El mundo al revés de las campañas en Coahuila
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Suman dos semanas de campañas federales y faltan dos para el inicio de las campañas para presidentes o presidentas municipales, pero todo ya es un revoltijo. Una amalgama de colores despintados. Un crisol de oportunismo.
Nadie se salva. En esta partidocracia que gobierna el país y guía el rumbo de la democracia mexicana, los partidos, candidatos y candidatas son una especie de dado: tienen más de una cara y nunca sabes qué saldrá.
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Marko Cortés, presidente nacional del PAN, llegó a Torreón y mostró una cara. Se convirtió. Porque un día sale a lado de Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, y piden juntos el voto por Xóchitl Gálvez, pero en Torreón dice que el PRI está dividido, que nadie quiere la reelección del alcalde Román Cepeda y le tira al gobernador priista Manolo Jiménez.
Cortés declaró que la coalición federal no se hizo para ganar alcaldías, sino para “corregir” el rumbo del país. Después minimizó al afirmar que la patria no se defiende desde un municipio.
Primero piden el voto hasta en los cruceros, se toman fotos con el bolero o la cocinera de la fonda porque dicen que cada voto cuenta, pero la patria no la defiende ni el bolero ni la cocinera que vota y exige, según la lógica de Cortés.
¿Qué pasará mañana cuando Xóchitl Gálvez venga a Torreón y se convoque a priistas y panistas a los mítines? ¿Dirá lo mismo Marko Cortés de los priistas o del gobernador? ¿Descalificará igual al candidato del PRI? ¿Hablará de divisionismo en el PRI a nivel local, pero mágicamente unido a nivel federal en beneficio de Xóchitl?
En Saltillo, Xóchitl Gálvez ya tuvo su primer mitin, pero este se pintó de rojo y el líder panista no estuvo presente.
¿Qué pasaría si Xóchitl Gálvez viniera cuando ya estuvieran arrancadas las elecciones para presidentes municipales? ¿Acudirán los candidatos del PRI y PAN al mismo tiempo? ¿Estarán juntos en el templete? ¿Habrá pactos de no agresión por un día para después volverse a tirar con todo al día siguiente?
¿Marko Cortés realmente vino a “mostrar” divisionismo en el PRI? ¿O el divisionismo en la coalición?
Hace siete años, Guillermo Anaya llamaba al PRI y Miguel Riquelme haberse robado la elección estatal. Ahora pide el voto por Riquelme como parte de la coalición federal. El mundo al revés.
Hace tres años, Shamir Fernández pidió el voto del distrito 6 en Torreón por parte del PRI. Tres años después pedirá el voto por Morena para la alcaldía de Torreón. Votó en contra de la reforma eléctrica, fue líder del PRI en Torreón, trabajó muchos años en gobiernos priistas, pero ahora todo es color guinda y el PRI es lo peor que existe.
José Refugio Sandoval pide el voto por Morena bajo las siglas del Partido Verde, pero por muchos años lo pidió a lado del PRI y hasta trabajó en administraciones priistas.
Luis Fernando Salazar pidió el voto muchos años por el PAN, hoy, después de una candidatura fallida a la alcaldía de Torreón vestido de guinda, finalmente puede pedir el voto en su nuevo partido.
AL TIRO
Los partidos y sus candidatos no deberían ser los protagonistas de esta democracia. Es tiempo de que la ciudadanía tome partido y exija mejores cuentas, exija seriedad, congruencia y respeto por los ideales.
Los políticos tendrían que aprender que ellos no son los héroes o heroínas de un país. Que no son los salvadores de nada, salvo de su quincena e intereses. Son salvadores del sistema de partidos que los perpetúa en el poder.
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La patria sí se defiende en los municipios. Se defiende en el terreno de los pueblos, comunidades y ciudades. Se defiende cuando se exige la rendición de cuentas, cuando se castiga desde la ciudadanía el mal actuar de quienes se dicen servidores públicos, cuando se defiende el territorio de las empresas que buscan dañar, contaminar o desplazar a las poblaciones; se defiende la patria cuando la persona con discapacidad vota a pesar de los obstáculos, cuando el ciudadano acepta ser funcionario de casilla o cuando ejerce el derecho de acceso a la información.