todos los grupos políticos que se precian de su vigencia y fortaleza, pero en realidad existe en ese ecumenismo político de abogados, notarios, empresarios, periodistas, políticos, deportistas y hasta sacerdotes marxistas que se reúnen en ese fausto refectorio anexo a la Notaría Pública donde los arropa el más notorio de los Notarios de Coahuila y que en esta ocasión tuvo a bien festejar a sus invitados con la noble presencia de “El Glison”, el torero descendiente de los héroes griegos, aunque Gleason suene más a gaélico irlandés que es el origen de la reciedumbre celta de esta leyenda de la fiesta brava.

Y es que Jorge de Jesús acaba de recibir el título de licenciado en psicología y ahora es coach en motivación para alcanzar el éxito en los retos de la vida. Enseñar a vencer el miedo es su nueva misión, así nos enseña “El Glison”, el que siempre ha vencido al miedo más allá de lo posible y razonable.

Payaso de rodeo, poeta, escritor y trotamundos. Es imposible alcanzarlo en su experiencia de la vida donde siempre será superlativo como torero. Y es que “Glison” es un digno sucesor de “El Irlandés”, John O’Hara, el torero del siglo 19 mencionado por James Joyce en su “Ulises” que no es una referencia menor. Como tampoco lo es que “El Glison” siga llenando las hemerotecas con su nombre gaélico de irlandés mexicano.

Jorge de Jesús Gleason también fue futbolista de americano, como futbolista de soccer fue en su juventud el novillero irlandés David White, que trata de alcanzar las hazañas de “El Glison” tan difícil igualar porque, aunque se trate de otro celta, la gracia y el carisma no se igualan fácilmente porque son dones que caen del cielo, como en el Pentecostés.

Y es que “El Glison” como el gitano “Cagancho” desborda torería, garbo y salero que al parecer ambos intercambiaron los dones de su espíritu: El gitano Joaquín le cedió la gracia de su raza calé y Jorge de Jesús le cedió la fina ironía de la raza celta, que ya todos sabemos cómo se las gastaba “Cagancho” con sus broncas en los ruedos.

Charro, domador de bestias brutas y jinete legendario, “El Glison” nos asombra con una más de sus hazañas: cruzó el país a galope desde el Río Bravo hasta Guatemala recorriendo más de 4 mil kilómetros, en 98 días y 650 remudas de caballos. Impuso tres récords Guinness que también es una marca irlandesa. Y conste que de haber sido coetáneos Thomas Carlyle hubiera incluido a “El Glison” en su “Culto a los Héroes y a lo Heroico de la Historia”.

El “Grupo 100”, entusiastas de Manolete, agradeció a “El Glison” su charla y su visita. También la gráfica donde aparece besando la testa de un impresionante toro de lidia, misma que adornará la galería de los grandes toreros en el refectorio de nuestro anfitrión, el abogado José Ramón Oceguera Rodríguez, el más notorio de los notarios de Coahuila.

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