En medio de la inestabilidad geopolítica, México tiene señales de fortaleza económica

Opinión
/ 6 noviembre 2023

Las buenas noticias también son noticia, se insistía mucho en la administración anterior. Ello a manera de enfatizar que también resulta justo resaltar lo bueno que sucede en el país en diferentes frentes. Desde luego que es necesario señalar los buenos resultados, y en materia económica los últimos días estuvieron muy nutridos de información muy relevante.

Vamos por orden. Hace una semana el Inegi divulgó la estimación oportuna para el Producto Interno Bruto (PIB) correspondiente al tercer trimestre del año, con la agradable sorpresa que la economía mexicana se apuntó un crecimiento real del 3.3 por ciento a tasa anual, ligeramente encima de las expectativas del mercado. Con ello en los primeros nueve eses del año, habríamos experimentado un crecimiento del 3.5 por ciento respecto al periodo enero-septiembre del año pasado.

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Lo anterior, en buena medida, impulsado por un mercado laboral relativamente fuerte que registró en el mes de septiembre una tasa de desocupación del 2.9 por ciento de la Población Económicamente Activa. Aunado a un crecimiento en la masa salarial y apoyado por récords históricos en remesas, se entiende que el consumo de los hogares se ha consolidado en un motor importante de la actividad económica.

A propósito de ello, el pasado viernes, el Inegi publicó el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI), el cual tuvo un crecimiento real anual del 4 por ciento durante agosto. Aunque tardamos poco más de dos años en superar el nivel previo a la pandemia, el IMCPMI ha mostrado una tendencia constante a repuntar.

Por el lado de la Inversión Fija Bruta (IFB), indicador que también se dio a conocer el pasado viernes, se tuvo en agosto un fuerte avance del 31.5 por ciento anual. Con este registro la IFB mantiene un paso a tambor batiente que ya la ubican muy por encima al nivel prepandemia.

Sin lugar a duda, son buenos datos de indicadores macroeconómicos que van tomando el pulso de la confianza y del comportamiento de los hogares y de las empresas. Resulta oportuno destacarlo porque en medio de una inestabilidad geopolítica en diferentes zonas del planeta, así como de declaraciones y decisiones de políticas públicas en lo local que −lejos de incentivar− parecen meterle más ruido al ambiente, los agentes económicos siguen al pie de la batalla sosteniendo a la economía mexicana.

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Ante este panorama prometedor, sólo resta no dormirnos en nuestros laureles y tener en el foco los riesgos potenciales que pueden materializarse: I) perturbaciones en los mercados financieros ante un periodo prolongado de tasas de interés, II) deterioro en las finanzas públicas y la nota crediticia si el tema de la deuda se sale de control y III) una escalada en las tensiones geopolíticas en el planeta que puedan derivar en una ola de proteccionismo comercial en el mejor de los casos, o en un conflicto armado de pronósticos reservados.

@guillermo_garza

Economista y Catedrático de la Universidad La Salle Saltillo

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