El teocalli y la garza: la herencia tlaxcalteca en Nuevo León y Coahuila
Hace unos días me compartieron un video producido por tlaxcaltecas de la actualidad que afirman que sus ancestros en la época virreinal fueron conquistadores, pero no lo fueron, más bien fueron colonizadores, llamados por algunos historiadores indios madrineros.
Sin embargo, considero que ejercieron dominación y aculturizaron sobre los grupos tribales que estaban asentados en los sitios en los que fueron estableciendo asentamientos fuera de Tlaxcala desde 1591 hasta un poco antes de la Revolución de Independencia. Y el que domina, nomina, como fue el caso de los pueblos que fueron fundando, como el nombre de Nueva Tlaxcala, y en ellos fueron dándoles a sus ríos, cerros y elevaciones montañosas nombre que les recordaran su terruño.
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Los tlaxcaltecas fueron estrategas que en alianza con extranjeros fueron mestizando el septentrión de la Nueva España ofreciendo sus conocimientos ancestrales, además de aquellos que fueron construyendo con insumos y técnicas europeas, como la del alambique para producir bebidas alcohólicas con base al maguey.
Una de las grandes aportaciones de los tlaxcaltecas que llevaron de Mesoamérica a Aridoamérica fueron los apantles, palabra del náhuatl atl (agua) y pantli (hilera o fila), que significó una tecnología hidráulica que reverdeció las regiones donde fueron asentándose.
Hace casi 433 años, el 13 de septiembre de 1591, tlaxcaltecas del señorío de Tizatlán, guiados por el capitán Francisco de Urdiñola y encabezados por el noble san Buenaventura de Paz, nieto de Xicoténcatl, fundaron el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, al poniente de la villa de Santiago del Saltillo fundada años antes el 25 de julio de 1577 por el capitán Alberto del Canto.
San Esteban de la Nueva Tlaxcala fue origen de migraciones de neotlaxcaltecas que fueron colonizando la mayor parte de las veces o reforzando a más de quince pueblos que hoy son municipios.
La presencia tlaxcalteca en Saltillo es inobjetable. El escudo novohispano de Tizatlán es una garza blanca en actitud de levantar el vuelo, posada sobre un teocalli. Los actuales municipios de Nadadores, Monclova, General Cepeda y Arteaga, Coahuila, tuvieron una influencia decisiva por parte de la simiente tlaxcalteca. En el caso de Saltillo se honra esta simiente dentro de su escudo de armas en el que aparece en uno de sus cantones superiores la representación de la garza posada sobre un teocalli para hacer referencia del ilustre pasado de los descendientes de Xicoténcatl.
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La figura del teocalli simboliza la casa de Dios, base moral y religiosa de las poblaciones nahuas, la garza blanca sigue siendo una especie endémica de la región en la que existió la antigua República de Tlaxcala, ya que se conformaba de cuatro señoríos, cuyos representantes sesionaban a manera de Senado, los que en su momento decidieron aliarse con los invasores europeos, esos sí, conquistadores.
En Nuevo León muchas de sus poblaciones tuvieron la influencia cultural y de actividades económicas de los tlaxcaltecas. No sólo el emblemático municipio de Bustamante, también Aramberri, Montemorelos, Hualahuises, Lampazos de Naranjo, Villaldama y ciudades como Monterrey, principalmente la que fuera Villa de Guadalupe, hoy Ciudad Guadalupe. En los escudos de armas de Guadalupe y de Bustamante aparece la representación tlaxcalteca de una mano de la que emerge una tortilla. Los tlaxcaltecas cuentan, y mucho.