Elecciones 2024: Desafíos en la recta final de las campañas
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Casi han transcurrido los días de las campañas electorales que resolverán el misterio de quién se hará cargo de la Presidencia de la República, del Congreso de la Unión, las gubernaturas y alcaldías de este convulsionado país de por sí desunido, pero que a partir de diciembre de 2018 tuvo como ingrediente agregado las diarias mañaneras y su intención de saldar cuentas y rencores.
Para analizar el transcurrir, más no el desenlace, de este ejercicio de la democracia, partiremos de diversas variantes.
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CANDIDATOS. Existe una disparidad entre las dos candidatas y el candidato a la Presidencia debido a que la morenista, al formar parte del Gobierno, desde hace años viene trabajando en una dinámica de captación del voto interno de la estructura del poder y también a través de operadores desde el Gobierno mismo y con un presupuesto ilimitado, por lo que de entrada manejaba una ventaja de más de 40 puntos sobre la candidata de la alianza y quien resultó de un evento no programado y paradójicamente originado por AMLO al no permitirle la entrada a la mañanera.
Aun cuando el perfil de Xóchitl era el de una persona fresca y espontánea, a lo largo de la campaña sus asesores no han sido lo suficientemente inteligentes para continuar con esa estrategia y la presentan como una persona combativa, eso frente a una verdadera pared de hieratismo que es la candidata de Morena y su triste papel de proteger al régimen y sus múltiples compromisos, aunque con una imagen de mujer de hierro, intolerante, enérgica e inexpresiva, que más parece una sobrecargo de Mexicana que una candidata presidencial.
Por otra parte, Máynez −quien hace a un lado su apellido− logró conectar con los jóvenes a través de un jingle pegajoso, sin embargo, a lo largo de la campaña no ha logrado penetrar con la sociedad y su papel de cacha-votos de la oposición lo ha sumido en un intento desesperado de lograr subsistir como partido al MC y llegar a obtener al menos 10 diputados, seis senadores, el estado de Jalisco y un par de alcaldías, además de cumplir el cometido mayor de aumentar la ventaja de Claudia a como dé lugar.
Se sabe de cierto que tendremos presidenta y tal vez surja de la terca manera de AMLO y su jugada de beisbol, aunque con consecuencias denunciadas a través del libro de la periodista Anabel Hernández, que se publicó estratégicamente antes de las elecciones y con un mensaje contundente de la DEA.
Xóchitl, que ha ido cuesta arriba rescatando puntos fundamentales, no ha tenido la capacidad de remontar que generó Calderón en 2006, en parte por lo desgastado de los partidos que la proponen y de no haber podido posicionarse como una candidata ciudadana a la Presidencia, además de pésimos asesores de imagen y discurso.
ARBITRO ELECTORAL. La escalada de AMLO en el INE, a través de Guadalupe Taddei, provoca en la ciudadanía una desconfianza acerca de la manera en que se cuidará la elección fundamental del 2 de junio.
Cada día se ha hecho más evidente la influencia directa del Presidente sobre esta consejera que llegó al éxtasis de su entreguismo cuando sugirió a la gente no vestir del rosa el domingo pasado.
Lo positivo es que, con el número de consejeros más los representantes de partidos, no le dará lo suficiente para manipular los números de la elección, pero lo negativo es que está en sus manos la designación de coordinadores de la elección en todo el país y es en ese nicho en donde se podrán dejar pasar las triquiñuelas que han sido denunciadas.
Por otra parte, en el Tribunal Electoral, a donde de seguro llegará esta elección, las cosas están parejas para Morena y el Frente, por lo que el final estará de fotografía. Estas elecciones estarán manchadas de impugnación, parte por la cerrazón de AMLO durante su sexenio en que ha tratado a la oposición nulificándola e incluso ridiculizando a sus personajes, pero ya no está siendo tan efectivo.
LA CIUDADANÍA. Acudirán a esta elección 8 millones de jóvenes que no votaron en 2018, correspondiendo al 8.16 por ciento del padrón, que sería la diferencia proyectada entre el primer y segundo lugar, según encuestas como Massive Caller, la más atinada en esas elecciones.
El porcentaje de indefinidos llega a un promedio de 14 por ciento en la mayoría de las encuestas, lo que daría 13 millones de votantes, que al hacerlo en un sólo sentido generarían el triunfo no sólo en la elección a presidente, sino a lo que más interesa a los mexicanos: el Congreso de la Unión, que es el futuro que está en juego.
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Las capas medias de la sociedad fueron maltratadas en estos 6 años y en 2021 dieron su respuesta y serán importantes en la decisión final, sin embargo, los más pobres −que suman en este régimen un volumen mayoritario− han sido bombardeados de estímulos que son derechos de los mexicanos, sin embargo, llevan la firma de Morena en cada cheque.
En fin, es tiempo de decidir qué futuro es el que queremos y nos conviene, ojalá lo hagamos con la responsabilidad de padre de familia que ve por los suyos. Dios nos bendiga.